ENTREVISTAS Y TEXTOS  /  TEXTS AND INTERVIEWS
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Entrevista de S-AR para Código – Ciudad de México, México.

Por Charline Chávez

¿Pueden contarnos cómo fue el proceso para fundar y establecer su despacho?, ¿qué tipo de oportunidades y/o dificultades encontraron en el camino?

Todos los socios actuales de S-AR nos conocimos desde la etapa en la que estábamos estudiando Arquitectura en el Tecnológico de Monterrey (Monterrey), unos antes y otros después, como el caso de María, que fue nuestra alumna de un taller académico y luego se volvió nuestra socia.  Desde esa época se remontan algunos de los proyectos que hicimos en equipo, a veces para clases, a veces para concursos, siempre nos han interesado los concursos por su capacidad de abrir un abanico de posibilidades sobre un mismo tema. Al terminar nuestros estudios, cada uno pudo tener experiencias profesionales en diversos países (España, Chile, Argentina y Francia), eso fue del 2003-al 2006. En 2006 nos volvimos a reunir en Monterrey y empezamos a hacer proyectos de forma independiente. Este proceso pasó de trabajar de forma remota desde nuestras casas (donde cada quien tenía acondicionado su lugar de trabajo) hasta poder tener la oportunidad de construir nuestro Taller en el 2010. Ese ha sido un punto muy importante en nuestro trabajo, ya que pudimos aplicar nuestras experiencias en un espacio propio donde podemos trabajar colectivamente ya juntos físicamente y desde el cual ahora surgen las ideas y obras actuales de S-AR. Como sea S-AR es una oficina muy joven (apenas 33 años en promedio) y aunque nuestro trabajo ha tenido cierta visibilidad por medio de las publicaciones y foros, localmente en Monterrey mucha gente no nos ubica, en parte por el tema de la edad y en parte por la condición de la cultura arquitectónica que existe en Monterrey. Como sea creemos que los gustos e intereses locales también están en transformación, debido en parte al auge de las carreras afines al diseño que se ofrecen en las universidades de la ciudad. Como toda transformación es cosa de tiempo y nos sentimos afortunados de poder realizar trabajos que contribuyan para generar esa transformación que será positiva para la Arquitectura de la ciudad.

¿Qué significa para ustedes ser arquitecto?, ¿o cuál consideran que es el papel o rol de un arquitecto como agente social?

En primera instancia entendemos la profesión como una forma de vida, donde intervienen diversos factores, como ideas, materia y otras personas. Es decir, la Arquitectura persigue y surge de ideas, ideas complejas para solucionar, cuestionar o proponer cambios en diferentes entornos: sociales, contextuales, culturales e históricos. Después la Arquitectura está ligada al lugar, al sitio, a la tierra y materia con la cual se construye. Entender esa naturaleza de la materia para hacer Arquitectura es básico, entender los procesos para utilizar y proponer nuevos usos de esa materia es elemental para construir bien las ideas. Por último la Arquitectura es un trabajo en equipo, hecho en colaboración con más personas, no sólo arquitectos, por lo que el recurso más importante para trabajar un proyecto son las personas mismas, es decir, entendemos que la Arquitectura es para las personas y proviene del esfuerzo conjunto de estas. Esto sucede desde el proceso de diseño, hasta los procesos filosóficos que determinan por qué debemos hacer tal o cual trabajo de Arquitectura. Desde las necesidades puntuales del usuario final hasta las capacidades de elaboración, ejecución y trabajo de los constructores, herreros y carpinteros. Desde la relación y el diálogo que hace ese objeto arquitectónico en su contexto inmediato hasta el aporte que puede hacer en la experiencia de las personas que lo enfrentan debido a que forma parte de una ciudad.

¿Cuál es el “lenguaje arquitectónico” que define su visión de desarrollo de proyectos y diseño? 

Pensamos que nuestro trabajo de diseño está directamente relacionado en la forma de utilizar los recursos materiales con los que se construirán o definirán los proyectos. Esta manera de usar los materiales por lo general viene de una reflexión sobre la factibilidad de hacer las cosas, así como el sentido que tiene hacerlas. Por esto el lenguaje de ensamblaje de las piezas de nuestros proyectos es lo más claro y sencillo posible, lo más honesto y factible. Es un lenguaje reductivo, de llegar a lo elemental de las uniones, de los encuentros, de la estructura, de la ejecución de la idea. Ese lenguaje se desarrolla a través de propuestas que muchas veces comparamos y fabricamos con los constructores directamente para probarlas. Es un lenguaje que evoluciona en medida de las exploraciones que vamos haciendo. No es una exploración por exploración, es una exploración que persigue principalmente un sentido real del entendimiento de los materiales, de los objetos que luego usamos para hacer otros más grandes, con otros propósitos, un entendimiento de la artificialidad de la Arquitectura pero a través de su relación con la naturaleza de las cosas. Nos interesa la Arquitectura esencial en sus elementos, contundente en sus ideas y diálogos con los lugares y congruente con la realidad de los mismos.

¿Qué debe tener un proyecto para que les interese y decidan tomarlo para crear?

Inicialmente que tenga un motivo para hacerse que tenga un impacto más allá de las soluciones a necesidades personales de alguien. Si bien los proyectos deben resolver estas necesidades primarias y fundamentales, también deben proponer una utilidad más compleja de la Arquitectura a nivel social, cultural y humanista. Vemos los proyectos como oportunidades de cambios a diferentes niveles: personales para los usuarios, urbanos para la ciudad, culturales para la sociedad, sociales para mejorar la relación entre las personas y disciplinares para aportar algo en nuestra profesión e incluso en otras.

¿Cuál es su perspectiva con respecto al paisaje urbano y arquitectónico de su ciudad –San Pedro Garza García-, sobre todo frente al crecimiento que ha tenido en los últimos años?, ¿consideran que existe un vacío en la planeación urbana?

El crecimiento que ha tenido no sólo el municipio o ciertas partes puntuales del municipio de San Pedro Garza García también está sucediendo en otras partes del Área Metropolitana de Monterrey. Pero quizás San Pedro representa el primer territorio donde se prueban diversos ejercicios y especulaciones que tienen que ver con este crecimiento, que es derivado de la visión capitalista de la ciudad, debido a que es más factible y atractivo hacerlas ahí para los desarrolladores precisamente por su capacidad de atracción de compradores. Sin embargo este territorio está siendo sobrepasado por estas especulaciones. Es decir, se construye de más, se plantean más cosas de las necesarias, se estimula la sobre población de zonas del municipio y al mismo tiempo no se invierte en temas de conectividad urbana necesaria para satisfacer las necesidades futuras que tendrán los usuarios de dichas zonas. Necesidades de servicios básicos, de transporte colectivo, de conectividad peatonal, de áreas verdes, de espacios de recreación. Esto tarde o temprano afectará la relación y conectividad que tiene el municipio con el Área Metropolitana. Creemos que el municipio de San Pedro debe interesarse en la rehabilitación de las áreas potenciales de sus municipios vecinos y no solamente las suyas, pues en parte son los habitantes flotantes (y sus vehículos) los que llegan todos los días a trabajar a su territorio, pues en sus municipios no encuentran las mismas oportunidades de desarrollo laboral. De aquí se vislumbra que los planes municipales de desarrollo urbano no tienen sentido si están desconectados de los de sus vecinos. El Área Metropolitana de Monterrey requiere un estudio en esa dimensión, una comprensión total y metropolitana para garantizar la subsistencia y calidad de vida de todos los habitantes. Sin embargo hoy existen institutos de planeación y gobiernos municipales desconectados entre sí, lo que genera crecimiento desordenado. Aunado a esto existe el gran problema de la visión urbana que tienen los gobiernos locales actuales, en la que ellos mismos asumen la definición o la asignación de proyectos públicos, lo cual no es sano. En primera instancia el gobierno no debe ser entendido como una oficina generadora de proyectos a nivel profesional, sino como una entidad facilitadora, gestionadora, convocante y administrativa, es decir que su principal función sea gobernar. En segunda instancia porque por medio de la asignación directa sin concurso público no se utiliza el potencial de los habitantes de la ciudad, habitantes que pueden tener propuestas valiosas que pueden tener visibilidad pública a través de un concurso de este tipo. Concursos no solamente de Arquitectura, sino también de Urbanismo e ideas de manejo territorial y de recursos. Nuestro entendimiento es que el gobierno está para facilitar y gestionar recursos para convocar a los habitantes profesionales a participar en el desarrollo de la ciudad (aquellos habitantes que cumplan ciertos requisitos profesionales obviamente) por medio del sometimiento de proyectos a concurso, y no el papel de asignar proyectos directamente como si los recursos le pertenecieran como una entidad privada y mucho menos hacer el papel de generar propuestas sobre temas en los que sus actividades administrativas no competen. Esta visión torcida sólo ocasiona desconfianza y desánimo en los habitantes, obra pública de baja calidad, crecimiento sin control y desconectado y ha desperdiciado los recursos humanos con los que la ciudad cuenta.

Con respecto a la pregunta anterior y desde su práctica, ¿qué posibles acciones llevarían acabo para lograr una integración urbana para mejorar la ciudad?

La primera acción es generar conciencia territorial y urbana en las personas. En todos los niveles posibles en que se pueda hacer una relación de nuestro trabajo con ellos: clientes, proveedores, colegas, alumnos, etc. Exponerlos a mejor información al respecto, por medio de la generación de proyectos que aporten calidad a la ciudad, no solamente a los usuarios directos de las obras, sino a todo el que se exponga de alguna forma a ella. Es decir, que las obras respeten y mejoren la ciudad. Las obras deben ejemplificar mejores alternativas de actuación.

Desde nuestra posición académica generar proyectos que aporten mejores bases para las generaciones futuras, más relacionadas con la realidad de la ciudad y de la práctica en ella. Hacerlos ver que se puede hacer buena Arquitectura aquí también, con los recursos que tenemos, con la mano de obra local y aprovechando la industria de Monterrey. Pensamos que la calidad de la Arquitectura es la que con el tiempo traspasa las fronteras, esté hecha donde esté hecha.

Seguir haciendo propuestas sobre proyectos a escala urbana o con impacto colectivo, llevar algunas de ellas a su más amplia instancia posible, por ejemplo a través de un libro (como es el caso de los libros que hemos producido, el primero «Catálogo Vivex» que trata de propuestas de vivienda alternativa de interés social y de emergencia y el segundo  «Macroplaza 20.30», el cual contiene el desarrollo de un proyecto para regenerar el espacio público en la Macroplaza de Monterrey), o por medio de la difusión de este tipo de propuestas en otros medios.

Actualmente estamos desarrollando proyectos que tienen que ver con la participación de la sociedad en el intercambio de conocimiento relacionado a la Arquitectura, eso nos interesa, que la Arquitectura se abra al público y este conozca diversas posiciones, pero de alta calidad. Es decir, nos interesa que exista una mejor educación sobre la Arquitectura.

En otro punto, estamos en un proceso de incorporar más arquitectos, sobre todo jóvenes, en la generación de proyectos colaborativos de vivienda para familias de escasos recursos, por medio de nuestro proyecto Comunidad Vivex para Arquitectura Social, lo cual generará mayor conciencia y participación de profesionales para apoyar a más familias en situación de pobreza, la cual es una emergencia en sí.

¿Cuáles son los principales problemas a los que se han enfrentado en el desarrollo de su proyecto alterno Comunidad Vivex?

El principal problema es encontrar familias donde el trabajador pueda tener constancia y regularidad en la construcción de su propia casa, ya que al atender a su trabajo semanal, los proyectos que estamos construyendo en Comunidad Vivex se alargan por los periodos cortos de disponibilidad para avanzar que tienen los trabajadores, por lo que los convierte en obras a mediano o largo plazo. Esto puede generar que el ritmo de trabajo y avance varíe mucho, por lo que es elemental un buen trabajo social con ellos, llevándolos con los tiempos de la obra y asesorándolos para que no se baje la intensidad en la búsqueda del objetivo. Este año terminamos la primera de dos casas en donde hemos podido mejorar el proceso, por lo que esperamos también que al documentar esa experiencia podamos conseguir más patrocinios y las empresas o particulares se interesen más en el proyecto y lo apoyen, ya que anteriormente los recursos llegaban pero había cierta incertidumbre debido a que no podíamos mostrar hechos concretos que demostraran algo terminado en lo que se habían utilizado. A partir de ahora eso cambia y el proyecto gana mayor credibilidad, es un momento importante que nos llena de confianza para seguir haciendo este tipo de obras, en conjunto con las familias y las comunidades que las apoyan en la construcción. También queremos iniciar colaboraciones con otros arquitectos, para que también sea factible a través de esta metodología llevar la Arquitectura a otras zonas de la ciudad, generalmente olvidadas por los arquitectos. Esto en parte podrá estimula la producción de obras tempranas de arquitectos jóvenes y les dará experiencia en el campo social, experiencia que lleva a una sensibilización de nuestra profesión, trayendo comprensión más profunda del campo de acción que realmente tiene el arquitecto en nuestra ciudad (con condiciones que se repiten en muchas otras partes del país, por lo que podríamos decir que en México en general) así como la valoración del potencial sociocultural que tiene la Arquitectura, alejando a los jóvenes de visiones equivocadas, superficiales, formalistas o clasistas de nuestra disciplina.
Creemos que la metodología y experiencias desarrolladas en Comunidad Vivex deben ejemplificar mejores alternativas de pensar nuestra profesión y sobre todo el objetivo de la misma.

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Entrevista de S-AR para Architectural Record – Nueva York, E.U.A.

Por Beth Broome

Living off the fat of the land: four designers tap into the abundance of local materials and labor.

Exploiting the bounty of local building products as well as a regional tradition of craft, Monterrey, Mexico–based S-AR is amassing a rugged, though subtly refined, body of work that reflects the city around them. The capital of the northeastern state of Nuevo León, Monterrey is also the country’s industrial center, home to cement giant Cemex and a slew of other manufacturing concerns, steel and glass companies among them. In other words, it is a materials smorgasbord for designers like the four partners of S-AR, who met during college. “Our work is based in the resources of this city,” says principal César Guerrero, “but we also want to do something more handmade, using traditional processes.” With labor also in abundance here, the locavore “diet” becomes the logical one: fabricating custom components rather than specifying mass-produced or imported ones for practical and economic reasons.

Casa 2G, a private city residence that wears its rough material palette on its sleeve, illustrates the firm’s approach. Inside and out, the reinforced concrete walls and floors of the low box are left exposed and unadorned, punctuated by simple detailing—windows, doors, and metalwork fabricated by local manufacturers and tradespeople. S-AR also explores atypical applications for basic building blocks. For example, the structure for the firm’s Casa Huastok is built largely of scrap metal from the client’s Monterrey-based steel company. “We translate materials,” says Guerrero, referring to the house’s skin, made from corrugated steel that is typically used for warehouses and fencing. Likewise, for an emergency-housing prototype, Módulo 10×10, the architects employed fiberglass panels repurposed after being used as formwork for a nearby parking garage. Working this way means embracing the scars, says Guerrero. “It’s raw—it’s not perfect—but you have some kind of beauty in that.”

After finishing their studies at the Monterrey Institute of Technology, Guerrero, Ana Cecilia Garza, and Carlos Flores went their separate ways to study or practice in Europe and South America. A couple of years later, they reunited in Monterrey and formed their practice, adding classmate María Sevilla. They originally named the firm Stación-ARquitectura, stación being the Spanglish version of estación, referring to Monterrey’s Americanization as well as alluding to their aspiration to serve as a “station” where designers would come and go after leaving their mark. Perhaps ironically, the four founding partners—all in their early 30s—still remain (though with an abbreviated firm name), joined by a few students each year.

To date, all of S-AR’s built work is in Mexico. The architects are not concerned about expanding their horizons geographically, so long as they can continue to focus on what Guerrero describes as honest architecture: “We want to keep our work as pure as possible in terms of the use of materials and the relation between the building and the city.” To this end, the architects have created Comunidad Vivex, a nonprofit that coordinates the design and development of small-scale low-income housing. They recently completed their first house and have two more in the works. “With the social-economic conditions of Mexico, we cannot just think about doing beautiful places,” says Guerrero. “We need to make beautiful places, but these works have to help make the country better for everybody. I think that’s the point of architecture.”

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Entrevista de S-AR para Folio Volumen – Ciudad de México / Monterrey, México.

Por Christian del Castillo

En su manifiesto mencionan que “el fin último de la Arquitectura es servir al ser humano”, y expresan un fuerte sentido de responsabilidad social relacionado a sus prácticas. En tiempos en los que la utopía arquitectónica parece llanamente agotada, ¿cómo resuelven esta propuesta conceptual en su obra?

Nos referimos en parte a que la Arquitectura es un fenómeno humano, creado por las personas e insertado en el mundo natural. No hay Arquitectura natural, pues esta no brota de las montañas o el campo de forma espontánea. Debe ser creada y construida. Al ser una serie de estructuras espaciales y físicas que fundamentalmente tienen objeto de ser pensadas y materializadas para satisfacer o facilitar la habitabilidad o la morada de las personas en un recinto o espacio, es un acto inseparable al humano. Su origen está relacionado a su fin último. Dentro de otro contexto más amplio la Arquitectura genera la ciudad como resultado, donde la sociedad entra en un sin fin de relaciones diversas, no todas positivas, no todas convenientes incluso para nuestra propia supervivencia en la ciudad. Dentro de este contexto más urbanizado creemos que la práctica de la Arquitectura tiene potencial de ayudar a vivir mejor, de funcionar en un espectro amplio de incidencia en el humano, desde cosas prácticas como la claridad visual y segura de una ruta, la limpieza, la ventilación, la iluminación de un interior particular parte de una estructura más grande hasta la sensación de la escala, el claroscuro, la temperatura, la conexión visual con el entorno y la proporción de lo construido con respecto al cuerpo y escala humana, pero también a la cultura y pensamiento humano. Al pensar Arquitectura pensamos en un acto útil en todos esos aspectos, no sólo en algo funcional en ciertos otros.

En el caso específico de Monterrey, ¿es posible resumir su contexto social, político y económico, también cultural, y pensar en soluciones arquitectónicas para satisfacer las carencias de estos ámbitos? En otras palabras: ¿cuáles son las tipologías concretas de las que cojea la ciudad?

Monterrey es una ciudad generada desde el inicio por grupos de personas de otros lugares, asentados por diversas razones en el mismo sitio. Hoy ese fenómeno sigue sucediendo, en parte por la oferta de empleo generada por el constante incremento de empresas que aparecen en la ciudad o sus alrededores, y en parte por la oferta educativa de las universidades locales que atraen a muchos estudiantes foráneos que se forman aquí y muchos acaban quedándose en Monterrey. Eso produce una sociedad muy heterogénea y diversa, aunque siguen existiendo los grupos completamente locales hay mucha inserción social. Aparentemente la cultura regiomontana es muy elástica y capaz de envolver a esos nuevos grupos que al final acaban identificados con la ciudad. En nuestro caso ha pasado: 3 de los 4 socios de S-AR no nacimos en Monterrey, pero creemos que ahora somos más de Monterrey que de los lugares donde nacimos debido a esa elasticidad que mencionamos, esto debido a que la cultura es sencilla y fácil de comprender: se refleja en el entendimiento práctico de la vida y el trabajo, en la comida, en la música, en el lenguaje y hasta en los nombres y apellidos de las personas locales. Monterrey nos ha hecho comprender el resto del país y sus diferencias con este lugar, así como el lugar que ocupamos en el mundo. Eso es básico como punto de partida de cualquier actividad que pretenda insertarse en ideas universales.

Partiendo de esto creemos que la práctica arquitectónica en Monterrey da para hacer muchos experimentos, utilizando los recursos propios de la ciudad, utilizando esa elasticidad. Es cierto que las políticas de urbanismo oficiales o desarrolladas en conjunto con la iniciativa privada para generar espacios públicos dejan mucho que desear, pues no acaban por generar proyectos públicos de calidad y para todos o se quedan en proyectos públicos aparentemente pero dirigidos a grupos específicos de la ciudad. Esto en parte se da por la inercia política y filosófica de la sociedad regiomontana completamente local, que es quien más incidencia tiene en estas partes, pues hay un pensamiento pragmático sobre el costo económico de las cosas contra el valor de las mismas y sobre la identidad local que siempre mira hacia afuera para tomar sus ejemplos a seguir ante la verdadera carencia de un origen histórico de gran peso cultural. Sin embargo creemos que paulatinamente nuevas generaciones que entienden esa elasticidad cultural ya no siguen ese pensamiento y están utilizando el recurso humano local de otra forma, están siendo educados dentro de esa diversidad cultural y social y eso generará un nuevo entendimiento de la ciudad. Estamos en un momento de inflexión sin duda, pues no sólo en la Arquitectura se vislumbra un relevo generacional, sino también en los niveles políticos, empresariales y educativos entre otros. Como arquitectos debemos pensar en un amplio espectro de acción, desde proyectos de vivienda experimental (con altos o bajos recursos y potenciando su diálogo con cualquier tipo de contexto de forma positiva) hasta proyectos comunitarios con capacidad de llevar cultura y educación a zonas periféricas, donde hace más falta. Es decir, pensar del centro a la periferia y viceversa no exclusivamente de forma unidireccional, y cambiar la escala de las ideas, siempre buscando el valor, la calidad. Hay mucho que hacer en Monterrey para los arquitectos locales.

Si partimos de la idea de generar respeto y valor hacia la ciudad, a partir del elemento arquitectónico contextualizado, y éste como una suerte de experiencia hacia el habitante, ¿cuál es su metodología de emplazamiento del objeto físico en la ciudad?

Pensamos que la mitad de una obra de Arquitectura es la relación que esta entabla con el contexto. Y no solamente el contexto inmediato construido, sino el contexto cultural, histórico, material, filosófico, socioeconómico, climático, topográfico, etc. Esta es la primera aproximación que hacemos en cada proyecto. Pensar en la afectación que la Arquitectura hará o podrá hacer en el sitio y por tanto en la ciudad. Para nosotros es fundamental pensar si se debe hacer o no Arquitectura en tal o cual sitio. Para eso se debe conocer y comprender antes. Reflexionar sobre eso. Reflexionar sobre si esa obra tiene sentido y dirección, si será constructiva o un problema. Hay muchas construcciones que son más problema para la ciudad que solución pues no pasaron por un filtro reflexivo sobre estos temas, sino que solamente se ven como inversiones o piezas de construcción superficiales, que en realidad sólo hacen eso, arman la superficie de la ciudad pero no la profundidad de un futuro relacionado al pasado existente. La madurez del arquitecto viene cuando incluso este es capaz de entender que no se debe hacer nada en algún lugar. Cuando es capaz de entender que quizás haciendo nada se hace algo mejor que haciendo algo sin sentido. Aquí entran factores externos importante también pues la Arquitectura es algo que se hace entre muchas partes involucradas, es una ecuación que debe estar en equilibrio para que el resultado sea congruente. Cuando esto no sucede tienes construcciones pero no Arquitectura, y tienes construcciones que afectan la escala, la movilidad, los recursos de la ciudad y por ende de sus ciudadanos que son sus usuarios. Se debe pensar muy bien esta relación con este contexto amplio, más allá de lo evidente y lo físico, luego vendrá lo demás, la otra mitad de la obra de Arquitectura, lo que da el estudio y desarrollo riguroso del oficio y el conocimiento profundo de la Historia y la Teoría de la Arquitectura.

En un gran porcentaje de sus proyectos, se aprecia una tipología abstracta y concreta, la cual sugiere más a una idea de tener influencia del mundo del arte, y afianzada al hecho de diseñar mobiliario también, ¿qué implicaciones y beneficios tiene para el arquitecto el vincular y diseñar a partir de la idea de la multidisciplina?

Más que una tipología es el acercamiento a un lenguaje. Como lenguaje es abstracto, está en constante evolución pues es conocimiento elástico también. La forma de este lenguaje no es tan importante, sino el significado de este es lo interesante, como el poeta usa las palabras y letras, usa el lenguaje para transmitir ideas, ideas nuevas a veces, ideas concretas, ideas transgresoras, ideas progresivas, etc. La Arquitectura funciona de cierta manera igual, y entendemos que el Arte también. El Arte nos atrae mucho, nos interesa su capacidad reflexiva y elástica, valoramos mucho lecturas sobre Arte porque la Arquitectura tiene una parte técnica muy dura, muy fuerte, muy encriptada. Por lo menos la Arquitectura que entendemos y tratamos de hacer. Y el Arte nos ayuda a ubicar la Arquitectura del lado más humano del mundo, aunque es el lado más complejo en realidad. Sin embargo el Arte nos ayuda a descifrar la técnica, traducirla y transformarla.

El tema del mobiliario que hemos empezado a desarrollar, construir y reflexionar viene más de una curiosidad constructiva de la escala de la forma y los materiales. Los vemos como edificios portátiles, como espacios para ciertas partes del cuerpo, perseguir esa idea es fascinante. Es una pequeña Arquitectura. Pero son experimentos, no hemos pensado en un tema industrial o de producción masiva, así como nuestro trabajo sobre Arquitectura es muy unitario, más de grano de arena que de playa completa así vemos estas aproximaciones al mobiliario, lo que nos permite también explorar cualidades comprimidas de los materiales. En la Arquitectura esas cualidades materiales son un poco más expansivas, pues entran en relación más procesos y más materiales para lograr un único elemento tectónico. También este interés en el mobiliario o en espacios más relacionados a la contemplación que actualmente estamos desarrollando, nos ha llevado a explorar el tema de los libros, como objetos, como portadores de ideas, también los vemos como actos de materialización de pensamiento.

El auge de la Arquitectura Social es casi sospechoso, al parecer los despachos ya lo ven casi como uno más de sus servicios, ¿qué tan sólidos creen que suelan ser estos proyectos? ¿es posible que lleguen a buen puerto sin la asistencia del Estado? ¿cuál ha sido su experiencia?

Nuestro interés en la Arquitectura Social viene desde siempre, pues nuestros contextos familiares nos permitieron ser concientes de la realidad de México desde muy pequeños. Esa realidad es diversa por supuesto, pero uno debe ser conciente de las carencias y de las abundancias para poder ponerlas sobre la balanza y tomar decisiones de cómo enfrentarlas o mezclarlas para transformarlas. Como en México esas diferencias son muy evidentes uno crece pensando en cierta “normalidad” del fenómeno, sin embargo con el tiempo te das cuenta de que no tiene nada de normal y que en realidad es una deficiencia social y el reflejo de que algo no está funcionando en nuestra sociedad, un reflejo de quienes y cómo somos en conjunto, pero también se puede ver un campo de acción potencial y enorme.

Ese interés fue resumido en nuestro primer libro llamado “Catálogo Vivex” en el 2008, cuando reunimos 13 proyectos de Arquitectura Social y emergente de diversas escalas en este compendio. En parte como un serie de ejercicios de exploración de recursos con potencial a generar sistemas constructivos y sistemas sociales de participación en la construcción de Arquitectura y en parte como crítica a la pobre solución oficial que se le estaba y sigue dando al tema de la vivienda social, sobre todo unifamiliar, en el país por parte del gobierno y de las empresas constructoras de vivienda en serie. Luego vinieron otras experiencias, pero la más fundamental ha sido lo que hoy se ha consolidado como Comunidad Vivex, una asociación civil generada por S-AR para desarrollar proyectos de Arquitectura Social. Hemos encontrado de esta forma una certidumbre para todos los involucrados, lo cual es muy importante en este tipo de proyectos. Lo importante es sacar de un tema de beneficencia social la Arquitectura Social y meterla en un tema de participación, diseño y trabajo colaborativo.

Creemos que mucha gente vinculada a la construcción o al estudio de la Arquitectura es conciente del potencial de la misma para transformar esta realidad. Sin embargo muchos esfuerzos se quedan como eso o como ideas, o terminan cuando termina el interés surgido por la necesidad de hacer algo bueno o bondadoso por alguien en condiciones de necesidad material de una vivienda o bien porque están sustentados en la buena voluntad solamente. Esto pasa porque esos proyectos no tienen una buena estructura de soporte. Una estructura cimentada en el oficio tanto del constructor como del diseñador, en la legalidad de la tierra donde se edificarán los proyectos, en la experiencia e importancia fundamental del trabajo social necesario y en una infraestructura logística que no necesariamente tiene que ser grande o compleja para acopio, movimiento y gestión de los recursos.

En México conocemos esfuerzos de proyectos sociales orquestados por universidades y profesores comprometidos, con obras muy ejemplares y útiles, que realizan cambios concretos curso a curso en diversas partes del país, eso es grandioso, doblemente educativo para sus participantes. Pero por otro lado en realidad nos gustaría ver más obras sociales, consistentes y constantes de despachos de Arquitectura que se interesen por este tipo de obras. No sólo hacer una, sino más esfuerzos, seguirlo intentando siempre. Creemos que muchas veces hay muchas ideas al respecto pero poca disciplina y obviamente recursos para concretarlas, esto hace que no sean acciones muy sólidas y muchas veces son acciones de una sola experiencia. Nadie es poeta por hacer un poema, sino que los poetas son aquellos que hacen o intentan siempre hacer poesía. Sin embargo es cierto que el interés está ahí porque es una gran posibilidad de aportar a través de la Arquitectura a nuestra sociedad y creemos que todo arquitecto tiene esa responsabilidad en el fondo. Esperamos que el trabajo que poco a poco sea posible hacer a través de Comunidad Vivex también sirva para animar la creación de plataformas similares desde despachos de Arquitectura  independientes, pues en realidad es parte del crecimiento del arquitecto mismo y de las personas mismas el compartir con todos por igual sus servicios y conocimientos.

Comunidad Vivex todavía no ha explorado el tema de la colaboración del Estado en estas iniciativas de proyectos concretos, ha habido acercamiento pero los gobiernos en México por lo general son muy inestables, y para desarrollar este tipo de proyectos con un verdadero impacto social participativo se requiere tiempo de planeación, reflexión y organización, cosas que muchos gobiernos prácticamente no tienen a su disposición por los tiempos que rigen la caducidad de sus administraciones. Debemos generar instrumentos adecuados para cambiar eso en conjunto gobiernos y ciudadanos profesionistas.

La mayor parte del tiempo a la Arquitectura Social se la vincula con comunidades desprotegidas o necesidades educativas, ¿es posible encontrarla, o cómo incorporarla, en proyectos residenciales privados?

Toda la Arquitectura tiene algo de social en realidad. Si bien se ha entendido lo social como lo general, lo masivo, lo colectivo, también todo acto de vivienda unifamiliar o individual es social en el sentido de que esa obra se encuentra dentro del tablero de juego de la sociedad, que es la ciudad. Otra cosa es el tema público de la Arquitectura. De alguna manera siempre se debe buscar que la Arquitectura tenga la aspiración de ser pública en su uso o bien su conocimiento. No toda obra de Arquitectura puede utilizarse por todos debido a que no siempre se pueden hacer proyectos inmersos en partes públicas de la ciudad, sin embargo dar a conocer las obras y compartirlas por otros medios y herramientas (conferencias, publicaciones, clases, etc.) también las hace de cierta forma públicas.

Pensamos que incluso un proyecto privado para una familia o un individuo puede ser incluyente, desde la etapa del diseño hasta la etapa de la materialización. Uno debe trabajar con los recursos de cada proyecto y el principal recurso de un proyecto arquitectónico son las personas, las personas siempre darán paso a la Arquitectura por lo que trabajar en equipo con las personas hace de la Arquitectura una actividad social, solidaria y empática. No hay repetición en este oficio, así como no hay personas repetidas, por lo que la participación siempre va variando entre las partes, si la Arquitectura se empieza a repetir, muere, queda solamente el cadáver de la construcción.

En lo particular tratamos de hacer proyectos donde las personas se involucren, donde también aporten tanto al proyecto como a los arquitectos mismos. No entendemos nuestro papel simplemente como solucionadores o generadores de problemas aislados, nos gusta ir junto con los demás participantes de cada proyecto. Nos gusta trabajar en equipo. Nos gusta dejar que tengan libertad para proponer y confianza para sugerir. En Arquitectura uno debe estar atento a las ideas, las cuales pueden tener muchos orígenes, tener la capacidad de identificarlas, clarificarlas, desarrollarlas con rigor suficiente para que sean comprensibles para los demás. Es en realidad traducción de ideas, de materiales, de significados, de la sociedad en sí.

Trabajar en equipo hace más sentido para potenciar dichas circunstancias que trabajar individualmente como autores que todo lo controlan. Creemos más en la colaboración, en compartir la Arquitectura que en ponerle un autor único. Cuatro cabezas o más siempre piensan más y mejor que una. Creemos que pensar en oficinas personales en la Arquitectura es pensar en prácticas falsas ya que no existe un arquitecto que en realidad trabaje solo. Siempre tendrá que colaborar con más personas, a nivel de pensamiento o a nivel de ejecución de la Arquitectura. Desde que S-AR se establece como práctica profesional en el 2006 hemos seguido esta idea fundamental en relación a nuestro trabajo arquitectónico.

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Entrevista de S-AR para PLACE – The official publication of the Australian Institute of Architects (SA Chapter) – South Australia, Australia.

Por Joshua Fanning

Work with raw materials in Mexico.

When did S-AR establish itself?

S-AR begins as a discussion group among students of architecture, seeking to reflect on some themes of architecture in times when that was not treated at the University like social housing, emerging architecture, raw materials, industrial architecture, etc. After this, the group was refined in a natural way into a small firm in 2006, two years after our graduation of architecture studies. Since then we have tried to be consistent with the work we have done.

Tell us a little bit about Monterrey, Mexico – is it famous for anything in particular?

Monterrey is the second most important city in Mexico, and the largest in the north of the country. It is the industrial city of Mexico, where there has been a lot of economic growth. It is a city without as much historical baggage as the center or the south of the country, but created by hardworking and enterprising people, who despite the extreme climate of the region established business and industry here.

I think our practice could break the stereotype that all things in Mexico are not as serious, are too extravagant or are overdue. I think there are segments of society that are taking very seriously our work; we try to contribute something in our disciplines and be competitive globally, without abandoning our roots or places of origin. This mixture that exists in Mexico to be several things at once: past and present, poverty and wealth, death and joy and color, is like being too many countries in one, so there is great potential for understanding and exploration. That´s why Mexico has given great contemporary artists like Gabriel Orozco on Damián Ortega. In architecture the mix between history and contemporary popular culture can give interesting results in the design and contemporary architecture scene in Mexico.

What are the design influences you feel are most obvious in this project, Taller S-AR?

I think there are some references from the blacksmith steel work and industrial grade we have been having since we see the work of Jean Prouvé in our formative years and currently the understanding of Tom Kundig´s work, but actually also because our city is very industrial, so we use these materials in our projects and in our work space. We just try to be consistent with our location and reality. We also have been influenced by our workers, we are always taking advantage of the local workforce and its highly experienced in the use of concrete and steel, because those are the products of the largest companies in town. Our builders and workers have taught us so much about design. To do architecture you have to work in a team and have humility to listen and learn.

What did you want this workspace to do for your employees and your clients?

This place should be inspiring, should remember us that the important thing in architecture is the value of things and not the economic cost of them. When the use of materials comes with dignity in a work of architecture the space will have quality. This place should remember us that any project is important regardless of the budget or materials to be used. You should always try to do the simple things extremely well.

We wanted to show our clients that reductive architecture can generate practical and elegant spaces. We wanted to break the prejudice that still exists in our social context on the use of certain materials, especially for being economical. Because is thought that economic materials only can produce poor results, which is not true.

Was it difficult being your own client? What specific issues are Architects faced with in their working lives that you’ve considered in the design / build of this workspace?

It was actually easier than we thought. The design premises of this project were very reductive from a material point of view. We thought of using few materials but elegantly and accurately and with this simple exercise to show that materials can solve issues of order and space effectively.

Can a Mexican Architecture practice work for Australian clients – if so – how would you see this happening?

Sure, I think that in Northern Mexico, where we work, the natural and climatic conditions are similar to some places of Australia and the understanding of the place is fundamental for a work of architecture. Also great contemporary Australian architects like Glenn Murcutt and Sean Godsell (architects who we admire) have deep respect of the sites and value the use of local raw materials in their works, such as steel or wood. This is a similar thought about the use of the resources of the site that we are trying to do, also the use of a language with modern roots and great care of the order and details of construction. That kind of architectural work that exists in Australia has inspired us.

It would be amazing to do work in Australia, work on this in conjunction with a new lecture of contemporary culture where we are not so distant from each other and where we can learn and improve each other.

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Entrevista de S-AR para Young Offenders – México.

Por Victoria Mata

¿Cómo surgió la idea de crear el estudio S-AR, cómo se conocieron sus miembros?

Nos conocimos en la carrera de Arquitectura, en el Tecnológico de Monterrey (Monterrey), aunque solamente Ana es regiomontana de nacimiento, los demás llegamos a estudiar a Monterrey. Algunos años después, el semestre que empezamos a dar clases en la misma escuela de Arquitectura ya después de terminar la carrera conocimos a María como estudiante y luego se unió como socia al grupo.
Al principio S-AR no era un estudio sino más bien un grupo de discusión de estudiantes, después se fue depurando y quedamos pocos, al terminar los estudios nos pareció lógico empezar a trabajar y aunque las primeras experiencias profesionales fueron de forma independiente de cada uno de nosotros luego ya juntos de nuevo decidimos dejar el nombre para darle autoría a los trabajos que ya empezábamos a hacer de forma independiente.
Nos gusta tener un nombre de equipo, porque siempre creímos más en el poder de la colaboración que en el autor solitario.

Para ustedes, ¿qué significa arquitectura y ser arquitecto?

Aquitectura es conocimiento, es proceso, es creación para las personas. Viene del ser humano y es para el ser humano. Es un reflejo de entendimiento del humano, de los lugares, de las costumbres, de los materiales y sus procesos siempre en tránsito, en transformación. Tener de oficio la Arquitectura es tratar de corresponder con conocimiento de causa a cada factor de proyecto, es decir, reflexionar antes de actuar, hacer acciones con sentido, con responsabilidad, con humanidad y ética. Todo esto aplicado hacia muchas cosas y muchos contextos.

¿De qué forma abordan un proyecto y cómo definirían su estilo (o lenguaje arquitectónico)?

La mitad de un proyecto de Arquitectura es el entendimiento del sitio, del lugar del proyecto. No solo el contexto físico, topográfico, climático, etc. Sino cómo es culturalmente, qué recursos existen: no solo materiales, también humanos. ¿Qué equilibrio puede causar la Arquitectura con un proyecto o este destruye con su construcción? Se afronta con este tipo de reflexiones.
Pensamos que nuestro trabajo ciertamente tiene proximidad con un lenguaje, donde la forma no es lo importante, sino el significado, el mensaje. Es como decir lo mismo en diferentes idiomas. El mensaje debe ser preciso, claro, lo más puro posible para ser comprendido, las formas y reglas que utiliza este mensaje para ser emitido pueden variar, pero deben ser utilizadas con precisión para no corromper el mensaje. En Arquitectura interviene la materia y muchas veces esta superficie es entendida como un todo, pero no es así. La superficie es producto de lo que pasa dentro del proyecto, no dentro del espacio interior del proyecto, sino dentro de las reflexiones y condiciones del proyecto. Quizás las formas y superficies de la Arquitectura puedan ser diferentes, pero los mensajes deben ser coherentes. Nos gusta pensar en un lenguaje coherente que nos permite inventar y variar de formas y figuras, pero que es usado con responsabilidad para traducir ideas, materiales y procesos.

Sus proyectos están claramente definidos por los materiales autóctonos y el clima del lugar. ¿Supone esto una mayor dificultad al diseñar un proyecto? ¿Qué grandes ventajas tiene la arquitectura adaptada al lugar que no tiene la arquitectura «de diseño»?

La Arquitectura debe partir de la Lógica. Se debe hacer lo justo y correcto. No lo que uno quiera. Entonces dentro de la lógica está el saber comprender los recursos primarios, incluso primitivos de un lugar y de las condiciones. Esto hace que todo fluya bastante fácil en realidad. Entendemos las condiciones «locales» de un proyecto como un requisito, no como un problema. Deben ser comprendidos como parte importante del proyecto, no solamente como una forma de contexto. Si la Arquitectura viene de esa lógica los resultados son honestos y entablan mejores diálogos con su entorno. Esto trae muchas ventajas, desde una mejor relación con el lugar, sea dentro de la ciudad o en el campo; con sus recursos, sean productivos, económicos, industriales o cuturales, laborales, artesanales o humanos. La Arquitectura que tiene capacidad de diálogo con muchas de las condiciones de su entorno es más completa. La Arquitectura debe decir cómo, de y desde dónde fue hecha.

¿Qué relación existe entre las viviendas que construyen y su entorno?

Depende de los entornos. Hay entornos que deben ser inclusos contrastados para liberar mejores potenciales urbanos. Esto sucede porque a veces los contextos se han venido construyendo sin sentido ni conocimiento. Las obras de Arquitectura también pueden reactivar o enderezar ciertos errores en un determinado contexto. Por otro lado hay entornos naturales o completamente «libres» a los que la Arquitectura debe responder de forma repetuosa y humilde. Simplemente tratar de servir como observatorio de la naturaleza, y nunca destruirla. Hemos tenido experiencias en ambos casos por lo que la Arquitectura es irrepetible entre una y otra realidad y la relación entre un objeto arquitectónico y el sitio siempre es diferente aunque intentamos no perder la coherencia.

Respecto a su proyecto Comunidad Vivex, ¿pueden contarnos cómo se les ocurrió o qué les incitó a desarrollar esta idea?

Simplemente pensamos que era lógico que los arquitectos en México se pudieran involucrar en temas que no están solucionados. Si bien la práctica de la Arquitectura es quizás muy introspectiva hacia el objeto arquitectónico mismo y sus cualidades, este siempre está dirigido hacia algún lugar o un «algo» externo del objeto arquitectónico. Entendemos el lugar como varias cosas, entre ellas la realidad económica y social de un país. En un país como México, donde hay diferenncias muy marcadas y muchas cosas son polarizadas, no es difícil darse cuenta de esas realidades y sus contrastes, simplemente pensamos que a través de nuestro trabajo y lo que habíamos aprendido a hacer podríamos cambiar algo. Usar la Arquitectura para hacer cambios, para transformar cosas. Transformar el conocimiento arquitectónico en empoderamiento social, en participación. Creemos que la Arquitectura y la construcción de la Arquitectura tienen gran potencial para activar a las personas, la cuestión es utilizar esto para perseguir objetivos humanos, sensibles con las necesidades de los demás, sobre todo de los que menos tienen.

Cuéntenos algo sobre el panorama arquitectónico y/o urbanístico en su ciudad de origen, Monterrey.

Monterrey es una ciudad que ha venido creciendo de forma explosiva, desafortunadamente de forma desorganizada como zona metropolitana. Hay mucha falta de profesionalización con respecto al nivel gubernamental en materia de Urbanismo y Arquitectura (es obvio que en muchas otras ramas del gobierno también) y poca coordinación entre los municipios. Entonces la ciudad es en realidad muchas ciudades, con partes mejor articuladas y otras completamente divergentes. El crecimiento ha venido de la mano del negocio sobre todo, de la búsqueda de lo redituable sobre lo necesario, de la cantidad sobre la calidad. Es una ciudad de muchas personas y pareciera que para los desarrolladores (y sus arquitectos) todas fueran iguales, con intereses y necesidades iguales. Entonces hay mucha especulación inmobiliaria sin sentido. Eso por la parte de la construcción comercial. El panorama arquitectónico es muy parecido, muchas oficinas entrando en el remolino inmobiliario, a pequeña o gran escala, jóvenes y viejos, hay pocas cosas alternativas o diferentes, que trabajan independientemente y libre del mercado. Comprendemos que nuestra práctica está fuera del mercado y asumimos esa realidad, simplemente es la realidad y creemos que lo mejor es que cada quien esté en sus cosas: unos a la Arquitectura y otros a la venta de algo que llaman arquitectura.
Sin embargo pensamos que habrá un cambio generacional pronto, pues hay mucha oferta educativa con respecto al Diseño en Monterrey y esto debe impactar a la Arquitectura y el Urbanismo de la ciudad. Esperemos que como generaciones jóvenes, con más acceso a la información y a la formación, podamos hacerle mejor frente al futuro que quienes toman ciertas decisiones por el momento. Estar mejor preparados y educados es el único camino de transformación.

Me llama la atención, en su manifiesto, la frase «el fin último de la arquitectura es servir al ser humano», reflejada en sus propuestas y obras. ¿De qué forma diseñan y construyen sus proyectos para que se cumpla lo que dicen? No es lo mismo diseñar algo bonito que algo útil para las personas.

Siempre hemos pensado que las apreciaciones estéticas son muy subjetivas. No todos somos iguales ni entendemos las cosas igual. Y en realidad todo tiene una estética, unas mejores y otras peores, digamos que de diferente calidad. Por eso mismo no pensamos mucho en algo estético cuando pensamos en Arquitectura, más bien pensamos en algo que guarde cierto orden. La idea del orden si nos interesa mucho. Puede ser que ese orden sea tan claro que incluso parezca un mensaje estético. Sería una consecuencia en todo caso de un orden. De aquí viene la idea de que la Arquitectura en su fin último tenga la capacidad de servir al ser humano, porque le ayuda, a través de un orden, a generar mensajes que son útiles para las personas. Útiles en diferentes niveles, desde la orientación espacial, hasta la comprensión de los objetos arquitectónicos y sus procesos de creación y construcción. Siempre que la Arquitectura sea pensada para generar un conocimiento será una creación con utilidad humana. Después de eso ya solamente la educación de los individuos será el filtro para utilizarlo de una y otra forma.

¿Cómo ven la situación de la arquitectura en México, sobre todo para los estudios de arquitectos jóvenes? ¿Han tenido dificultades para hacerse conocer al ser un estudio joven?

La cultura arquitectónica en México a nivel popular es casi inexistente. Aún cuando muchas personas (sobre todo en una ciudad) han experimentado algún tipo de relación con la Arquitectura no todas comprenden el fenómeno de «estar» en la Arquitectura. Esto hace que entonces haya mucha confusión al respecto de qué es y que no es. Eso incluso entre las personas que tiene un oficio relacionado con la Arquitectura. Por eso es abstracto el inicio de la vida práctica. Es algo que tiene que suceder, porque la Arquitectura está dentro de una sociedad que está en constante transformación, que es muy elástica, donde los conceptos y conocimientos adquiridos previamente no siempre son aplicables. Creemos que la aplicación directa de este conocimiento es difícil de hacer en realidad, más bien creemos en una adaptabilidad del conocimiento, donde este evoluciona para aplicarse en circunstancias siempre diferentes. Mientras más pronto te des cuenta de esa realidad más tiempo tendrás para explorar la capacidad evolutiva y adaptable del conocimiento y tener tiempo es algo elemental en un trabajo que aspire a ser bien pensado, bien desarrollado y bien realizado, procesos elementales de la Arquitectura.
Nuestro trabajo ha tenido visibilidad gracias a que quizás ha tocado patrones o temas con cierta adaptabilidad de conocimiento, dentro de los contextos en los que hemos podido estar trabajando. También es visible debido a que hoy en día existe una gran plataforma de medios electrónicos que trata sobre conocimiento e intercambio del mismo principalmente, eso ha ayudado a compartir nuestro trabajo de forma más sencilla y dentro de un espectro más amplio. Esa herramienta comenzó en nuestra generación y es por eso que debimos adaptarnos a ella. La divulgación de nuestra obra no es una parte fundamental de nuestro trabajo, es una parte que simplemente pasa. Lo que si es fundamental es que si esto pasa entonces tenga sentido lo que se comparte, que la obra tenga valor.

Y por último, ¿qué recomendaciones les darían a los estudiantes de arquitectura?

Creemos que la disciplina es fundamental para la Arquitectura, porque en una obra independientemente de la escala, intervienen muchos factores, los cuales solamente con disciplina se pueden llegar a comprender. Aunque el proceso de creación tiene que ver con las ideas y la calidad de estas, de poco sirven en Arquitectura si no hay disciplina para desarrollarlas, o para construirlas. Durante la etapa de estudios profesionales hay mucho tiempo dentro del mundo de las ideas y poco dentro del mundo donde las ideas dialogan con la realidad cruda. Es una etapa de entrenamiento necesaria, pero no perfecta para la práctica de la Arquitectura, ni definitiva. El estudio será por siempre, constante y coherente a la realidad que uno puede transformar. El tiempo es muy importante para usarlo intentando transformar lo que no puede transformarse aunque muchas cosas pueden ser transformadas en realidad. El tiempo es experiencia, no siempre de uno mismo, por lo que durante la etapa universitaria se debe aprovechar la experiencia de los demás, tanto compañeros como profesores. Es una etapa buena para ir empezando a crear un criterio y una forma de ver el futuro, pero igual no será perfecta, ni definitiva, eso es lo interesante de la comprensión de la Arquitectura a través del tiempo, que se transforma, y mantener ese interés es muy emocionante. La Arquitectura debe ser emocionante. Es una etapa que debe ser aprovechada conscientemente, lo cual no es fácil. Después de esa etapa de alguna u otra manera se debe caminar (en nuestro caso ha sido mejor en equipo) por el solitario camino de la Arquitectura.

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Entrevista de S-AR para CONVERSACIONES – Monterrey, México.

Por Mauricio Mastropiero

¿Qué los une a ustedes como grupo?

Como grupo compartimos, primero una amistad, muchos años de estar estudiando en la misma carrera, la misma escuela, de haber estado en un mismo lugar, eso nos une como oficina. Después el interés de la Arquitectura ya como profesión, como estudio. Y luego después como de manera de vida, de práctica de oficio. Obviamente hay muchos intereses después que se van dividiendo, la Arquitectura implica muchas etapas, muchas fuentes, referencias, procesos. Entonces ahí puede ser que los intereses sean diferentes, pero al final de cuentas en la oficina se juntan todos como factores de proyecto a la hora de hacer un trabajo.

En el tema de colaborar de manera profesional y convivir de manera personal, ¿Como se mezclan?

Yo creo que mucha de la interacción que se tiene en equipo es por parte de la amistad que se ha dado, digamos que, básicamente las ideas han sido fundamentales para poder desarrollarnos a través de los años, una de esas cosas han sido las publicaciones que surgen de algo que pudimos visualizar hace años atrás y esas ideas han sido incisivas y se han mantenido todo este tiempo, siempre como algo latente. Eso es como un ejemplo y hay un montón de ejemplos de proyectos, de cosas de vida, historias que siempre están presentes y marcan una constante. Eso es fundamental para poder tener siempre un espacio en todos los proyectos y así mismo, superarlos, tratar de evolucionar con ellos, como personas y también como arquitectos.

Algo que también es importante es que uno va asumiendo los roles que le tocan en diferentes procesos y tienes que tener una capacidad de comprender que las ideas no siempre vienen del mismo lugar, entonces tener la capacidad de comprender eso y también de aprovecharlo. A veces tienes que aprovechar los recursos de los demás, no sólo los propios, y para eso debes tener cierta humildad para poder escuchar, para poder ver quien tiene mejores propuestas, quien sabe más de ciertas cosas, etc. Eso es irle dando espacio a que sucedan esos intercambios, con respeto obviamente. Es como decir: bueno yo hago esto y tengo más experiencia en esto, ó me gusta más lo otro, mi interés va por acá, etc. y luego eso mezclarlo a la hora de hacer un proyecto. Pero creo que es como conocer las capacidades de cada quien y darle oportunidad a que se avance en eso, y al final se juntan todos los esfuerzos.

¿Consideran que existe una Arquitectura de interés social, o es simplemente Arquitectura?

Consideramos que la vivienda de interés social es también Arquitectura. No hay una Arquitectura para la gente que tiene recursos y otra para la que no tiene recursos. Simplemente es la forma de hacer el diseño espacial, de cómo se acomoda el programa que van necesitando diferentes usuarios.

Obviamente hay que comprender los recursos para cada proyecto. Creemos que como arquitecto deberías de responsabilizarte por un espacio, por el uso de un material, pensando que tiene potencial de hacer lo que sea, independientemente de la escala, del lugar, del usuario, de los costos e incluso de los materiales. La Arquitectura se trata de darles a estos factores un uso con valor en lugar de costo, poner más cuidado en el valor que tienen las cosas al momento de ser útiles, que al cuanto cuestan. Creo que eso se debe hacer en cualquier proyecto, si hay recursos o si no hay recursos. Si es algo que se tenga que hacer desde la economía de unos medios o aunque haya abundancia de medios no necesariamente tienes que usarlos todos. Entonces pensamos que la Arquitectura tiene que ser afrontada igual siempre, independientemente del tamaño, del usuario y ciertas otras condiciones.

También a través de esa distinción de Arquitectura Social y Arquitectura es como se ha generado una distinción social cuando en realidad no tendría que existir nada de eso porque es como tratar de evitar un camino para llegar a otro. Es decir, esto es lo difícil y todo mundo le da la vuelta, tratando de obviar, cuando en realidad es lo mismo, simplemente le ponen títulos, los cambian de nombre, de posición, de países y aún así el problema está latente y vigente en cualquier lugar. Es como que todo lo que abarca ese ámbito sigue marcado esa distinción de por qué hacer y no hacer esto, pero en realidad es responsabilidad de un profesional el  hacerlo. Hay quien lo encara y hay quien no.

También por ejemplo si el tema es la Arquitectura Social siempre se ha ligado a una Arquitectura masiva, para todos, sin distinción de usuario, simplemente porque la economía de esos medios, con los cuales se diseñan esos proyectos cumplen con un montón de gente. Pero esa es una idea que a final de cuentas no ha traído muchos beneficios, sino al contrario, ésta estandarización de las personas ha traído más problemáticas sociales que generar una identidad de las personas para con su casa, con su edificio, incluso con su ciudad, lo que permitiría tener mejores relaciones sociales a final de cuentas.

Creo que toda la Arquitectura es de cierta forma social porque a final de cuentas tiene que haber unos procesos sociales donde el arquitecto tiene que involucrarse con los clientes, los proveedores, los constructores, etc. Este oficio es una relación social a final de cuentas: hacer equipos en diferentes esferas para poder hacer un proyecto de Arquitectura. Toda Arquitectura tendría que ser social en ese sentido y toda (de infraestructura para vivienda social o no) tendría que ser fundamentalmente Arquitectura también.

Otra cosa es que a veces se piense la Arquitectura como una cuestión económica. Hay cosas que son más económicas que otras, pero no necesariamente son mejores o peores, simplemente tienen diferentes costos. Y aquí vuelvo al tema de que si las cosas tienen diferentes costos porque el mercado los dicta (muchos mercados, tanto los de materiales como los de consumo mismo), si todo esto es abstracto por diferentes sistemas, ¿qué podemos hacer para hacerlo más homogéneo y volverlo valioso solamente por si mismo? Es decir, que tuviera un valor, independientemente del costo económico de una pieza de Arquitectura. Entonces, si dignificas el material para usarlo en un proyecto, lo vuelves más bien hacia el mundo del valor en lugar de dejarlo en el mundo de lo económico.

Han utilizado el block de concreto de maneras particulares, ¿Qué nos pueden contar de esto?

El block de concreto lo hemos utilizado de otras formas simplemente por que casi siempre en los proyectos que hacemos tratamos de darle otro significado a los materiales, no nada más utilizarlos como los ves habitualmente, o como salen en los medios, o como se pueden ver en ciertos lugares donde venden materiales. Hay que tratar de darle un giro al material y poderlo utilizar de diferentes formas, hay ciertos proyectos en que los usamos haciendo una re-interpretación del material.

Ese puede ser uno de los caminos, darle una traducción al material a la hora que haces un proyecto y lo utilizas, y otra razón de utilizarlo es que es un material que es económico, que es accesible, que es producido en la localidad de manera industrializada, entonces es un material que puede ser fácil conseguirlo y trabajarlo, la mayoría de la gente también lo conoce. En algunas maneras de usar el block de concreto, sobre todo en las viviendas, por ejemplo de Comunidad Vivex, ahí lo que pasa es que nos ayuda a bajar ciertos factores económicos del proyecto porque evitamos hacer cimbras, utilizando el material como si fuera una cimbra en si mismo, colando dentro de los huecos los castillos estructurales de los muros.

Además lo sabe usar el albañil también, es el material que más conoce y domina aquí en Monterrey.

Si, sería ilógico tratar de hacer un proyecto de Comunidad Vivex con materiales que sean complejos para las personas, y que tuvieran que construir sus casas ellos mismos con algún material que no conozcan o que no le tengan confianza al sistema constructivo. A veces uno tiene que cambiar en ese momento los detalles del proyecto porque a final de cuentas la casa es de ellos, entonces ellos tienen que personalizarla y tienen que poner su parte en el proceso constructivo. Muchas veces se cambian cosas del diseño, pero creo que son a favor del proyecto porque ellos están más a gusto haciendo la construcción y después con el resultado también, lo que hace que la vivienda sea más de ellos.

También lo usamos porque nos interesa dejar de etiquetar ciertas cosas: no porque el block de concreto es económico significa que no lo puedes tener en casas que tengan un poco más de metros cuadrados de construcción. Es un mensaje de dejar de etiquetar el material por dónde y por qué se utiliza, sin importar si es de alto costo o de bajo costo, hay que dejar de usar esas etiquetas y prejuicios atrás para avanzar en la Arquitectura.

En nuestra práctica esta reflexión no comprende sólo el block de concreto, sino en sí todos los materiales, en la honestidad que estos tienen ya, en la traducción visual que tienen y la posición que tienen, en como se traslapan, como se van definiendo espacios con ellos. Eso es lo que realmente genera lo que da valor al programa y a todo el proyecto de Arquitectura. Otras cosas que son innecesarias, en el caso de Comunidad Vivex, se tratan de unificar en esos valores, tanto de posicionamiento, programa, espacio y la definición material, la tectónica de eso.

Hay ejemplos de otros materiales que hemos usado como la malla de criba o la duela metálica que se usa para fabricar portones pero básicamente podemos recubrir una casa con eso. Aunque tenga más recursos el dueño, no importa, no los tiene que gastar en materiales, lo importante es que se usen bien, de manera inteligente. Hemos generado ya para otros proyectos, a través de materiales, exploraciones que pueden competir con cuestiones ya comerciales, con cosas prefabricadas, creo que se puede hacer una investigación y estar intentando siempre que el impacto de la Arquitectura, no solamente como del objeto hecho sino del proceso de pensar la Arquitectura y luego proponer los materiales, ya impacta en la sociedad y eso ya es importante. Si tu generas un material que sea competitivo con una empresa que trae materiales de otro lado y das trabajo a una empresa local, pues el dinero de la Arquitectura está dando vueltas aquí y eso hace más fuerte a un país, me parece.

La importancia de crear un impacto social desde jóvenes. ¿Cómo se dieron cuenta que tenían que hacer esto desde jóvenes?

El interés de que desde joven se tenga una consciencia social viene porque a final de cuentas en un país como México, todos conocemos a alguien que tenga carencias económicas, a lo mejor alguien que trabaja en la casa o algún pariente lejano, etc. El país es muy polarizado y es fácil conocer diferentes realidades. Entonces, no es difícil, al crecer en un ambiente así, darte cuenta de eso y creo que al final de cuentas eso puede permear en cualquier profesión, entonces los arquitectos jóvenes pueden pensar en eso, pero también hay doctores que lo están haciendo no nada más por cumplir o aprender sino porque tienen un interés y saben que tiene una nobleza ese ejercicio, tanto para satisfacer un requisito que les exige su carrera como para también crecer como personas. Entonces, creo que es algo que es inevitable a final de cuentas en México.

Además estas realidades son de un impacto tal que para bien o para mal nos afecta a todos. Realmente esto incluye a todas las construcciones que se hacen, pues afectan a las avenidas, a la manera en que se vive la ciudad, entonces realmente es algo que afecta a toda la población.

Creo también que el interés surge mucho por esa indiferencia que acapara mucho la atención de la ciudad que se desborda hasta un punto donde parece invisible eso. Al venir de lugares distintos, tenemos mucha relación con lugares que no son muy favorecidos y eso te mantiene siempre vivo en el sentido que dices “bueno, si me dedico a hacer esto, yo no voy a hacer algo que dé una limosna sino voy a hacer algo que realmente me comprometa a poder ayudar de alguna manera a lo que hemos visto”. Estar parchando este error, esta falta de “progreso”, realmente ¿cómo se puede hacer algo mejor? Es decir, lo que ya tenemos, mejorarlo y proyectarlo a futuro, involucrarse en la planeación de todo esto. Y ese compromiso implica mucho tiempo y quizás lo más fácil es escaparse de eso, pero creo que ese es el interés por parte de la oficina, del estudio, de tener ese interés siempre latente, desde la universidad y desde tiempo atrás por la relación que tenemos con el contexto donde estamos.

¿De qué serviría hacer Arquitectura sólo como objeto? Como aquél objeto que tiene cierta calidad y claridad en su concepción y después en su fabricación si eso no puede ser compartido con más personas, sobre todo en un país tan polarizado como México, en donde hay gente que no puede tener el servicio de un arquitecto, entonces creo que eso no tendría sentido de hacerse en este país. El arquitecto que sólo está pensando en hacer una Arquitectura que es simplemente un objeto está sólo, en una isla, aislado de la realidad, entonces yo encuentro natural poder hacer proyectos en diferentes contextos, en diferentes condiciones, a veces hay recursos y a veces no. El tema de hacer una asociación civil que ataque directamente eso es para poder hacer más factible esos proyectos y poder tener un poco más de herramientas para apoyar a otras personas que no tienen los recursos económicos pero tienen recursos muy valiosos como los humanos que a veces son mucho más valiosos que alguien que tiene recursos económicos pero no tiene las ganas o la fuerza que le genera la necesidad por experimentar un espacio mejor.

¿Qué factores se tienen que juntar para hacer un proyecto de Comunidad Vivex?

Los factores principales que se tienen que juntar para que se pueda dar un proyecto de Comunidad Vivex son: en primer lugar tener una familia beneficiaria. Normalmente trabajamos con gente que tenga una familia donde forme parte un albañil o algún otro obrero de la construcción, alguien que tenga la capacidad de realizar él mismo, a través de su esfuerzo y experiencia previa, su vivienda. Segundo tienen que contar con un terreno legal. Nosotros hacemos la parte de diseño, de aterrizar un programa de acuerdo a sus necesidades, se hace el diseño para cada familia incorporándolos a ellos en el proceso. A partir de eso se hace la cuantificación del material y después se pueden conseguir. Teniendo los materiales se empieza la construcción de la vivienda, la cual se realiza principalmente por la familia beneficiaria.

Sí, la construye el beneficiario directamente, por eso es importante que pueda entender el proyecto de manera constructiva, que tenga la experiencia que le permita leer los planos, entender ciertas etapas de construcción y el ir haciéndola paulatinamente con sus esfuerzos. Esto importante para que tenga un valor para él.

Tristemente estamos acostumbrados a tener muchos beneficios gratis, en una sociedad en donde no se acostumbra a las personas a que las cosas cuesten el regalo no llega a construir un esfuerzo y esto no genera pertenencia. La idea de que al albañil o a la familia beneficiaria le cueste el construir poco a poco su casa es para tener un valor de pertenencia y poder cuidar ese valor que construyeron, que realmente es la mitad de la asociación civil y la mitad del beneficiario. Es un trabajo en equipo.

¿Cómo han ido evolucionando los proyectos ya terminados? En cuanto a apropiación, crecimiento, etc.

Los proyectos van evolucionando de manera muy natural porque al final de cuentas la gente se va apropiando más allá de la construcción, se van apropiando con una personalización del espacio a nivel de gustos y preferencias. A final de cuentas esa es la cultura que persiguen y en la que están desarrollándose. Seguramente las casas irán cambiando más aún, en las casas de Comunidad Vivex entregamos cosas que de alguna manera no son para siempre, la estructura si, pero quizás algún cerramiento o las puertas no y estamos conscientes de que algunas pueden mejorarse. Algunas porque cuando ellos mismos la hacen y por ejemplo es la primer puerta que hacen tiene lógica que no quede tan bien pero después de hacer 10 puertas quizás la última ya queda bien y esa ya la pueden dejar mucho tiempo, pero habrá que hacer un proceso de ir aprendiendo y regresar a hacer lo que en principio no habían hecho tan bien. Lo importante que este proceso van haciéndolo ellos mismos. Creo que esos cambios que los involucran van enriqueciendo también la casa, lo importante para Comunidad Vivex no es tanto el objeto arquitectónico en sí mismo, sino que a través del proceso constructivo y usando la Arquitectura como herramienta social la gente pueda tener acceso a una mejor calidad de vida y un patrimonio. Eso es lo importante.

A final de cuentas el constructor directo puede lograr un objetivo a corto o mediano plazo: dar a su familia una vivienda más digna, mejor diseñada, con mejor iluminación y ventilación, pero en realidad el impacto que esperamos es a otro futuro, más allá del de él, porque él ya está haciendo su vida, pero sus hijos o los niños que están viendo el proceso, viendo al padre que está haciendo la casa, viendo el esfuerzo, viendo el trabajo. Creo que ellos pueden tener acceso, a partir de un patrimonio, a otras cosas, a tener otras posibilidades para definir sus propios futuros.

El tema del patrimonio es algo importante porque realmente la mayoría de los obreros que trabajan en la construcción no llegan a tener un crédito financiero para vivienda, también son generalmente una comunidad que está cambiando constantemente de trabajo y así les es difícil llegar a tener una estabilidad por lo cual difícilmente tienen posibilidades de tener una vivienda. Es muy complicado para que puedan tener una vivienda, generalmente la mayoría de ellos viven rentando y los que tienen acceso a algún crédito es uno que nunca dejan de pagar, prácticamente por el resto de sus vidas. Lo que permite Comunidad Vivex es que ellos puedan tener su vivienda y a partir de ahí ya puedan llegar a ahorrar para saldar otros gastos, como la educación de los niños u otras cosas que son también prioritarias en el desarrollo de una familia, de una comunidad y de una sociedad.

Para Comunidad Vivex es muy importante que existan las condiciones legales sobre la pertenencia de la tierra donde se hacen los proyectos, así como también de una estructura que pueda ser resistente y que pueda durar bastante tiempo. Hay muchas iniciativas que quieren apoyar a la vivienda de escasos recursos pero con casas que son demasiado temporales y se hacen en lugares que no tienen un estatus legal y eso es un problema porque las familias pueden ser desalojadas de ese sitio que no les pertenece legalmente. El hecho de tratar de hacer una vivienda para ayudar a alguien si no están esas condiciones elementales puede generar incluso más problemas sociales.

Tan importante como es la participación de la familia, también es la de la comunidad, es decir, viene más gente involucrada, los amigos y personas de la construcción que hace esto mucho más afable, mucho más práctico y tienen la visión ellos de cuánto tienen que hacer y qué es lo que tienen que hacer en cada momento. Entonces el ser capataz de tu propia casa es otra historia, no solamente para con tu familia sino para toda la gente como entorno. Se genera un líder a fin de cuentas y creo que eso también es un aporte, como crecimiento personal. Como un ser humano que está capitalizando algo a través de su esfuerzo. No solamente de su esfuerzo monetario, es otro tipo de involucramiento.

Se vuelve una relación más simbiótica entre la gente que participa, los amigos, la familia, todos buscando un sólo objetivo y en realidad esa es la verdadera Comunidad Vivex, no es el arquitecto, no es la asociación civil, es el poder de la persona que se mete a construir su casa y tiene la capacidad de jalar a más personas, de convocar a más personas y hacer una casa de la nada, sin tener recursos, pero en realidad ellos tienen capacidad de organizarse, de cuidar los recursos, de hacer un montón de cosas que quizás en su vida no hubieran estado haciendo: trabajar los fines de semana, llevar una administración de tiempos y de los recursos materiales que se les están proveyendo. Empiezan a generar un entendimiento y un conocimiento de otros valores, que posiblemente no hayan tenido antes, a través simplemente del ejercicio de construir algo.

Alguien que comienza poniendo blocks termina generando una comunidad, eso es importante.

Han trabajado también con obreros y personas que han estado ya en sus obras. Esto imagino los hace más profesionales y los integra todavía más como equipo.

Algunas personas que han estado en Comunidad Vivex han trabajado en otras obras con nosotros, no necesariamente siempre, pero si han sido conocidos y creo que eso a final de cuentas nos da confianza para que ellos crean en lo que estamos diciendo, que lo tomen en serio, porque se vale que si toda la vida te han platicado cosas y no son reales entonces ya no creas en nada. Y de pronto las cosas si pueden suceder. Creo que el hecho de que algunos de ellos los hayamos conocido en otras obras ha ayudado a que eso fluya también mejor. A final de cuentas todas las relaciones para que tengan un futuro necesitan primero una cimentación fuerte, de amistad y confianza, para que después pueda crecer algo más allá, incluso a hacer una casa.

¿Cuál es su experiencia de participar en concursos en México y/o otras partes?

Creemos que la experiencia de participar en concursos tanto nacionales como internacionales, radica en la manera en que se desarrollan las entregas con los tiempos y los alcances que hay. Y, finalmente no es tanto la búsqueda de un premio sino más bien la realización de los que se han podido ganar y eso ha sido, de alguna manera, un fraude en los concursos que hemos participado en México, y en los internacionales ha sido lo contrario, ha reivindicado el tema del concurso, tales son los casos de Argentina, Chile, donde mucho de lo que se concursa se construye.

Los más complejos son los de interés social por la envergadura que llevan en el desarrollo, en el tratamiento; creo que son de los concursos más complejos por el tema de planificación y desarrollo de los mismos, es decir, tiene que hacerse todo en etapas, y tienes que conocer el contexto al cual tienes que involucrarte para entender qué es lo que estás proyectando. Cuando se trata de proyectos que son más de espacios públicos, todos vivimos una ciudad y podemos comprometernos con esos espacios, pero al tratarse de viviendas particulares o de concursos de vivienda de interés social te demandan mucha energía porque no sólo es contemplar la producción de una casa, de una vivienda y sus etapas, es contemplar también la manera urbana de cómo se plasman estas casas. Creemos que esto involucra tanto un conocimiento de algo muy particular hasta un conocimiento muy urbano. Es muy interesante en ese sentido.

Algo muy ligado a esto es cómo los concursos, principalmente de obra pública, elevan la calidad de la Arquitectura de la ciudad. En su experiencia internacional respecto a este tema y que aquí no sucede, ¿Qué cambia el profesionalismo de la ciudad?

¿Cómo cambia el panorama profesional del arquitecto cuando se realizan los concursos que se ganan? La fortuna de haber ganado y conocido otros lugares, es fascinante ver cuando tú participas en un concurso, y si lo ganas o no lo ganas, te das cuenta que la mayor parte de la infraestructura de ese lugar o ese estado, ha sido gracias a la potencialización de los mismos concursos con la colaboración del gobierno y los arquitectos que generan espacios realmente impresionantes. Uno de los que más creo que me ha impactado, es lo que han realizado tanto Chile como España, Argentina lo ha venido también haciendo; esos son los lugares donde he tenido un poco más de contacto y creo que eso hace una especie de aliciente para la profesión, es decir, generar estos espacios, ver capitalizado tu esfuerzo en estos espacios públicos, y lo más increíble de todo es la reseña que tienen las personas, el usuario de estos concursos que se ganan y se construyen, eso es lo más interesante de todo; la sensación de personas que se encuentran frente a algo ajeno a ellos que lo van adaptando, y lo van adaptando a una velocidad que es increíble por lo atinado que son algunos, y se encuentran siempre otros giros que lo hacen provechoso; sin embargo la herramienta de llegar a concurso, viene siendo la mejor manera a fin de cuentas de poder generar la participación ciudadana, ciudad y un espacio donde todo mundo pueda participar.

Nos comentaban un poco de las maquetas, de la importancia de éstas y de los bocetos en su proceso…

La importancia de las maquetas y los bocetos es prácticamente la determinación de los espacios, la búsqueda de las ideas a través de ello. Estos siguen siendo a fin de cuentas herramientas, herramientas del pensamiento que se va manufacturando en algo que es físico, en algo que es visual, y en algo que puedes transmitir. Es la ayuda de la escala de cómo se va desarrollando la maqueta en cuanto a su volumetría, es más fácil de poder entender, tanto para nosotros que lo desarrollamos, pero más aun para los usuarios, creemos que es lo más fascinante, que se puede entender un conjunto de ideas apoyadas con cosas que son totalmente artesanales, que es algo que con la velocidad de estos tiempos es algo que estamos viendo es algo ficticio y que se genera a través de una computadora; sigue siendo una herramienta, y es bueno, no estamos en contra, pero lo otro creemos que sí te sigue comprometiendo más con la paciencia, te sigue comprometiendo más a tu determinación de poder tener cierto tiempo para poder dedicarte a eso, y realmente cuando se tiene eso definido, el desarrollo de esto sentándote en una computadora puede ser muy productivo para la vida, porque puedes reducir mucho ese tiempo, pasar más tiempo en algo que te involucra en todo el espacio, a pasar a algo que te involucra sólo una parte del día.

¿Qué es lo que permanece en todas sus obras?

La búsqueda de una idea y de esa generación de poder tener algo que siempre sea emotivo, en el conjunto, en el proceso, en el alargue de todo esto y una constante de todo esto es el tiempo. Desde su generación, no es algo que se termina, es algo que se alarga mucho más y se sigue aprendiendo a través de esa idea. Entonces esa idea que se generó en un principio, algunas veces es constante y sigue latiendo. En una casa, por ejemplo, esa idea es una cosa que se alarga y se va transformando por necesidades; en un edificio público puede pasar también; en los espacios públicos creo que puede pasar. La idea es lo que va a ser el detonante todo el tiempo. Si los proyectos no tienen eso, entonces hay que empezar por preguntarse si realmente eso se necesitaba o no, creemos que esa es una de las constantes en las cosas que estamos haciendo.

Empezamos con eso de las maquetas…

La maqueta, como herramienta de diseño, pensamos que es fundamental porque es una primera instancia de cuando estás pensando ideas para un proyecto. Obviamente las maquetas van cambiando de tipo de maqueta, ves unas maquetas que muestran más las ideas en un inicio, después se van haciendo con cuestiones que tiene que ver con pequeñas luces de cómo va a ser el material, el proceso constructivo que estamos planteando en un momento u otro, y después llegan a  una maqueta con más detalle, con más precisión en las medidas y dimensiones de las cosas, un acercamiento más real a la Arquitectura. Obviamente las maquetas pertenecen al mundo de la Arquitectura, pero la Arquitectura ya no pertenece al mundo de las maquetas. Entonces tienes que entenderlas como parte de un proceso, como algo que te sirve para llegar a otra cosa. Igual pasa con los bocetos, de boceto viene como un pensamiento, como una reflexión de algún tema que estás viendo en alguna parte del proyecto, y después el boceto finalmente llegará a un plano, otra vez más acotado, más pensando con dimensiones, con espesores, con especificaciones, pero al final de cuentas cuando haces el boceto hay muchas cosas que ya venían ahí de manera encriptada. Al final de cuentas el desarrollo técnico de la Arquitectura lo que hace es sacar a flote ese código, mostrarlo para que otros puedan utilizar esa reproducción y desarrollo de esa idea para construir algo a escala humana.

¿Qué es lo que buscan en todas sus obras?

Nos interesa que los proyectos tengan un sentido. Buscar que al final cuando uno se da cuenta que las obras de Arquitectura trascienden y duran más que el mismo arquitecto, uno tiene que tener cierta responsabilidad por lo que hace. Pasar, después de años, a ver alguna cosa que hayas hecho, te va abrir el panorama y te va a dar ciertas respuestas de si la idea funcionó o no. Nos interesa que tengan algún sentido los materiales, en el uso de procesos constructivos, en cómo se relacionan con el contexto; siempre pensamos que la mitad del proyecto es cómo se relaciona con el contexto y después vienen todas las demás soluciones de la Arquitectura en sí misma.

Pensamos que a final de cuentas lo que queremos es que los proyectos tengan sentido al final del tiempo cuando, después de años que estén ahí, la gente pase, el usuario lo vea y lo viva y diga bueno, tiene sentido que esto sea lo que se haya construido. En un mundo sobre-construido, donde todo está lleno, creemos que hay que pensarse muy bien si vale la pena hacerlo, y si las condiciones totales que rodean un proyecto valen la pena como para que uno invierta su tiempo haciendo Arquitectura. Si creemos que no hay equilibrio en las cosas, definitivamente no tiene sentido y no vale la pena invertir parte de la vida haciendo Arquitectura.

¿Cómo ha sido la experiencia de además de hacer Arquitectura, hacer libros?

Para nosotros el ejercicio de hacer libros, u otro tipo de publicaciones que estamos haciendo actualmente, es en parte sacar ciertas reflexiones sobre una cultura arquitectónica. El arquitecto no nada más tiene ni debe enfocarse en simplemente la Arquitectura, sino que tiene que también ayudar a que la Arquitectura llegue a las personas, a difundir la Arquitectura, a cuidar la Arquitectura y a defender la Arquitectura. Creemos que un proceso o una herramienta útil para eso es la publicación, a final de cuentas es algo que materializa también ideas como un edificio o como una construcción, pero de una manera más amigable y más fácil de mover, más fácil de llevar a todos lados y que también condensa, de manera quizás más efectiva, muchísimas más ideas que una obra arquitectónica. A final de cuentas, el contenido de un libro o de una publicación, tiene que ser reflexionado, tiene que ser más pensado, para que valga la pena también hacerlo y que también digas unos mensajes coherentes en ese contenido. Nos parece que es un ejercicio que para las oficina de Arquitectura, las que a veces estamos incursionando en cuestiones editoriales o en publicaciones independientes, es muy enriquecedor porque también podemos ver incluso el propio trabajo desde fuera y lo podemos compartir también de una manera más masiva en ese sentido, pero también más fácil y que puede llegar a impactar a más personas, y luego a partir de ahí generar más discusiones. Compartir la Arquitectura quiere decir que estás abierto a que tu obra o tu trabajo sirva para que haya algo mejor, que alguien descubra ciertas ideas y después trabaje sobre ellas y pueda proponer algo mejor y diga, esto estaba mal y luego esto está mejor, e ir avanzando en la evolución de la Arquitectura como disciplina. A uno le sirve como ejercicio para ir pensando ¿De qué quieres hablar en determinados momentos del trabajo de un estudio? E ir viendo si eso tiene cierta incidencia en la ciudad o en la sociedad donde uno está. Parece que al final uno no nada más tiene que dedicarse a la Arquitectura como construcción o diseño como arquitecto, sino también responsabilizarse en la Arquitectura y empezar a protegerla, a difundirla, y a crear una conciencia en que existe algo diferente a lo que posiblemente era parte de la sola pieza que es la Arquitectura, porque definitivamente la Arquitectura no se aprende en las secundarias ni en las preparatorias, es una cosa que no es de conocimiento público en ese sentido. Creo que una publicación puede ayudar, de ahí viene publicación, de ahí viene lo público, de que se genere una relación entre más personas, entre una sociedad, entonces puede ayudar a que eso se difunda y eso es bueno para que la Arquitectura sea más valorada en una sociedad.

¿Qué sigue? Tanto para S-AR, como para Comunidad Vivex, y para ustedes.

Definitivamente el vislumbrar desde una etapa temprana una oficina como la nuestra, que es relativamente joven y pequeña, en un futuro es complicado. Podemos hablar más bien de ciertas cosas que deseamos, que desearíamos que pasaran con el trabajo de la oficina, de S-AR, de tratar de que así como, por ejemplo, el interés por que la Arquitectura tuviera una finalidad social, o más social, dirigida a personas que no podían contratar un arquitecto, ese interés que existía antes llega a consolidarse en una asociación civil. Ese tipo de transformación nos interesa también con la otra parte de la oficina, con la parte que es meramente arquitectónica, que la oficina pudiera consolidarse en el punto de poder hacer a través de edificios o de proyectos de Arquitectura una enseñanza y a final de cuentas, generar conocimiento, que pueda compartirse a través de esas primeras experiencias en edificios que podamos hacer. No sabemos cuales ni cuantos, tampoco estamos pensando cómo buscarlos, los proyectos que hemos podido hacer nos han ido llegando de manera a veces fortuita o cosas así. No tenemos unos panorámicos anunciando que hacemos Arquitectura u otra cosa, simplemente pasa y con gente que tiene la confianza, y a veces con algunas que al principio a lo mejor no la tienen pero que se va creando con el tiempo y el trabajo, porque a final de cuentas somos personas y podemos dialogar y platicar y llegar a acuerdos. Y de ahí tratar de utilizar esas oportunidades para hacer Arquitectura, ciertamente es complejo, es difícil, sobre todo cuando uno va empezando, una oficina pequeña y joven y en lugar como Monterrey, donde quizás la Arquitectura no es la prioridad de mucha gente, es complejo. Pero aprovechar entonces cuando tienes estas oportunidades para empezar a hacer un discurso, para empezar a hacer un lenguaje. Al final de cuentas no importa la forma de ese lenguaje o si los proyectos son todos iguales o siempre usas el mismo material, sino que importa el significado o el mensaje que estás dando con el lenguaje. Así como los poetas con las mismas palabras que han existido siempre y con las mismas leyes gramaticales y de ortografía, siguen generando ideas nuevas, nosotros tenemos que trabajar también con cosas que ya existen, no se trata de estar tratando de inventar el hilo negro. Eso ya existe. La Arquitectura no necesita uno u otro arquitecto, necesita mejores arquitectos. La Arquitectura siempre ha existido. Lo que se necesita hacer es entender que eso ya sucede y agarrar el hilo negro, el que te toca agarrar, y empezar a desenredarlo para hacer con él un tejido de gran calidad para hacer un suéter, o un guante o un gorro, lo que te toque y debas hacer. Y a través de ese ejercicio transformarlo, con eso intentar hacer avanzar un poco la disciplina.

En el futuro, el que vemos, es tratar de seguir haciendo eso, haciendo proyectos pequeños, chiquitos, de todo tipo, tratando siempre de hacerlos con gran intensidad, complexión, mitigación. Tratar de referenciarnos con gente que está haciendo cosas muy interesantes en el mundo, es decir, poder ver más allá de la espesura de información, tener un criterio para evaluar qué es lo que creemos que sería más importante o interesante para nosotros y de ahí poder enriquecernos. Hay que pensar que somos de esta generación donde hay demasiada información, antes no había información, ahora hay demasiada información. El tema entonces es tener unos criterios claros, qué conviene, qué no conviene en este tipo, qué podemos aprender de estas personas, qué no debemos de aprender de otras personas. Y de ahí tratar de hacer algo que a final de cuentas tenga un resultado honesto, tenga un resultado positivo, tenga un resultado que sume a la vida de las personas, a la vida pública de las ciudades también, y obviamente a la vida de uno mismo. A final de cuentas, la Arquitectura es más allá de un oficio, es también una manera de vida, donde uno tiene que seguir creciendo y aprendiendo. No se trata nada más de ofrecer un servicio, que después uno sabe hacer medianamente o completamente, sino que se trata de que cada oportunidad te haga a ti mejor persona. De nada sirve ser buen arquitecto sino eres buena persona. Necesitas tener una retroalimentación directa de esa profesión, de esa intensidad. Creemos que cuando haces las cosas con cierta conciencia y pensando en hacerlas bien, simplemente después todo lo demás se va notado, se va ligando, se va haciendo solo. Obviamente nunca se va a acabar el trabajo. Entonces hay que pensar en que la Arquitectura no se convierta en trabajo, sino que se convierta en algo que disfrutes, en algo que sea parte de tu vida y ya. Creo que en algún momento también el futuro de la oficina puede ser como una cuestión más relacionada a la generación de un conocimiento de la Arquitectura, que a la producción de la Arquitectura en sí misma. Por eso estamos metidos en la academia y damos clases y tratamos de compartir eso y estamos continuamente dando conferencias y ese tipo de actividades. Porque nos interesa la capacidad de la Arquitectura de pasarse de una persona a otra. No necesariamente igual, porque es difícil que pensemos igual, pero a través del trabajo sobre todo. No nada más quedarte en el quizás de las ideas, sino entrar en la discusión de los pensamientos, que es bastante abstracto. Ya cuando haces alguna cosa material, que está en el mundo, eso se vuelve importante. Y es importante que esas cosas hablen por sí solas, más allá de todo discurso.

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Entrevista de S-AR para Coolhunter MX – México.

Por Ebbani Reyes y Edna Pedraza

¿Cómo definen la Arquitectura de S-AR?
 
Es un trabajo que responde a ideas fundamentales (sitio, materia, ideas, personas) que intenta llevar de lo humano a lo positivamente constructivo. Las propuestas se enfocan a buscar variantes tanto espaciales como constructivas según sean las necesidades del proyecto.  Intentamos hacer propuestas que a través de la reflexión del programa y de las condiciones del proyecto podamos aportar una experiencia para los usuarios que la utilizan. El trabajo evoluciona en la medida que evolucionan los proyectos. Cada proyecto lleva consigo una dosis de aprendizaje y otra de exploración por lo que los resultados son variables y terminan siendo sencillamente complejos en cuanto a la relación de manufactura-idea se refiere.
 
De los proyectos que han trabajado ¿cuál ha sido una de las experiencias más memorables y por qué?
 
Más que ser un solo proyecto creo que es más bien esta idea del querer hacer mejor las cosas, el tema de lo social como vivienda o espacio ha estado en constantes proyectos que hemos querido realizar. Años atrás hicimos posible la publicación del libro «Catálogo Vivex» el cuál es un compendio de ideas desde donde habíamos entendido algo urgente para hacer una propuesta, un cambio por mejorar condiciones de vida para personas en carencias extremas. Creemos que por el sentido y razón del hacer estos proyectos, la terminación de la primera obra de Comunidad Vivex (la Asociación Civil que surgió después del Catálogo Vivex para afrontar proyectos de Arquitectura Social) Casa Caja, deja expuesto mucho de lo que hemos venido buscando y compartiendo en todos estos años, tanto en ideas como en humanidad. A esta experiencia se suman el trabajo y tiempo de muchas personas que siempre apoyaron la iniciativa, desde el diseño con la familia hasta la manufactura de la idea en escala 1:1. Estas relaciones humanas fueron  generando así en otras personas esta idea del querer hacer mejor las cosas, de aportar un cambio o mejora social a través de nuestro oficio. Creo que eso ha sido algo fundamental para encontrar razón de ser en todos los proyectos que hemos trabajado.
 
¿Cuáles creen que son los retos que actualmente enfrenta la Arquitectura tanto en México como en el lugar en que operan?
 
Probablemente el máximo reto que afrentamos hoy es el de la cantidad contra la calidad. Este problema generado por la inmediatez de construir cosas sin reflexión, de favorecer una educación sin reflexión, de habitar ciudades que cada tres o seis años cambian de planes para cambiar lo que la ciudad anterior dejó es el reflejo de la cantidad sobre la calidad. Faltan concursos públicos abiertos de Arquitectura para infraestructura, los mismos concursos que en otros países construyen nuevas ciudades y nuevos perfiles de equidad social son necesarios en nuestra estructura social participativa. Lo hemos visto y vivido en países como Chile, Argentina, Colombia, etc. Este ha sido un mal de fondo que desde hace muchos años viene cuestionando la veracidad y transparencia de quienes construyen nuestras ciudades y de qué es lo que están construyendo con nuestros recursos económicos pero con muy pocos de nuestros recursos humanos. Falta calidad en la convocatoria y transparencia de concursos públicos y eso frena el desarrollo democrático de ideas generadas en los diferentes sectores de nuestra sociedad, incluyendo por supuesto el potencial que la Arquitectura tiene para incidir en la calidad de los espacios públicos de las ciudades.
 
También lo vemos en la oferta inmobiliaria de Monterrey así como en la periferia de cualquier otra, vemos muchos modelos similares floreciendo por otros lugares, pero el modelo es desafortunadamente malo. Todos ellos superan la cantidad en lugar de la calidad cuando sería bueno encontrar un equilibrio entre ambas sobre todo desde la base de la educación. Esto lleva a reflexionar sobre la dirección de Escuelas de Arquitectura que cambian de perfil de arquitecto a cada tanto cuando debería tener, al menos, siempre las mismas bases y a partir de ahí generar herramientas de adaptación a los tiempos y por supuesto de innovación, traducción y experimentación con el conocimiento y para generar conocimiento. Actualmente la educación del arquitecto se enseña y diseña como un modelo de simple negocio y no como algo que tiene que trascender para mejorar la calidad de vida de los usuarios comenzando con uno mismo. El arquitecto que esté formado con buenas bases tiene este reto por mejorar su entorno positivamente mediante proyectos que sean inclusivos y no exclusivos.
 
Y por lo tanto ¿cuáles creen que son las tendencias que estará viviendo la Arquitectura?
 
Hoy día la Arquitectura ya no viene exclusivamente en formatos grandes ni residenciales sino también en pequeña y micro escala donde se hacen obras relevantes tanto en su manufactura constructiva así como en el discurso temático de la idea en la obra. Todo esto sin dejar de ser grandes programas institucionales o habitacionales. El aprovechamiento y síntesis en la reducción y aprovechamiento de esos recursos nos permite ver otra Arquitectura. En esta época tan polarizada por las economías donde cada vez se distancían más las clases sociales, podemos ver mucha más versatilidad y congruencia en temas de pequeña escala, intervenciones puntuales y obras temporales que fundamentan una ideología de ideas construidas gracias al entendimiento del hacer lo que se puede con lo que se tiene; hoy en día hay excelentes ejemplos de equilibrio entre manufactura e idea, lo que genera la calidad de una obra de Arquitectura.
 
Explíquenos qué es Comunidad Vivex.
 
Comunidad Vivex es una organización sin fines de lucro orientada tanto al diseño y auto-construcción de hogares para familias de bajos recursos como de infraestructura básica para organizaciones que brindan apoyo social. 
 
En el caso de proyectos de vivienda la familia tiene que tener los siguientes requisitos para poder ser candidatos a entrar en el programa de vivienda de Comunidad Vivex:
1. Ser propietarios de un terreno propio,
2. Participar activamente en la construcción del proyecto. Deben contar por lo menos con un integrante (en la familia o comunidad) que este relacionado con la construcción, alguien que tenga la experiencia de leer planos y ejecutar las obras ya que esta persona se encargará de hacer la vivienda en conjunto con la comunidad de familiares, colegas o amigos que estén dispuestos a participar también. Nos interesa que se genera un trabajo en equipo a través del ejercicio de la construcción.
Posteriormente se procede a una etapa de diseño donde se adecua un programa de acuerdo a las necesidades de cada familia y a partir de ahí se hace cuantificación de materiales y se empiezan a conseguir los materiales mediante patrocinios. Las viviendas se construyen a través de los recursos humanos de la familia beneficiada, ellos son los responsables de organizar sus tiempos y recursos para hacer su vivienda. Lo importante aquí es ratificar ese valor de pertenencia para poder cuidar ese nuevo patrimonio que construyeron juntos.
 
La idea es construir Arquitectura. Una de las ideas de Comunidad Vivex es mejorar las condiciones de calidad de vida de los usuarios que aspiren a su vivienda a través de la Arquitectura. Esto genera diversidad y participación ciudadana, empatía por una meta en común. Uno de los deseos de Comunidad Vivex es construir Arquitectura que sirva como herramienta para la obtención de valores y habilidades nuevas para la comunidad.
 
Proyectos a futuro o en los que se encuentran trabajando que nos puedan compartir.
 
La mayoría son encargos de escala residencial (casas) y de menor escala (pabellones, mobiliario, objetos) algunas para la ciudad, otras fuera de ella. También estamos gestionando traer a Monterrey la exposición sobre Comunidad Vivex que presentamos junto al colectivo SOMOSMEXAS en ATEA en la Ciudad de México en el 2014.
Estamos por terminar una nueva vivienda en Comunidad Vivex e iniciando otra, así como un Centro Comunitario e Iglesia en la periferia de Escobedo, Nuevo León, el cual ya empezó a construir la comunidad beneficiaria.
Paralelamente a esto tenemos varias propuestas editoriales sobre difusión de Arquitectura, un tema que encontramos necesario debido a la falta de conocimiento de la Arquitectura por la sociedad y el público en general.

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Entrevista de S-AR para WIRED – San Francisco / Nueva York, E.U.A.

Por Margaret Rhodes

Affordable Housing That Families Design and Build Themselves.

It´s a rare luxury to get to design your house, and rarer still if there’s a housing crisis. But that’s the promise of an experimental initiative from Mexican architecture firm S-AR.

Over the past several years, a housing shortage has taken hold in Mexico. A 2011 paper from the Wharton School of business pointed to a lack of development and financing options for creating sustainable housing—a problem that led to a deficit of 9 million homes (that tally also comes from 2011; the report indicated the number would only go up from there). In response, the Mexican government fast-tracked affordable housing developments to make sure citizens—particularly around the Mexico City and Monterrey areas—could find homes. It’s the kind of progress that leads to yet another challenge: how do you avoid a one-size-fits-all solution for something as personal as a home?

“We think that each family is unique, and the house for each family should be unique as well,” says César Guerrero, S-AR’s founder. S-AR’s portfolio includes fairly standard projects, like private residences and educational buildings, but the studio also runs a non-profit outfit on the side, called Comunidad Vivex. Also located in Monterrey, Mexico, Comunidad Vivex is where Guerrero and his team cook up experimental, utopian-esque projects, like this concrete “Casa Caja.”

S-AR designed the house with, not just for, the family that will live here. In this case, it’s a two-story cube-shaped house with flexible shared space on the bottom floor, and more private bedrooms upstairs. The family owned the plot of land already, but because the breadwinner is a 32-year-old construction worker who often changes employers, securing financing was a problem. Local businesses donated the concrete blocks, plywood, and glass for windows, and then the owners—along with help from neighbors—built it themselves. No costs went into construction or contracting, because that’s already the owner’s expertise.

It’s a take on an old adage: teach a man to fish, and you’ll feed him for a lifetime. In this case, that ideology goes both ways. For Comunidad Vivex’s pilot houses, Guerrero is working with construction workers in the Monterrey area who need houses. “This saves a lot of money,” Guerrero says. “They know how to do the work, and can enrich the project with their experiences. The design is a participative process where the family gives us ideas, and feedback about ours.”

How is Comunidad Vivex different from the rest of the S-AR firm?

Comunidad Vivex is an independent platform for Social Architecture, it is an S-AR´s initiative but works independently in an adminitrative way and in the design-construction process. This because S-AR can develop any kind of architectural projects from educational building, urban design, private houses, urban spaces and other kind of public or institutional buildings, also furniture and independent publications about Architecture while Comunidad Vivex is focused only in social projects like housing for poor families or small buildings as infraestructure for institutions or non goverment organizations that give social support for a public or social sector of the society that haven´t enough economical resources to pay the profesional services of an architectural design studio. The subject of the non-profit organization is to put the benefits of architecture near for those that can´t pay for it with money but can work or construct themself their own houses or buldings.

Where did the idea for this ongoing housing project come from?

We see a lack of quality in the social housing provided by the goverment as response to the housing problem in Mexico. As country we always have a déficit in the number of houses for the population, and there are a lot of families living in extreme poorty, and the goverment focused in do the most large number of houses in the short time, allowing to private enterprises to design and built clusters of a only one model of house for all the people.
We think that each family is unique and the house should be as well unique for each family. That´s the social work of architecture, to listen and to response punctually for the needs of the people. So we start to do alternative projects about social housing or emerging houses that could be used in natural disasters for example, and in 2008 we put them together in a book titled Catálogo Vivex (a mix between the spanish words for Catalogue, House and Mexico: Catálogo-Vivienda-México). After that, we needed to prove that those prototipes could work in the field and after a couple of failed tries, we saw that founding a non-profit organization that works about that theme was the most intelligent way to support that initiative and have real results.
In Mexico there are a lot of families living in lack of services and rights, like housing. Paradoxically those that work in the construction of houses the most of times have not an own, and due the nature of this employ in Mexico, these workers regularly change of contractor or of construction enterprise and that don´t let them to have chance for a credit or other kind of government´s supports for housing.
So we decided to start with this segment of society, in part because our architectural work put us in contact with a lot of construction workers.

Can you walk me through how it works? How do you choose families, how do you assess their needs, how do you help in the design process?

The first phase is to find an study case: a potential family to aspire to own and work in the construction of their house. They have to be the owners of the land for the Project, this because we cannot support projects in no legal plots. Also at least one the members of the family must have experience in construction, thats why we are starting to work with construction worker´s families, cause they know how to do the work and can enrich the project with their experience. The design is a participative process where the family give us ideas and feedback about ours. At the end we want to do houses or projects that the inhabitants feel as part of them, this give the projects more value that only providing the house, we are interested in «teaching to fishing the fish and no only give the fish».
After we finish the design process, Comunidad Vivex starts to search construction materials by donations from particulars or enterprises, we move the materials to the sites of the projects and the families supported by their relatives, friends or colleagues build the house. This interaction is the real Comunidad Vivex, they are the real community that work together to building a house. We are just like guides in all the process, putting some knowledge and order, in a large teamwork.
This kind of projects takes more time than a regular construction because we have to adjust the different phases of the process with the free time of the family.

Will each house look the same, or can they be customized?

We design each house unique as unique is the family and conditions for a project. Maybe the Casa Caja can be understood as a prototype because the design has that potential but we are not interested in explore only that model of house, by now we are developing different models, that keep intellectually stimulating the design process.

What makes this so affordable? Is it the materials?

The key point of the Comunidad Vivex´s methodology is the participation of the people, of the families in the construction of the houses. This saves a lot of money spent in the construction, that is the model that we have found for empowering the people and share responsibilities, also as a educational process to create more values like respect, teamwork, to be self supporting, and also the value of the work indeed.
Of course the selection of the construction materials are elemental for the success of a project, we understand the materials by their value and not by their commercial cost. This search of opportunity in the use of an specific material pushes the projects to be very rationals and synthetics, and that´s translated into a contemporary architectural language.

Is this a non profit? What is the business model in place?

There is not a business in this model, not for Comunidad Vivex, we are only giving back the support that labourers give to architects when we build works.
We understand our practice as a result of an educational process, where the final point of it is to transform knowledge into quality of life for the others, independently of their cultural backgrounds or economic resources.
We think architects have the responsibility of change some paradigms and sometime part of the reality, or at least of try it as hard as be posible.
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Entrevista de S-AR para AVE Magazine – Ciudad Juárez / Monterrey, México.

Por Equipo Editorial AVE Magazine

¿Qué es Arquitectura?

Entendemos la Arquitectura como un proceso para generar conocimiento, donde al final todas las fases se materializan en elementos que definen de cierta forma espacios. La Arquitectura es fundamentalmente espacio generado a través de un proceso intelectual que se materializa en la construcción de estos elementos definitorios. Esta definición varía, pues entra en juego la flexibilidad que los espacios tienen a lo largo del tiempo, y la relación que estos tienen con los lugares donde se hace la Arquitectura. El proceso de generación de conocimiento se extiende y alarga con el tiempo, es un concepto que consideramos elástico y se relaciona por supuesto con la experiencia de las personas dentro o fuera de la Arquitectura y a su capacidad de adaptación.

¿Cuál es su función como arquitectos?, ¿Qué buscan transmitir a través de su trabajo? y ¿Qué esperan que sus proyectos reflejen?

Aspiramos a hacer obras que generen conocimiento, ya sea para sus usuarios o para aquellos que les sean de utilidad como referencia para hacer cosas mejores. No vemos sentido en terminar obras aisladas de una realidad. Nos interesa relacionar las ideas de Arquitectura con las ideas generales del mundo, con un conocimiento del mundo. Es por eso que la función de un Arquitecto debe ser la reflexión de la disciplina a través del tiempo y buscar su verdadera utilidad contemporánea y no solamente el hacer por hacer, independientemente de necesidades o necedades externas. La práctica de la Arquitectura debe conservar una pureza para con la disciplina. Nos interesa aportar algo a la disciplina, que ha existido desde siempre y que no necesita más arquitectos por supuesto, entrar en la disciplina requiere un gran ejercicio de mesura, racionalidad y humildad, a través de la obra que hemos ido haciendo tratamos de reflejar esa relación con lo elemental de la Arquitectura, ante mucho ruido contemporáneo y modas que aparecen en estos tiempos de sobreproducción de cosas e información a veces innecesaria. Todos estamos expuestos a eso y hay que ser inteligente y selectivo para avanzar con un rumbo con futuro, el cual por lo regular viene a través del conocimiento de lo previo, de lo precedente, de lo lógico.

¿Cuál es su postura hacia el uso de nuevas tecnologías, y cómo emplean este sentido vanguardista al diseñar sus proyectos con nuevos materiales?, ¿Qué opinan de la tecnología aplicada en la arquitectura?, ¿Opinan que afecta la pureza de los procesos y materiales en la obra, o creen ustedes que es la manera correcta de resolver los obstáculos que se presentan en cada proyecto?

Creemos que la Tecnología o tecnologías son solamente herramientas para la Arquitectura y no un fin para la disciplina. Más que en nuevas tecnologías pensamos en tecnologías adecuadas a cada condición de proyecto. Como cualquier herramienta, esta no es útil sin una maduración en el conocimiento de los procesos que la hacen útil para las personas. También si no se utiliza para lo adecuado. Si intentas atornillar un tornillo con una silla será muy difícil. Para eso ya hay una herramienta pensada y precisa, y el conocimiento de esto es elemental para realizar el acto a partir del conocimiento de la herramienta. Las herramientas que hemos creado como civilización para sobrepasar nuestras dificultades han generado una imaginación fascinante que es muy inspiradora como proceso de pensamiento lógico. Tratamos de utilizar las herramientas tecnológicas con esa lógica, derivada en realidad del entendimiento de las dificultades de cada proyecto y de las soluciones artesanales que se han venido dando hasta llegar a otras tecnologías. Entender el origen de las cosas es lo que te da facultad para innovar en realidad.

Toda tecnología puede ser útil si detrás hay un conocimiento de causa y lógica pero también nos interesa la elegancia en el uso de las cosas y los materiales, una que provenga de la necesidad. Siempre pensamos en si lo que hacemos es realmente necesario y tiene sentido o se puede evitar en el caso contrario, a veces nuestro proceso es más de síntesis y descarte que de adición en los proyectos.

Con respecto a los materiales en realidad no consideramos ningún material como nuevo, solamente hay otros procesos y mezclas a partir de las cosas desde su origen. Surgen otras facultades y características, ¿serán necesarias?, no lo sabemos, nos gusta conocer materiales y ver si realmente hay algo interesante detrás de sus características. Por supuesto que hay una lógica de utilizar el material de forma honesta, con valor, con respeto y dignidad en las obras. Nos gusta el efecto que el tiempo tiene en estos, porque nos hace ver que no somos tan diferentes a ellos en cierta forma y que la Arquitectura puede ser un poco una extensión de lo humano, elementalmente hablando.

Quisiéramos saber ¿Cómo funciona la distribución del trabajo, conforme a las especialidades de cada uno de ustedes?  

No hay una gran diferenciación en especialidades entre nosotros, ni entre el equipo que va más allá de los 4 socios de S-AR, como los practicantes y arquitectos más jóvenes que colaboran con nosotros, todos somos arquitectos. El equipo está formado por nosotros 4 y un par de jóvenes recién graduados y 1 o 2 estudiantes que están haciendo prácticas en el taller por año. Tratamos de que poco a poco los más jóvenes comprendan el sentido del trabajo que hacemos y en esa medida vayan aportando en conocimiento y responsabilidad en los proyectos, la diferencia es quizás la experiencia, la cual tratamos de poner los que tenemos un poco más de tiempo en esto. Sobre la especialización, solamente Ana Cecilia tiene estudios complementarios de Urbanismo pero en general no creemos en los posgrados académicos o en la especialización académica. Creemos que lo que existe son experiencias diversas, que cada quien aporta al momento de ir desarrollando las ideas en un proyecto. Todos hemos desarrollado todas las partes del proceso de diseño: pensamiento, reflexión, maquetación, planimetría, construcción y documentación. Por lo que es el trabajo en equipo lo que va dando forma a un proyecto. Nuestro proceso en quizás un poco largo, tardamos a veces más de 1 año en terminar de definir un proyecto para empezar su construcción (que para nosotros aún es parte del proceso de diseño) y es por este constante intercambio de ideas, por un camino reflexivo de las mismas, sobre todo de las ideas más que de las técnicas o de las formas. Nos interesa pensar más que hacer y observar qué pasa si la reflexión cae sobre alguna parte del proyecto que se acerca a otras experiencias que hemos tenido o estamos teniendo en otras fases de otros proyectos porque los trabajos están de alguna forma conectados. Puede ser que una etapa más avanzada de un proyecto abra nuevas condiciones en diferentes etapas de otro. Eso es lo interesante de poder ver diferentes ideas en el taller, porque eso enriquece la capacidad de los proyectos de relacionarse con más cosas y la Arquitectura que tiene capacidad de dialogar con más contextos es más completa siempre.

S-AR ha dado clases y lecturas en las cuales han ocupado talleres en diferentes universidades e instituciones del país. ¿Cuál es el principal objetivo de estas lecturas y talleres?, ¿Cuál es la visión del equipo con estas ocupaciones? 

Creemos que la Arquitectura es para compartirse, y entendemos que uno de los ejercicios más desafiantes para un Arquitecto es el de intentar enseñar lo que sabe sobre Arquitectura a otros, sobre todo a los más jóvenes. Para nosotros esa relación entre la práctica profesional y la docencia ha sido elemental pues ha complementado nuestro trabajo entre la exploración en los talleres académicos y la definición en la práctica con sus extensas condiciones. Siempre hemos sentido agradecimiento por el interés de las personas en nuestro trabajo y eso nos compromete a difundirlo, es por eso que participamos en este tipo de eventos, siempre pensando que a través de estas obras e ideas que se comparten estamos colaborando en la formación de mejores Arquitectos en el futuro, unos que harán cosas mejores, más adecuadas y profundas que nosotros y la idea de que contribuimos a ese desarrollo es muy importante para nosotros.

A nuestro punto de opinión, ustedes son una firma que efectivamente logra una excitante experimentación geométrica en todos sus proyectos y propuestas. ¿Cómo declaran su  estilo?  O, ¿Cómo definirían esta conglomeración de exquisita indagación entre las formas y los espacios?

Pensamos que más que un estilo nuestro trabajo se acerca más a un lenguaje. Un lenguaje donde las formas y figuras no importan tanto como el mensaje que dan las frases, en este caso las obras (con toda su potencia material, constructiva y filosófica detrás). Esto nos permite tener esa exploración sin estar atados a algo definitivo más a que una lógica y pensamiento coherente con las circunstancias y condiciones de cada proyecto. Quizás al ser el mismo equipo de trabajo o las experiencias que nos han formado dan con ciertos rasgos discernibles a lo largo de las obras, pero es algo más intuitivo que un propósito. Los conceptos de geometría, pureza y sencillez nos interesan más que por el mundo de la Arquitectura por el mundo Arte, por la sociología y antropología que estos conceptos tienen detrás a partir de que la Arquitectura debe pensarse para construirse y utilizarse (quizás su más fuerte acto o intento de humanizarse) lo que hace que el pensamiento abstracto busque lo adecuado para su materialización y esto conlleva a una geometría, pureza y sencillez necesarias dentro de los contextos donde hemos trabajado. Hacer cosas precisas desde el pensamiento hasta su uso, pasando por supuesto por el ejercicio de la construcción.

Con la definición de su propio estilo, ¿Cuál es su proceso de diseño?, ¿Cuentan con diferentes metodologías?, ¿Cómo se inspiran para sus ideas? 

Nuestro proceso de diseño es explorar y observar, reflexionar sobre las condiciones de los proyectos para tomar la decisión necesaria. Este proceso se hace a lo largo de otro proceso paralelo, que es el de producción. La Arquitectura requiere de una gran disciplina para poder producir, producir cambios e ideas, y nunca dejar de diseñar mientras tanto, es decir de reflexionar. Así se pueden tener opciones para elegir mejor. No se puede hacer Arquitectura sin disciplina, es una profesión que no da cabida a la pereza. La conjunción de estos dos procesos es lo que hace que se tenga un resultado coherente. Por un lado se traen al mundo, a la realidad, esas ideas a través de dibujos, maquetas o pruebas de materiales y por otro se comprende su evolución dentro del marco intelectual que es el proceso de diseño. En nuestro caso creemos que es un proceso más relacionado quizás con la creación literaria que con la creación pictórica por ejemplo, se trata de crear historias coherentes y bien escritas más que de ver los resultados visuales o emocionales de un proceso que puede ser más puramente creativo. La Arquitectura debe ser responsable en su origen y clara en sus motivaciones, y parte de cierta forma de muchas referencias pero nunca es totalmente como alguna de ellas, es decir, puede y debe tener referencias con otras ramas del conocimiento y la creación humana pero nunca confundirse con estas pues deja de ser Arquitectura. Nos interesa el conocimiento humano en general, la música, el cine y el arte es algo que siempre está presente en nuestras vidas pero también la economía de medios, la historia y diversas corrientes filosóficas. La Naturaleza y su relación con lo humano que generalmente viene en la creación del Artificio nos intriga e inspira muchos de los pensamientos que después discutimos dentro de los proyectos, pues sabemos que como invención humana la Arquitectura es artificial. Pertenece más al mundo de los objetos que al de las cosas pero al mismo tiempo ha estado desde hace mucho tiempo aquí, con nosotros, y nos hemos vuelto dependientes de ella. Lo cual nos compromete a una comprensión profunda del para qué y por qué dedicar el tiempo humano a esta profesión. Ese tipo de preguntas son las que nos mantienen interesados en hacer Arquitectura.

¿Qué sentimientos les gusta manifestar en sus espacios? 

La Arquitectura por si misma no tiene la capacidad de generar algún sentimiento en específico. Su posición y la relación con las cosas del mundo, como la luz, la oscuridad, la humedad o la temperatura son las que ponen de manifiesto o descubren los sentimientos de sus usuarios, siempre y cuando estos tengan la capacidad (generadas por sus propias experiencias, recuerdos y educación) de percibir cambios a su alrededor y a sus propios tiempos. Nos interesa el lado objetivo de la Arquitectura más que el subjetivo. Por supuesto sabemos el potencial que una obra bien pensada tiene para provocar, no solo sentimientos, sino cambios de paradigmas y conocimientos y es por eso que los proyectos se deben enfrentar con seriedad y responsabilidad siempre. Más que una búsqueda emocional o sentimental en la Arquitectura creemos que  buscamos una lógica que sea palpable y experimentable a través de conceptos como el orden, la contundencia (peso, proporción y escala) y el diálogo con la riqueza de un contexto amplio (podría inventarse la palabra completud para definir esto).

¿Cuál es su más reciente proyecto o propuesta del cual nos quieran platicar?

Actualmente estamos trabajando en un par de casas de campo en la Sierra de Arteaga en Coahuila en un lugar de una naturaleza increíble, encontramos como un reto trabajar en estas condiciones por la complejidad de colocar algo artificial en ese entorno muy puro, por lo que la Arquitectura debe ser muy sencilla, colocada para el que espacio fluya a través de ella y siempre se tenga el lugar presente dentro de las casas. Estamos explorando materiales todavía, es un sitio con acceso difícil por lo que tenemos que ser muy prácticos en la selección de los elementos para estos proyectos. Así mismo estamos por empezar la construcción de un par de casas en Monterrey, en la ciudad, con condiciones urbanas más encriptadas, más ajustadas por así decirlo y estamos trabajando en conjunto con el MARCO – Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey en un proyecto comunitario relacionado con la expansión de actividades sobre el arte con diferentes comunidades de la Zona Metropolitana de Monterrey, es un proyecto pequeño pero de gran interés por su potencial educativo y de difusión del arte a nivel social.

También acabamos de publicar nuestro tercer libro que se titula INMATERIAL, donde se reúnen algunos textos surgidos durante nuestra práctica de los años recientes, es una pequeña síntesis de pensamientos y reflexiones sobre las ideas de aquello que no se ve de la Arquitectura pero que tiene un gran peso en lo que a la larga acaba construyéndose, de ahí el título de este libro.

¿Cómo se visualiza S-AR en 10 años?, ¿Cuál es su plan como equipo?

Es una pregunta difícil, creemos que todavía hay muchas cosas para explorar e inventos para proponer y probar surgidos desde hace mucho tiempo en la oficina, y otros que surgen constantemente mientras trabajamos en otra cosa. Afortunadamente hemos podido darle salida a diversas inquietudes sobre trabajar en la Arquitectura, desde proyectos más puros y experimentales, hasta otros políticamente incómodos pero propositivos, desde publicaciones independientes sobre nuestra obra y la de otras personas hasta la creación de Comunidad Vivex que es nuestra Asociación Civil para proyectos de Arquitectura Social Participativa. Todos estos campos han generado otros intereses y creemos que seguiremos explorándolos poco a poco, hay que dejar madurar las ideas para que lleguen sus tiempos. Creemos que seguiremos activos todavía en 10 años, buscando de formas quizás diferentes lo mismo que desde que S-AR se fundó. No somos personas que cambiemos de la noche a la mañana, simplemente trataremos de seguir haciendo lo que hacemos hasta ahora.

¿Qué es lo que podrían recomendarles a los seguidores de AVE revista y a los aspirantes de la diferentes ramas del Arte y la Arquitectura?

Creemos que todas las ramas creativas tienen su base en el conocer, en tener paciencia y en la disciplina. Para conocer se necesita ya de inicio paciencia, tener tiempo para leer, para investigar, para indagar, reflexionar y discutir. Tener paciencia es una gran virtud para asimilar los cambios, para observar y entender los significados siempre en evolución de las cosas a lo largo del tiempo y esperar lo adecuado que satisfaga las necesidades precisas. La disciplina es la herramienta más valiosa para sacar de la cabeza las ideas y traerlas al mundo, la disciplina hace que el trabajo se aprecie y se disfrute y tenga potencial para volverse Arte y Arquitectura a la larga.

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S-AR: Arquitectura para reinventar Monterrey.

Por Mario Ballesteros

Monterrey es una ciudad desdibujada, donde la arquitectura se desvanece entre dos extremos: infraestructura y paisaje. “Monterrey de las montañas… fábrica de la frontera…”, decía Alfonso Reyes. A pesar de eso —o quizás justo por eso—, Monterrey es también territorio fecundo para el diseño experimental y para el que busca refugio entre estos extremos.

En 2006, César Guerrero (1980), Ana Cecilia Garza (1980), Carlos Flores (1980) y María Sevilla (1984) —cuatro muy jóvenes arquitectos graduados del Tecnológico de Monterrey, algunos de ellos con estudios y experiencia de trabajo en países como España o Chile— decidieron abrir en esta ciudad su propia oficina: S-AR, “un taller colaborativo de arquitectura alternativa”, como ellos mismos lo definen. En menos de 10 años y con apenas una docena de proyectos construidos, más bien modestos, S-AR ha logrado consolidarse como uno de los despachos de arquitectura más creativos, seductores y relevantes no sólo de Monterrey, sino de todo México.

Es extraño decir que S-AR representa la nueva arquitectura de Monterrey cuando su trabajo va a contracorriente de la forma en que, por lo general, se construye en esa ciudad. “Aquí no hay arquitectura —afirma César Guerrero—. Lo que se construye aquí está definido por el comercio, es una cosa muy básica. Como los restos de una sociedad primitiva, donde lo que importa es la mercancía, la generación de recursos, las estructuras elementales. Y lo que hay detrás de esas estructuras también es muy básico, y cumple con necesidades básicas. No hay contenido en las obras, la arquitectura en sí misma no es una motivación, sino que responde al espectáculo o al negocio, a la imagen y a la marca. En Monterrey rige la cultura de lo superficial”, explica.

Ante este panorama, lo que queda para un despacho como S-AR es una resistencia firme pero silenciosa frente a las tendencias, la especulación formal, la arquitectura caprichosa. A su vez, también buscan recuperar elementos de una tradición constructiva y un arraigo arquitectónico particular, que en las últimas décadas prácticamente han desaparecido del panorama arquitectónico de la ciudad. La arquitectura de S-AR encarna una ambición intelectual.

Las obras del taller se distinguen por su atención al detalle, el respeto por los materiales y el contexto inmediato, las formas austeras y la pequeña escala. Al desmenuzar sus proyectos descubrimos el alto valor que otorgan al trabajo manual y a las soluciones artesanales en cada uno de los elementos que los componen, desde los aplanados en muros hasta los mecanismos de apertura de las ventanas, siempre realizados a la medida. También está su constante preocupación por el valor social de la arquitectura y la relación intrínseca entre ésta, el paisaje y la cultura viva del lugar.

Esta sensibilidad los ha llevado a hacerse de varios reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que destacan un primer lugar en el XXI Premio Obras Cemex, en la categoría residencial, la Beca Jóvenes Creadores del Fonca y un Design Vanguard Award por parte de la revista estadounidense Architectural Record. También han expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fueron finalistas para el Pabellón Eco, del Museo Experimental El Eco en 2014, y este año (2015) representaron a México en la Bienal de Arquitectura Latinoamericana en Pamplona, España.

También hay ciertas cualidades que caracterizan el trabajo de S-AR, las cuales evidentemente se deben a Monterrey. “La escala de la ciudad ayuda. Todavía no hay tantas ciudades dentro de Monterrey. Aquí los proyectos arquitectónicos todavía pueden influir en muchas personas. En ciudades como México (Ciudad de México), incluso en grandes proyectos y encargos públicos, la arquitectura impacta a muy poca gente, o [sólo] unas cuantas zonas”, reconoce César. En una ciudad de dimensiones manejables, las pequeñas soluciones pueden tener mucho más alcance sin necesidad de hacer un cambio de escala. A su vez, están las condiciones que siempre asociamos con Monterrey: el peso de la industria, la disposición de la materia prima y de diversos materiales, la mano de obra calificada, la ética de trabajo y el impulso emprendedor. Quizá suena a lugar común, pero cuando se proyecta, todos estos factores contribuyen a una producción de calidad y a fomentar una auténtica cultura arquitectónica. Todos están muy presentes en el trabajo de S-AR. Como reconoce César: “Para nosotros esas condiciones son muy reales, de ahí viene lo que hacemos. Trabajamos con lo que hay aquí. No sé si son impedimentos o ventajas, simplemente es lo que tenemos para hacer las cosas. La manera en que se utilizan los materiales o los conocimientos que generan los oficios o la industrias depende de uno, de la propia capacidad de entender lo que está detrás de las cosas”. En este sentido, el trabajo de S-AR se acerca más al conocimiento tácito, a cómo elaborar un producto a partir de la experiencia propia, como sucede con el trabajo del obrero o el artesano. No es un conocimiento teórico o académico, sino uno adquirido sobre el terreno. Una arquitectura que enaltece lo empírico, lo práctico, lo cotidiano.

La austeridad y el pragmatismo que caracterizan el trabajo del despacho no son casualidad y en cambio resuenan mucho con el paisaje cultural del norte de México. “A los arquitectos les preocupa mucho la apariencia, lo que representa un edificio, pero para mí el trabajo del arquitecto es un asunto de lógica constructiva. Lo lógico puede estar equivocado, pero por lo menos se aleja de la simulación… Acá hay ciertas cosas que son más sencillas que en otras partes del país, como la comida, aunque la verdad no nos detenemos tanto a pensar en ello”, comenta César Guerrero. El rigor y la honestidad en el trabajo le han permitido a S-AR mantener sus valores y filosofía de trabajo sin dejar de lado un nicho de oportunidad muy presente en Monterrey y otras ciudades del país: trabajar en pequeños encargos, de forma cercana a los clientes, pero también con todas las personas involucradas en la construcción y el desarrollo del proyecto. “Cada sitio es distinto y en cada uno hay conocimientos diferentes”, añade. La pequeña escala permite una atención al detalle que por lo general se pierde conforme se suman metros cuadrados a cualquier proyecto. Ahí reside el interés principal de S-AR en la arquitectura: en el cómo se construye. “Tenemos pocas obras y todas son de escala menor. Así ha sido hasta ahora, incluso cada vez más hacemos cosas más pequeñas. A veces esos proyectos, mientras más chiquitos, más nos emocionan. Una pequeña estructura realizada con cuatro placas de acero es en ocasiones más interesante que un megaproyecto”, confiesa. Una arquitectura artesanal para la ciudad de la industria y la estridencia constructiva.

Más allá del trabajo estrictamente arquitectónico, S-AR se ha dedicado además a promover y practicar esta forma distinta de entender la arquitectura por medio de su labor docente, su participación en foros y concursos, sus relaciones con los ámbitos del arte y la cultura, y también con una interesante producción editorial. Hasta ahora, la fórmula le ha funcionado bien al despacho. Al preguntarles acerca de sus expectativas o lo que los moverá a seguir haciendo arquitectura, responden casi sin titubear: “Nos mueve mucho la experimentación con materiales: la traducción de los materiales. La transformación del material partiendo de la lógica constructiva. O la lógica productiva del mismo material. O los conocimientos del oficio que se requieren para construir con ese material: el del herrero, el carpintero, el albañil. Todo eso repercute en la labor de los arquitectos. Cuando te ves desarrollando cosas que no habías visto o descubierto a partir de estas formas de hacer recurrentes, la arquitectura se vuelve interesante”.

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Innovación o simplemente novedad. Texto publicado en la revista Fisura No. 04 – Ciudad de México, México.

Por S-AR

Es cierto, la Arquitectura debe tener una utilidad. Pero también por supuesto un sentido. Un sentido tal vez superior a la mera función, al uso, incluso a la representación de algo para una determinada sociedad. Debe tener un significado.

Cuando lo que pretende ser Arquitectura no intenta por lo menos aspirar a esto, las construcciones se vuelven oscuras, vacías y huecas, incluso aunque por fuera sean brillantes y estén llenas de objetos y personas.

El uso de la Arquitectura como una herramienta que genera conocimiento es el uso justo de las ideas, el uso puro y potente de la bondad de la disciplina, de aquello que es capaz de transmitir un buen profesor o un buen Arquitecto a las generaciones más jóvenes. Por el contrario, cuando la Arquitectura es usada para otros fines, se convierte en un recubrimiento, en una fachada de esas otras intenciones, en una careta de la ciudad, en un objeto sin futuro. Se convierte en ignorancia.

La ciudad está plagada de máscaras, de cosas que parecen ser una cosa pero no lo son. Está llena de construcción, y de construcción en su mayoría de veces sin sentido, sin ser necesaria.

Es un retrato de la ciudad de Monterrey, en México, año 2014, pero también de muchas de las zonas de nuevo crecimiento de decenas de ciudades del país. Y por supuesto un retrato de la sociedad, o por lo menos de una buena parte, que la habita. Referencia de una ciudad donde lo que se construye ya no persigue una evolución para las personas, sino al contrario, produce un sitio falso, donde la sociedad confunde las cosas y las consume sin reflexión. El consumismo por inercia construyendo la ciudad. Una ciudad donde mucho de lo que se construye es en el fondo para entretener y para distraer. Es una construcción de una realidad separada de lo necesario, y muchas veces del lugar donde esta gran e incesante operación apareció cuando la ciudad se estableció, allá donde hace cientos de años había pura naturaleza.

Y es que lo necesario depende del entendimiento de las cosas en general. Depende del conocimiento que se haya acumulado con el tiempo. De las reflexiones que un constructor o un Arquitecto pueda haber explorado y afrontado. Y obviamente de que tenga la capacidad de saber usarlo. Quizás el primero de estos personajes no caiga en cuenta de lo que hace, pues en realidad no hay gran preparación filosófica, si acaso técnica, para constructores en el país. Esa es la realidad. En ningún lado se ve un programa académico para preparar constructores, ya sea de edificios o de ciudades. Simplemente se van haciendo igual que la mancha urbana: poco a poco. Del segundo se podría esperar un poco más, se puede decir que hay responsabilidad de la calidad de la ciudad si habiendo tantas escuelas de Arquitectura en el país se sigue haciendo tanta y tan mala Arquitectura en México. En general.

En lo particular, siempre se habla de aquellos que quizás sean un poco más entendidos de la disciplina, y está bien, seguramente han trabajado duro para comprender la Arquitectura, para buscar los espacios para pensarla y luego construirla. Quizás con algo de suerte o bien con circunstancias a favor. Y en aprovecharlas hay bastante talento en realidad. Pero, ¿Qué hay de lo demás? ¿De toda la construcción sin “buenos” arquitectos o por lo menos arquitectos comprometidos detrás y que se produce día a día en la ciudad?

Esa vasta y aparentemente interminable construcción que se da por varias vías. Una, a veces por ignorancia o por falta de recursos. Situación hasta cierto punto entendible en un país apenas en desarrollo y con grandes carencias educativas y de acceso a este derecho fundamental como lo es México (lo cual es una de las razones que no nos dejan superar nuestra actual pobreza, no solo económica, también educativa). Y paradójicamente otras veces se da por ignorancia y exceso de recursos, económicos sobre todo. Situación que solamente refleja la voracidad de un mercado que ve todo como un acto para producir utilidades y ganancias, donde la Arquitectura es simplemente un producto de inversión cuyo fin es ser ofrecido a un consumidor moldeado por la mercadotecnia y donde el retorno del capital es un elemento a priori del programa arquitectónico, la mayoría de las veces por supuesto impuesto.

Bajo este panorama es verdad que no queda mucho margen y espacio para la Arquitectura. Porque muchas veces esta no deja, más bien da, más bien ofrece otras oportunidades, de convivencia, de cultura, de conocimiento. Bajo un panorama donde los desarrolladores  parecen indicar el camino a seguir a los Arquitectos (cuando en el mejor de los casos esta responsabilidad debería ser complementaria), la disciplina se comercializa cada vez más. Creando ciudades de Arquitectura instantánea y chatarra, pensada rápido, o sin pensar, con nombres espectaculares y hazañas de diseño buscando récords cada vez más audaces: la torre más alta, la más transparente, la más verde, la más lujosa, la más incandescente por las noches, la más cualquier cosa.

Preocupa la falta de responsabilidad profesional y de ética personal de aquellos que se prestan, de aquellos que entran en el torbellino de la comercialización, jóvenes y viejos, construyendo con muros falsos o de concreto, con este o aquél material, lo que demande el consumo o el cliente. Como si los materiales dieran por sí solos el sustento intelectual a la Arquitectura: cuando la materialidad de la que se hace la Arquitectura no se comprende esta es simplemente moda. Una moda mal entendida sobre un concepto de estatus social igualmente torcido.

También preocupan  las escuelas de Arquitectura que solapan esta visión dejando de lado un crecimiento más humano, filosófico, ético y artístico de cierta forma en los futuros actores, diseñadores o constructores de las ciudades, todo para acoplarse mejor al dictamen de la corriente capitalista y comercial. Desafortunadamente el resultado está siendo muy mediocre. Desafortunadamente eso no importa, lo que importa es la transformación de la educación en otra cosa, sobre todo en algo que convenga, y con esto la transformación de la educación de la Arquitectura y así pareciera que de lo que la Arquitectura misma debe de ser.

Al final toda esta problemática está basada en la ignorancia. Saber de Arquitectura no es solamente una responsabilidad de los Arquitectos, sino una obligación que toma sentido cuando una obra es potencial de transmitir dicho conocimiento. Una obligación a hacer obras que busquen educar a todos, no sólo a los del gremio, sino a todos los usuarios de los edificios –públicos o privados- y de la ciudad. Por supuesto es difícil tener una ciudad llena o plena de Arquitectura, quizás hasta utópico, aunque esa utopía tampoco forzosamente significa acabar con la diversidad de pensamiento y Arquitectura. Sin embargo sí es responsabilidad de los Arquitectos no entrar en el juego de la comercialización, de no reducirla solamente a la generación de ingresos, sobre todo para unos cuantos, cuando en realidad su potencial es enorme para generar cambios en la sociedad y de mucho mayor alcance.

Hace poco leímos la siguiente frase: “Siempre habrá quien prefiera hacer muchos edificios en lugar de hacer un poco de Arquitectura”. Ojalá y ya no sean los Arquitectos quienes adopten estas preferencias. Hay que poder ver más posibilidades de significados en los proyectos, tener la capacidad de ver más allá de las obras, de lo construido, de la técnica y lo material. Tener la capacidad de leer el significado de las oportunidades que la Arquitectura da. Eso es lo importante.

A través de nuestra humilde obra, de algunas pequeñas piezas que hemos podido construir en los últimos 8 años hemos tratado de dejar y hacer algo que tenga capacidad de abrir otras alternativas de acción para otros. Tanto para sus usuarios como para los estudiantes o Arquitectos que siguen nuestro trabajo, ya sean alumnos nuestros o colegas. Hemos tratado de ejemplificar esos significados que cada proyecto tiene detrás a través de la reflexión en el uso del material, en la manera de intervención de los lugares donde estas piezas se encuentran y de los usos que estas construcciones tienen y tendrán en el futuro. Con el ánimo de hacer una Arquitectura no comercializable, no siguiendo los pasos de alguna corriente, y más bien relacionada a ideas atemporales y fuera de la moda visible en la actualidad, hemos afrontado diversos proyectos que tienen que ver con la Arquitectura: espacios, instalaciones, pabellones y viviendas. Instalaciones en la naturaleza o con referencia al Arte-Espacio-Objeto, viviendas sociales o unifamiliares, espacios educativos, proyectos públicos y exploraciones sobre uno u otro material, intentando cambiar la escala de las ideas a través de estos objetos construidos. También explorando la documentación de la Arquitectura a través de libros de autor que logren materializar en un objeto ideas arquitectónicas y propuestas para la ciudad y para la gente. Entendemos que también son las ideas las que forman el significado detrás de las formas materiales de la Arquitectura. A través de estas obras damos testimonio de que hay más qué hacer para un Arquitecto que lo que parece decir la dirección superficial que toma una determinada ciudad y sus demás actores. Y que es quizás en la historia de la ciudad, en su carácter y en su entorno donde está lo importante para generar alguna innovación en esta profesión y no tanto en sus novedades.

*Agradecemos a FISURA la oportunidad de abrir este pequeño manifiesto a los demás, seguros de que podrá generar nuevas visiones y procesos de reflexión sobre para qué y por qué hacer Arquitectura.

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Aprender siempre. 

Conversación con S-AR para Arquine – Ciudad de México, México.

Por Fabiola Quintero y Daniela Ruiz Chávez

Fabiola Quintero + Daniela Ruiz  [FQ+DR]: Ustedes trabajan una integración importante con la naturaleza  y su contexto. ¿Cómo logran la relación entre sus proyectos y el espacio urbano?

S-AR: Nos interesa trabajar más con la naturaleza que con la ciudad, porque la arquitectura se entiende a veces como algo que se termina, como si fuera un objetivo. Es mucho mejor para nosotros trabajar en espacios abiertos, como montañas. Obviamente implica diferentes complejidades. En ambas, la arquitectura no sólo tiene que entablar una relación con el contexto inmediato, dialogar con la cultura del lugar y los recursos. Ser arquitectos significa siempre estar aprendiendo, en cada momento. La arquitectura más interesante es aquella que puede emprender un diálogo con muchas cosas y disciplinas, ya que en los contextos reales es donde se crea la obra. La arquitectura es algo que tiene que ver con el sitio.

 

FQ+DR: En este sentido, ¿qué sucede con la casa 2G, una construcción totalmente cerrada a su contexto urbano?

S-AR: Se abre principalmente al paisaje y a la montaña en la parte posterior porque al frente sólo hay una vista a la otra vivienda. Dentro de la ciudad debe de haber un refugio; cuando uno llega a su hogar, lo que más necesita es su tranquilidad. Al entrar a la casa, se siente salir de la ciudad, mediante una operación tan sencilla como es hacer un muro con una apertura elemental. Al ser una vivienda, refleja los códigos que hay en la familia. Nuestro trabajo como arquitectos es decodificar ciertas situaciones que se ven reflejadas en lo que hacemos.

FQ+DR: ¿Cuál sería el papel del arquitecto en un ámbito social? 

S-AR: La arquitectura es un ejercicio social. El pensamiento arquitectónico precisamente  no, ya que se puede hacer de manera solitaria, en una cueva, imaginando arquitectura, dibujando, etc. Pero la arquitectura no la va a construir alguien solo, la arquitectura como acto social es donde se meten muchas personas. Desde la ingeniería, las asesorías o los proveedores, son los que hacen de esto un acto social, y también una responsabilidad. El arquitecto no es como el director de la orquesta, sino como el bastón de un ciego que usa como herramienta con los demás. Es interesante convertir el conocimiento de los demás, con sus diversas importancias, y que generen arquitectura. Esa es la importancia de nosotros como herramienta, porque nadie más piensa en arquitectura más que el arquitecto, los demás están poniendo su grano de arena. Vemos la arquitectura como un servicio para todos, tanto los clientes que nos pagan u otras personas con las que hacemos un intercambio diferente. Este tipo de intercambios los realizamos con personas que están dedicadas a la construcción y les ayudamos con su vivienda, ya que tienen todo el conocimiento para construir y lo único que hace falta es el apoyo económico. Por eso es que pensamos que nosotros somos una herramienta. La arquitectura no necesariamente debería ser un medio para ganar dinero, sino una acción que genera ideas de todo tipo. En cierto sentido, la arquitectura resulta vacía si sólo la ves con un fin económico.

 

FQ+DR: Para alguien que se dedica a la construcción y al diseño, ¿dónde está la labor de difusión, comunicación y archivo? 

S-AR: Los proyectos no terminan cuando se acaba la construcción; la documentación es la historia de todos estos proyectos. Hoy hay un acceso más democrático de información y es una herramienta que uno puede usar para diversos fines. Es fácil para nuestra generación ya que hay caminos más sencillos de difusión. Lo interesante es difundir algo que tenga sentido, y ahí es cuando la difusión llega a diversos oídos para que se reflexione o se mejore lo que se hace. El conocimiento es algo colectivo, elástico, algo que se genera, no lineal y que está en constante evolución.

 

FQ+DR: ¿Cómo logran romper la centralización de la arquitectura viviendo en Monterrey? 

S-AR: Cuando alguien nos pregunta eso nosotros siempre decimos que somos la capital de México en el norte. Para nosotros, estar en el sur o centro de México es como si estuviéramos en otro país, por las diferencias que existen. En cuestiones culturales y arquitectura, usualmente es la ciudad de México la que tiene muchas cosas y hay pocas alternativas en otros lados. Es más fácil para nosotros buscar afuera. La periferia está más cerca que lejos; todas las publicaciones o premios que hemos tenido se han realizado en el exterior, a lo mejor es algo más lógico donde los arquitectos de fuera comiencen a aprovechar más su situación.

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Entrevista de S-AR para Architizer – Nueva York, E.U.A.

Por Chloé Vadot

Tiny Revolutions: Comunidad Vivex Helps Construction Workers Design Homes for Their Families.

‘Tiny Revolutions’ explores initiatives in grassroots architecture around the globe, addressing issues of affordable, sustainable and accessible construction techniques and design solutions for developing communities.

Winners of the 2016 Emerging Voices program hosted by the Architectural League, César Guerrero and Ana Cecilia Garza of S-AR were recently in New York City to talk about their practice’s vision, accomplishments and future challenges.

Influenced by the territories surrounding Monterrey — as well as the city’s ingrained history in industry and construction — S-AR’s projects inspire simplicity, well-being and a clean aesthetic. At the talk, they presented an ongoing initiative started by the firm, entitled Comunidad Vivex. The objective of Comunidad Vivex is to offer architecturally sound designs for construction workers to build homes for their families, taking advantage of their abilities to work with materials to create unique and personalized architectures for low-income families currently living in unsuitable housing conditions.

According to Guerrero and Garza, many people illegally occupy plots of land around Monterrey and build houses with no real structure, triggering ongoing difficulties and tough living conditions. In response to homogeneous housing projects — built cheaply by developers and city officials around the country to address the spread of illegal settlements — Ana Cecilia asks: “If we’re all different, why do we have the same house?”

The first realized project led by Comunidad Vivex was inspired by and realized in collaboration with Jesus, a construction worker that had helped S-AR on the construction of Casa 2G. While talking with Jesus, César and Ana Cecilia realized he was constantly building houses for others, while he lacked a proper home for himself and his family — a common condition for construction workers due to a lack of credit access because of the temporality of their work and contracts with developers.

The first step in Comunidad Vivex’s methodology is to find a family that is able to purchase a plot of land. Often, that land is found on the outskirts of the city, and the family pays the price of the plot incrementally over the following 20 years. S-AR then designs a model for the house and revises it with the family in order to best suit it to the needs of the members.

For example, in Casa Caja, the oldest boy’s room is separate from the rest of the family for reasons of privacy. With the expertise of the architect, the designs prioritize natural elements such as daylighting and passive ventilation to sustain the family in its long-term expenses and maintenance.

The projects are made with inexpensive and easily available materials that construction workers in the area are familiar with. They are primarily obtained through external sponsors and donations. For two years, Jesus worked tirelessly during his free time to make the house of his dreams come true, assisted by friends and other construction workers. The construction process is a learning experience for people like Jesus who are taught to deal with patience, leadership and resource management.

“We don’t know what’s going to happen with this house. Maybe Jesus will paint it, maybe he will add a third floor. We don’t know what’s going to happen, but the important thing is that Jesus has a house for his family and it has enough space to have a better life,” says Ana Cecilia.

“We think architecture can be an excuse to help this very powerful family. They just need a little push,” continues Garza. “With this project, they don’t have a debt, so they can start thinking about scholarship for their kids,” and to grow better as a family. Comunidad Vivex has realized three works to date, including Casa Cubierta, pictured in the second half of this article. Architizer followed up with the architects at S-AR to learn a little more about the project’s sustainability and potential for growth.

Architizer: Do you see the model of Comunidad Vivex expandable to different regions of Mexico and Latin America or is there something about the climate of Monterrey — and maybe the abundance of construction workers and materials there — that facilitates the mission of Comunidad Vivex?

S-AR: We think that Comunidad Vivex’s model is replicable in any place where resources — mainly materials and labor — exist as well as a commitment from both involved parties: on one hand, the architects who design the projects and empower the people, and on the other, the families or communities with housing needs and a capacity to build for themselves.

The program does not depend on Monterrey’s specific conditions; it simply began here, but we think that it actually could work in other parts of Mexico and abroad. The projects have the capacity to incorporate local cultural issues and local ways of making and understanding as well as respective technologies and materials.

What do you find that families need most for their domestic spaces? When the participants work with you to rethink the design, what are some things they wish to adapt to their personal needs?

Mainly the family needs space that allows privacy because that is something that most of the traditional models of housing lack in Mexico. Nonetheless, it is important that the projects do not separate the family members or divide them. The point is that the projects help families to grow as individuals as well as members of a more complex society. Because of that, it is important that the houses’ design be comprised of spaces to be together and share activities, not just among family members, but also with extended family, friends and neighbors.

To what extent do external partners contribute to Comunidad Vivex, by donating materials or becoming sponsors?

At this moment, almost all of our collaborators, donors and sponsors come from our city, but we have received donations from enterprises and individuals via Paypal from the USA because there is a very simple platform to do so on our website.

Comunidad Vivex is a nonprofit organization that can operate legally worldwide, and it was constituted in that way from the beginning. Social architecture projects are about people as main element[s], and it is difficult to develop projects if there is not a very close relationship with the people, with the families and community. Through their donations, people that contribute [to the making of the projects] become part of that community.

In conjunction with its social involvement in Comunidad Vivex, S-AR has also published Catalogo Vivex, a pocket book that regroups various options for making homes and depicts personalized structures to discourage the construction of banal social housing developments and promote diversity, creativity and imagination for Mexican housing solutions.

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Artículo sobre Casa de Madera de S-AR para 30-60 Cuaderno Latinoamericano de Arquitectura – No. 49 MINI-MO – Córdoba, Argentina.

Por Elsa del Toro Alderete

Construyendo el vacío.

¿Por qué en la actualidad los arquitectos siguen experimentando con la vivienda? El hombre lleva años planteando distintas formas de habitar el mundo: ha pasado de ser un nómada que hacía de la naturaleza su refugio a ser creador de monumentos y ciudades que dominan hoy la superficie del planeta. Las interrogantes siguen siendo las mismas.

¿Acaso el ser humano va cambiando tan aprisa junto con sus necesidades y forma de vida que implica un cambio en el prototipo de la casa actual?

La acumulación de basura, la disminución de la vida animal y su hábitat, la contaminación de aire, el paisaje urbano agredido y el poco presupuesto con el que cuenta un individuo o una familia para tener una casa propia que además satisfaga sus necesidades, probablemente le impulse a repensar los modos de habitar. Por su parte, el arquitecto que en el siglo XX se planteó la transformación de la sociedad; en su deseo de recuperar el poder de su oficio, se tenga que cuestionar la forma en que hace la arquitectura y por qué lo hace. México está en un punto de transición, donde la arquitectura de nuestra historia pasada y de nuestra historia actual se integran para plantear una tipología de construcción que hable de una futura metrópoli diseñada e intervenida de manera diferente; y de ésta forma, acercarse a la respuesta constructiva que necesitan las ciudades, sirviéndose en este momento de Monterrey como campo de estudio de experimentación para el estudio S-AR. Este proyecto engloba el diseño arquitectónico, urbano e industrial bajo una reflexión ecológica y vanguardista. Además, representa la arquitectura emergente de una generación de arquitectos que busca abrirse lugar en un mundo dominado por arquitectos estrella y una autoconstrucción que determina sus rumbos a partir de la velocidad de la necesidad. Frente a ello aparecen nuevas líneas de pensamiento que mezclan la arquitectura de autor con preocupaciones sociales.

Es así como S-AR se propone dar respuesta al magma de construcciones que llenan la ciudad y sin embargo no la construye como espacio urbano habitable que satisfaga las demandas de la sociedad actual. Su proyecto surge de la reflexión sobre utilizar o no un terreno, sobre construir o no y qué tanto construir. Lo que los lleva a hacer una vivienda mínima, utilizando materiales económicos y sistemas de climatización básicos bajo un enfoque sustentable.

La casa está construida en un terreno de la ciudad de Monterrey donde la única preexistencia es la naturaleza. De esta forma, la casa surge como una respuesta al fenómeno de saturación de edificios en las ciudades, que se da no sólo en México sino en todo el mundo.

Desde afuera, la casa de madera da constancia certera de su materialidad: madera de pino y vidrio templado, así como de sus formas constructivas: rectángulos y cilindros. A pesar de semejar una caja, su materialidad provoca una sensación de ligereza recalcada por la idea de flotación, que se logra gracias a su estructura de apoyo formada por finas vigas de madera, y, al interior de la casa, la plataforma uniforme despierta una sensación tectónica que se corrobora en su recorrido. En cuanto a la cimentación, se colaron en sitio cilindros de concreto que a su vez rodean 16 polines que sostienen la retícula de vigas de madera antes mencionadas. Esta retícula sostiene el entablamento del piso y se une con los cuatro lados que conforman el cerramiento de la vivienda. Interior-exterior, construido y no construido se plantean como las primeras interrogantes de una pieza en apariencia sencilla que construye un diálogo con su entorno.

La estructura está conformada por delgadas columnas en la fachada principal que se comunica visualmente con el terreno colindante permitiendo que el habitante de la vivienda se convierta en observador del paisaje que le rodea. En cuanto a las fachadas de menores dimensiones, se observan usos diferentes: una sirve como acceso y la otra en cambio, funciona como ventana. Finalmente, la fachada posterior que da hacia el muro de colindancia, es una retícula vertical que funciona como cancelería y mueble integrado en su diseño a la estructura de la caja-vivienda.

Por su parte, la cubierta está sostenida por una retícula horizontal que permite la continuidad de la fachada posterior hacia la quinta fachada. Dicha cubierta tiene un peso mínimo protegido por un aislante térmico y una delgada lámina que le sirve como impermeabilizante a la estructura aligerada que cumple con los planteamientos estéticos de los autores.

Al interior del inmueble se erigen dos cilindros que otorgan distinción a los servicios dentro de un espacio que se distingue gracias al mono-ambiente (estudio-dormitorio) generado. El cilindro con mayores dimensiones alberga el retrete ventilado por dos pequeñas chimeneas, y saliendo de éste se encuentra el cilindro más pequeño, cuya función además de ser un lavabo, es contener las tuberías de agua. Los 24 m2 de construcción son mayoritariamente distribuidos en las actividades habitacionales (dormir, convivir, trabajar y estudiar). El habitante recobra el poder en su propio espacio, tomando la decisión del mobiliario, posición y uso de éste. Lo que da como resultado que la arquitectura no sólo haya sido creada por el arquitecto y el constructor, sino ahora también por el habitante. Casi una planta libre dentro del prisma que permite la posibilidad de llevar a cabo diferentes actividades en un mismo ambiente.

Uno de los objetivos de este proyecto era alcanzar un nivel de sustentabilidad en la obra, no con paneles solares, energía eólica o reutilización del agua, sino partiendo del origen y simpleza de la coherencia con un medio en el que se construye. La edificación se levanta del nivel del suelo para dar paso a la ventilación natural por debajo del edificio. Los materiales permiten la transpiración, ventilación e iluminación natural, y finalmente, el emplazamiento fue definido de tal forma que no diera lugar al asoleamiento ni a una sombra que provocara una temperatura extrema. Otro de sus objetivos, fue limitarse a un bajo presupuesto, manteniendo en el proceso constructivo la calidad de la obra. La madera y el vidrio son materiales que, además de ser reciclables, son de menor costo en comparación al concreto armado y el acero, que en la actualidad son los materiales que más se ocupan en México.

Finalmente, la respuesta se dio en forma de una vivienda básica experimental ideal para una persona, que busca independencia y contacto a la vez con su entorno. ¿Será ese el tipo de usuario más recurrente en la ciudad de Monterrey? ¿Cómo sería una vivienda experimental para una familia tradicional? O más allá, ¿cómo tendría que ser la vivienda pensando en el habitante de la ciudad contemporánea?

La obra invita a hacer una reflexión de qué, cuánto y cómo estamos construyendo en la ciudad, como una provocación a pensar si estamos cumpliendo con los objetivos económicos, sustentables y funcionales que hoy en día la arquitectura y la sociedad nos demandan. En esta ocasión, los conceptos, los materiales y las intenciones proyectuales construyen un vacío transparente que deja ver y se deja ver, llevándonos a la siguiente reflexión: ¿construir el vacío resulta en un espacio?

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Artículo sobre S-AR para RESIDENTE – Monterrey, México.

Por Juan Antonio Zertuche

S-AR. Arquitectura diferente y accesible.

Antes de perfilar el trabajo de S-AR, una anécdota. Del trayecto que recorría para llegar a mi antiguo trabajo, siempre me llamo la atención una peculiar casa en San Pedro, que rompía con el estilo norteamericano y la ostentosidad que ahí prevalece. Es una casa que luce sobria, con una puerta metálica negra al frente, muchas piedras en el suelo y una estructura principal que parece una especie de búnker de concreto pero sobre la superficie. Ahora sé que esta casa le pertenece a César Guerrero y Ana Cecilia Garza, quienes junto a sus colaboradores  trabajan en equipo como S-AR desde hace casi diez años. Al fondo, después de ser recibido por un imponente pero amigable perro y pisar grandes trozos de madera por un camino lateral, se encuentra el Taller S-AR. Ese sí, un búnker. Lo primero que te recibe al bajar es una puerta de vidrio; al interior, un anaquel enorme de acero y madera y mobiliario minimalista. El espacio es congruente al discurso de S-AR.

“Más allá de la misma obra, ¿cuál es el sentido de hacer arquitectura?”, reflexiona César Guerrero, cuya pasión por la arquitectura y formación académica -ha sido maestro en las tres universidades privadas más importantes de la ciudad- le da para hablar sin freno. “La arquitecturales una herramienta para generar conocimiento y cuando se hace pensando en esa idea, vale la pena.” Como muchos de los proyectos que se atreven a experimentar y hacer las cosas de manera distinta en la ciudad, S-AR nació cuando cursaban la universidad, en este caso el Tec de Monterrey, ante la necesidad de articular un discurso y una manera de trabajar que se aleje de la arquitectura comercial. Mucha de la arquitectura en Monterrey responde únicamente al espacio y a los estímulos económicos y Guerrero es contundente al momento de explayarse en su crítica: cuando no se toman en cuenta las condiciones socioculturales o históricas, no se trata de “una arquitectura culta”, dice, más bien “es una arquitectura muy superficial, comercial”.

S-AR trabaja de manera distinta, al hablar con César y Ana Cecilia, es fácil concluir que se trata de arquitectos, personas, bien informados; conocen la dinámica sociocultural de los lugares en donde se ejecutan sus obras y, lo más importante y valioso de todo, tienen la paciencia para tejer puntos de encuentro con la arquitectura. Estos principios se ven reflejados en proyectos como Comunidad Vivex, una asociación civil que fundaron para apoyar a los trabajadores de la construcción a tener una vivienda digna. Y esta conciencia pernea en su trabajo. Por ejemplo, la reflexión de César Guerrero sobre el uso de los materiales nos dice bastante: “la importancia de comprender el lugar y el material, entender de dónde viene para utilizarlo con dignidad. ¿Qué esfuerzo se exigió para que el material llegara al mercado? Utilizarlo de manera digna es rendir tributo a las personas que hicieron posible que eso existiera”. Esta comprensión de las personas, el lugar y el contexto sociocultural también se ve reflejado en el proyecto Macroplaza 20.30, un trabajo que si bien fue desarrollado entre 2009 y 2010 dentro del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), contempla una reinvención de la gran plaza de Monterrey que debería ser tomada en cuenta. “Ojalá esta propuesta y su inteligente manera de presentarla se tomen en cuenta: Monterrey y el país entero lo agradecerán”, con ese mensaje cierra Antonio Garza Sastré, doctor en arquitectura, quien entonces era el director de la maestría en Nuevo Urbanismo del Tecnológico de Monterrey, el prólogo del libro Macroplaza 20.30.

Cuestionario Residente

¿Qué experiencia les brinda sólo Monterrey?

La cercanía a diferentes ecosistemas muy diversos. La ubicación de la ciudad es privilegiada. Es una desgracia que mucha gente no conozca este tipo de lugares, no conozca los cráteres que hay en Mina o el hoyo que hay en la montaña de Rayones. La gente no sale de la ciudad.

¿Cuál consideras que esa el mayor problema relacionado a la arquitectura social en la ciudad?

Lo que hacen las vivienderas es hacer construcciones económicas, ciertamente, pero no es vivienda social porque no hubo participación de la sociedad. No se involucran ni en el diseño ni en la construcción ni en nada, simplemente son objetos construidos a través de procesos baratos.

¿Qué espacio han considerado intervenir? ¿En qué consiste esta intervención?

El proyecto urbano de la ciudad es el río (Santa Catarina), nadie ha podido entrarle, es muy difícil y complejo. El río es muy simbólico: tiene esa división que es social y no es un recurso. Es increíble que el río no nos da nada a la ciudad más que problemas, al parecer, pero no se ha entendido. No se comprende el río. Me parece que el gran proyecto urbano de Monterrey es la comprensión del río y como incorporarlo a la ciudad. No digo que se urbanice, pero esa es la incógnita: ¿qué se puede hacer? Y creo que una salida podría ser culturizar el río.

¿Cómo culturizarlo?

Serviría más que el deporte, que genera una especie de convivencia pero sólo a nivel físico y la cultura genera encuentros intelectuales. No creo que hablar sobre futbol sea mejor para unir a la ciudad y el río podría culturizarse y generar una vía de pensamientos diferentes para unir gente. Incluso dándole un uso que tiene que ver con cuestiones sociales.

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Artículo sobre S-AR para AN – The Architect´s Newspaper – Nueva York, E.U.A.

Por Sam Lubell

Profile: Emerging Voices Winner S-AR

Although the four young partners behind S-AR met at the Technical University of Monterrey in Mexico and are currently based in the historically industrial city, they have worked in architecture firms around the world. The result is a portfolio that combines weighty, often rough materials and techniques with the elegance, simplicity, and refinement of today’s modernism.

“We’ve learned a lot of things in other countries,” said principal César Guerrero, “but the work is very related to this city, not only in its materials and resources, but in the people who work in those enterprises. We try to use that knowledge about manufacturing and construction.” S-AR’s Casa 2G in San Pedro, Mexico, utilizes handmade doors, windows, and handles, as well as imposing poured-in-place concrete walls. Outside it appears heavy, industrial, and monolithic. But walk inside and the house transforms, projecting lightness, openness to the outdoors, and a genius for permitting natural light.

Like Casa 2G, most S-AR projects have the advantage of custom materials and resources and employ a healthy mixture of natural and manmade elements. Their Casa Madera, also in San Pedro, is the first domestic building in the city to be made completely of wood. Giant sheets of glass were produced locally in the biggest glass factory in Mexico.

The young partners are not content to work on one type of building or scale. They also create architectural installations, furniture, design objects, and publications. Their triangular chair transforms one medium-density-fiberboard sheet into triangular pieces that create a contained seating area; their CB container reinterprets a traditional basket in steel mesh; and their book Macroplaza 20.30 explores interventions to transform a public space in Monterrey.

“Architecture has great possibilities to create knowledge,” noted Guerrero. “It’s important to be diverse in your experimentation. And it’s more fun to keep your interest in a lot of things. One day you’re designing a public space and the next a pavilion.”

The firm has also created a nonprofit organization, Comunidad Vivex, that works with low-income residents to create houses, community centers, and other architecture. Materials are donated by local companies, and labor is provided, in part, by the future tenants themselves. Working with the organization they created Casa Caja, or Box House, in Zuazua, Mexico. It consists of concrete masonry, reinforced concrete, and a clay box, placed in the middle of the site, which leaves room for a large side patio as well as copious light and ventilation. Another box is placed at one end, containing core systems like HVAC, plumbing, and stairs. The first level contains flexible, open spaces, including room for commercial enterprises, while the second level contains private living and bedroom spaces.

“Architecture is not about the size of the buildings, it’s about the size of the ideas,” said Guerrero.

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Artículo sobre S-AR para Hotbook, No. 009 – Ciudad de México, México.

Por Mauricio Mastropiero

S-AR no es un despacho que obtiene atención por equivocación. Es un estudio de diseño serio, que gusta de la experimentación y la investigación, que tiene una postura clara definida por formas y materiales simples, que destaca por la gran calidad de los espacios y sus acabados austeros y que además desarrolla proyectos propios, para clientes y para la comunidad. Algunos de los ejes principales en el trabajo del despacho son la interacción entre lo industrial y lo artesanal, el cuidado en los detalles y su manufactura de mano del fabricante, la inversión de recursos en ideas de diseño para fabricar lo necesario que de una solución exacta a cada proyecto.

Mies van der Rohe acuñó la frase “Dios está en los detalles” refiriéndose al cuidado en la selección, el uso y forma de construir la arquitectura. Y es que el hacer arquitectura no se trata solamente de tener buenas ideas o generar imágenes evocativas, incluso no se trata simplemente de “construir” espacios o estructuras con determinada utilidad sino que el trabajo del arquitecto es el de “construirlas con sentido”. Este compromiso es entonces lo que distingue una construcción de otra, esta historia material que queda grabada en las obras, y que irá enriqueciéndose con el uso de los habitantes de la misma en el tiempo.

Este es el caso de la Casa 2G (2011), levantada en San Pedro G.G. (Nuevo León). Poco después de su conclusión sus moradores la conocen, la tocan y la descubren poco a poco. Sienten las diversas texturas que definen los elementos: puertas, ventanas, pisos y muros. Todo es un micro universo donde cada parte hace que la casa siga empeñada en buscar ese sentido iniciado al proyectar: ser una casa de ideas y elementos básicos. Por lo tanto, aunque la casa es sencilla en sus acabados, formas y concepciones utilitarias, y más brutalista que la arquitectura regional o tradicional de la ciudad, en realidad son los detalles los que la vuelven una obra singular.

Empecemos por la estructura: un solo material, un solo sistema constructivo que es al mismo tiempo el esqueleto portante y la piel exterior. El concreto armado fue utilizado exigiéndole su capacidad estructural, pues en la casa hay volados, perforaciones, vigas que cubren grandes claros y demás exploraciones estructurales que expresan quizás ese deseo de seguir hacia adelante en la cultura constructiva; al mismo tiempo está presente un riguroso uso de la plástica del material, siempre aparente pero cumpliendo con diversas funciones: en el piso un acabado pulido que revela las gravas en las entrañas de la mezcla del concreto, mientras que en muros y losas el acabado es reflejo de la madera de los moldes utilizados para construirlos, dotando de ciertos rasgos y registros de naturaleza que se ha cristalizado en los muros de hormigón.

Continúan los detalles:

Sistemas pasivos. La casa se cierra completamente en su fachada hacia la vía pública, pero ofrece vanos y aberturas con mucho sentido en su interior. Su orientación le permite bloquear el calor directo del sur, pero darle bienvenida cuando se necesita durante el invierno. Sobre los techos de los baños se encuentran claraboyas que permiten la entrada de luz natural y, al accionar manualmente sus sistemas mecánicos, permiten también la circulación de aire. El techo además cuenta con algunas transparencias que iluminan el espacio y, en los pasillos, aperturas que permiten el paso del aire.

La carpintería. El mismo tipo de paneles de madera utilizados en la cimbra fueron la materia prima para el diseño y la fabricación de puertas, muebles y closets, por lo que tanto las modulaciones como las vetas de los paneles de madera se relacionan con la modulación y el detalle de los colados del concreto de los muros, generando un orden constante visible entre todas las partes.

La herrería. Toda fabricada a mano y medida para esta obra. Con la idea de rescatar este oficio aún latente en la localidad, los arquitectos decidieron diseñar y fabricar ventanas, manijas, puertas, escalones, rejas, barandales, sistemas de aperturas de domos y ventanas, closets, pasadores, marquesinas, goterones, gárgolas, etc. Todo lo que fuera necesario buscando incorporar un lenguaje industrial-artesanal que contextualiza al proyecto no sólo con el lugar físico sino con la cultura constructiva del mismo. A través de una fuerte colaboración entre diseñador y fabricante se desarrollaron numerosas y sencillas piezas para estos sistemas, cambiando la idea común de “comprar lo pre-fabricado” por la de “fabricar lo necesario” y la de “invertir en los objetos” por la de “invertir en las ideas”.

Otros materiales como placas y tubos de acero cortén reciclado sirven como contenedores para los árboles colocados en el patio central de la casa y las plantas que limitan el pasillo lateral donde se camina sobre 140 durmientes de ferrocarril que forman el pavimento hasta llegar al jardín posterior. De arquitectura sencilla y reductiva, Casa 2G, es el manifiesto construido de que una arquitectura universal puede entablar interesantes diálogos con su entorno cultural, industrial y físico a través del detalle con el que las decisiones de diseño y los procesos de construcción se amalgaman para que las materias primas, tanto materiales como humanas, tomen la forma y el uso correcto para dar valor a una obra arquitectónica.

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Artículo sobre la Bienal de Venecia para la revista Architecktur Aktuell – No. 438 – Viena, Austria.

Por Isabella Marboe

Everyday life as the frontline.

Examples of housing and self-build from Latin America and southern Europe.

In the 2016 Architecture Biennale Spain and Mexico, Peru and Portugal deliver the most innovative contributions to the “housing question”, with many ideas for empowering the users. These can be seen in the Arsenale and on Giudecca.

“Unfinished”: the Spanish Pavilion. The Golden Lion of the 2016 Architecture Biennale for the best national pavilionwas awarded to Spain. The contribution “Unfinished”, curated by Iñaqui Carnicero and Carlos Quintáns, focuses on the ruins of the financial crisis, incomplete buildings that harbour vast creative potential. Mexico develops innovative Financing concepts for low-earners who build their own houses. In the last period of economic growth the building industry was a major motor of the Spanish economy. Within a short period of time large numbers of buildings were erected with little consideration being given to whether these projects were actually needed at all. As a result of the economic crisis many were left unfinished. How can these investment ruins be used sensibly? The conversion of an empty cinema in the Catalonian village of Riudecols offers an example of a smart solution. In the former auditorium the architects Núria Salvadó and David Tapias inserted containers, stacked one on top of the other, to serve as a house. The timber-built modules are clad with translucent plastic sheets in order to introduce as much daylight as possible. The autarchic building method allows this house-in-a-house system to be re-configured repeatedly and in this way adapted to meet changing needs.

Mexico: unfoldings & assemblies. Social commitment and collective planning define the nature of the exhibition in the Mexican Pavilion. Among the projects presented is one by the non-profit organisation Comunidad Vivex in the city of Monterrey. Construction workers with low incomes are helped to build their own dwelling houses. The architecture office S-AR developed two house types measuring seven by fifteen metres for sites in Mexican suburbs. The houses are then built with a clear allocation of responsibilities: the organisation provides the plans and materials, the construction workers provide their own labour and time as well as the site. During the construction phase the workers receive support in the form of professional training courses that increase their know-how and skills, which they can then apply in future projects. A basic project, the single storey Casa Cubierta, has a central patio, the internal climate is regulated naturally. This is the starter size and can be later extended both vertically and horizontally. The Casa Caja is a two-storey building that occupies half of the site, leaving room for a long, narrow courtyard. This zone, too, can be built on in a later development phase.

Our Amazon frontline: Peru’s modular building System. For its national contribution Peru deservedly received an honourable mention from the jury. The “Plan Selva” is a large-scale architecture project for schools in the Amazonian rain forest. A public programme is reconstructing and erecting hundreds of schools in remote communities in Peru’s Amazon region. They consist of a prefabricated roof system, are erected on site and further developed by the local population. The buildings are made of wood and metal. They are designed to be easily dismantled and can be adapted to suit the size of the communities, the particular educational requirements and the topographical situations. The result is a modular architecture that responds sensitively and respectfully to the world of the Amazon. In the exhibition you can also build your own school with small wooden blocks, while listening to authentic Peruvian sounds.

“Neighbourhood” in the Portuguese Pavilion. This year the Portuguese Pavilion found the perfect location in the form of the Campo di Marte housing block on the island of Giudecca, designed in 1983 by Álvaro Siza. This is not just an exhibition about social housing but in fact a real social housing project. Diagonally opposite Aldo Rossi planned a number of residential buildings. Only one wing of a building originally planned to form an “L” was actually built. The construction company went bankrupt and the project stagnated. Things only started to move again in 2015, when the Portuguese Ministry of Culture enquired whether the shell of the unfinished building wing could be used as a pavilion for the Biennale in 2016. Today one hears that the building is to be completed after the Biennale ends. The exhibition is divided into three parts. The first is devoted to the original plans for the project. The second part shows Álvaro Siza’s interventions in the field of social housing such as the urban district of Bouça in Porto, the Schlesisches Tor in Berlin, Schilderswijk-West in Den Haag and the Campo di Marte project. The third part recalls the relationship between Álvaro Siza and Aldo Rossi. Álvaro Siza is known as a “master of participation”. He can be followed on Instagram and Facebook as he visits residents in his social housing buildings in Europe. This is demonstrated at the Biennale. One can follow how, in spring 2016, Álvaro Siza revisits a number of housing projects – including the corner building at Schlesisches Tor in Berlin that he built in 1980. The raw atmosphere of the building site combined with film scenes in darkened rooms constitutes the special charm of this contribution.

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Las distancias entre los extremos. Texto publicado en el Catálogo de la XX Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile – Valparaiso, Chile.

Por S-AR

Las distancias entre los extremos. Sobre la Vivienda, Arquitectura Social y el trabajo de Comunidad Vivex.

 

Desde un contexto local, particular, la desigualdad y la pobreza son en México el resultado de la falta de oportunidades que deberían ser creadas a través de políticas relacionadas a la educación de la sociedad en general y estas transformadas en trabajo y crecimiento. No se trata de actuar tratando de reponer algo que está roto, sino de hacer y generar herramientas que puedan construir un modo nuevo, pues parece que las distancias entre los extremos no se están acortando, más bien aumentan paulatinamente. Pareciera que mientras alguien está reparando algo roto con mucho esfuerzo, y esta operación tarda tanto (pues todo lleva su tiempo), ya hay otras diez cosas que se están rompiendo al mismo tiempo. Así no se va a terminar nunca. Si la educación se divide y no es pareja, las demás condiciones reaccionarán de forma similar a los resultados que hoy vivimos. Este es el caso de la Arquitectura y también de la vivienda. Para nosotros la realidad de México es el reflejo de una condición de educación, de su repartición, de su calidad y de una incapacidad de su sociedad (toda) de cambiarla por supuesto.

Desde un contexto más amplio la agenda de cada lugar es diferente, sus sociedades también y las herramientas con las que han sido dotadas para enfrentar diversos temas van acordes a su propia cultura y educación. No vemos unos temas exactamente iguales para todos, quizás caen dentro de campos generales para todos pero las circunstancias a fondo varían demasiado como para considerarlas iguales. Ni siquiera son iguales dentro de un mismo país.

Pensamos que a través de la Arquitectura se pueden construir nuevos modos de pensar y hacer, simplemente diferentes, porque los resultados de la aplicación de las políticas y formas actuales son simplemente insuficientes con respecto a crear unas condiciones de derechos simultáneos y parejos para todos. Incluyendo por supuesto el derecho a la vivienda digna. Pero no vemos la participación de la Arquitectura en esto como una tipología particular todopoderosa de construcción o construcciones -o de vivienda o edificios singulares-, sino como una herramienta para educar a través de la construcción, de la vivienda -uni o multi- como modelo de participación. A veces en todas sus etapas, o a veces solamente en algunas etapas, que ya es bastante. Vemos este proceso como una suma de esfuerzos, de repartición del trabajo, el conocimiento y el talento. Para eso es importante la educación, para visualizar esta forma de trabajo en equipo.

Creemos que hay algunas iniciativas muy honestas en su búsqueda social o bien sociológica, que luego pueden dar paso, en parte por su mediatización, a acciones de entidades o individuos repetidoras(res), entidades o individuos que quizás no pudieron darse cuenta por si mismos de este tema antes (por alguna razón). En todo caso dado las necesidades existentes de crear igualdad, de reducir la pobreza, de que los derechos sean simultáneos, el hecho de que se repita el interés sobre el tema social -sea genuino o repetido- podría ser algo más positivo a que el tema de discusión sea algo innecesario o individualista.

Creemos que particularmente de eso se trata el éxito de la Arquitectura en la vivienda social: de generar mejores individuos a través del ejercicio del proyecto y de la construcción. De un esfuerzo que pueda hacer una memoria fuerte a través del ejercicio de la participación. Esa memoria se queda en las personas y paulatinamente aflora en ciertos casos. Ciertamente es difícil de medir, programar o cuantificar qué tanto, pero es una meta compleja para un trabajo complejo como lo es trabajar con ideas donde la vivienda y la Arquitectura puedan acabar siendo herramientas educativas, pues no depende sólo de la herramienta en sí, también de la facultad de utilizarla por parte de las personas. Y todos somos diferentes. Unas la tendrán más fácil que otras definitivamente. Pero tampoco se trata de hacer cosas estandarizadas, cuando se trabaja con personas en procesos tan importantes como estos, siempre hay variables y variaciones en juego. Creemos que es mucho mejor estar abierto a valorar la sorpresa del resultado final o de cada etapa a buscarlos de antemano o querer controlarlos. Nada más falso que un proyecto donde al terminar la construcción física de algo el proyecto social ha terminado también. Eso es simplemente una más de las etapas que genera la Arquitectura Social aplicada a la realidad, a una realidad temporal y siempre en transformación.

Debido a estas inquietudes, desde nuestro taller (S-AR) desde hace unos años trabajamos paralelamente con proyectos de Arquitectura Social, generando recursos y conocimiento a través de la constitución de una Asociación Civil llamada coloquialmente Comunidad Vivex.

Comunidad Vivex es una plataforma para el desarrollo de proyectos de vivienda y Arquitectura Social desde un esquema complementario entre profesionistas, arquitectos, empresas, personas físicas y familias participantes para plantear, diseñar, planear, gestionar, construir y desarrollar comunidades potenciales a desarrollarse en los parámetros educativos, sociales y productivos a través del ejercicio de la construcción de proyectos de vivienda de Arquitectura de calidad. Comunidad Vivex se enfoca en la generación de proyectos de vivienda para familias de escasos recursos así como en proyectos de infraestructura básica para instituciones u organismos que brindan apoyo social.

El programa de Comunidad Vivex se basa en un sistema de auto-construcción dirigida, donde los beneficiarios tienen que participar activamente, no sólo en la construcción, sino desde el diseño, pero es en la construcción donde es más delicado el tema de la participación y la responsabilidad, sobre todo para garantizar la seguridad y durabilidad de los proyectos para las familias que los habitarán pues es común pensar que al terminar una vivienda se ha terminado el proyecto social cuando en realidad apenas se va a iniciar este.

Comunidad Vivex persigue al final generar valores sociales en los participantes y sus familias a través de proyectos de vivienda. Valores como el esfuerzo propio, la responsabilidad con los recursos, el orgullo de su trabajo, el ejemplo a sus semejantes, la solidaridad con los demás y el ahorro de los recursos, entre otros. La Arquitectura es una herramienta, la vivienda un medio, el cambio de una mentalidad social el objetivo. Es un proceso de generación de conocimiento dentro de un proceso humano de participación colectiva.

El día de mañana este patrimonio construido es moneda de cambio para nuevas inversiones para el desarrollo de la familia como educación o salud. Que una casa tenga la capacidad de convertirse en una beca de estudios es una idea poderosa. Quizás un jefe de familia que construye una casa para su familia logre un objetivo tangible, pero las generaciones que siguen y vivirán ahí podrían tener opciones quizás aún intangibles pero con potencial para abrir otras posibilidades en el futuro para ellos. Esa idea nos motiva bastante a hacer este tipo de proyectos. Es como preparar algo para el futuro, algo que sin duda se tiene que hacer ahora, pero que también le dará forma a ese futuro.

En general esto es un poco de lo que nosotros queremos hacer con este trabajo social, con esta idea de utilizar la herramienta de la Arquitectura de forma social y que entendemos como parte importante de nuestro oficio.

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Entrevista de S-AR para Arquine – Ciudad de México, México.

Por Mariana Barrón

Dossier Arquine No. 76

¿Cuáles son las condiciones — sociales, políticas, económicas o ambientales— que hoy se plantean como más relevantes para la arquitectura y la ciudad? ¿Ocupan la desigualdad y la pobreza un lugar preponderante?

Desde un contexto local, particular, la desigualdad y la pobreza son en México el resultado de la falta de oportunidades que deberían ser creadas a través de políticas relacionadas a la educación de la sociedad en general y estas transformadas en trabajo y crecimiento. No se trata de actuar tratando de reponer algo que está roto, sino de hacer y generar herramientas que puedan construir un modo nuevo, pues parece que las distancias entre los extremos no se están acortando, más bien aumentan paulatinamente. Pareciera que mientras alguien está reparando algo roto con mucho esfuerzo, y esta operación tarda tanto (pues todo lleva su tiempo), ya hay otras diez cosas que se están rompiendo al mismo tiempo. Así no se va a terminar nunca. Si la educación se divide y no es pareja, las demás condiciones reaccionarán de forma similar a los resultados que hoy vivimos. Para nosotros la realidad de México es el reflejo de una condición de educación, de su repartición, de su calidad y de una incapacidad de su sociedad (toda) de cambiarla por supuesto.

Desde un contexto más amplio la agenda de cada lugar es diferente, sus sociedades también y las herramientas con las que han sido dotadas para enfrentar diversos temas van acordes a su propia cultura y educación. No vemos unos temas exactamente iguales para todos, quizás caen dentro de campos generales para todos pero las circunstancias a fondo varían demasiado como para considerarlas iguales. Ni siquiera son iguales dentro de un mismo país.

Esas condiciones, ¿cómo pueden encararse explícitamente desde el campo de la arquitectura?

Pensamos que a través de la arquitectura se pueden construir nuevos modos de pensar y hacer, simplemente diferentes, porque los resultados de la aplicación de las políticas y formas actuales son simplemente malos con respecto a crear unas condiciones de derechos simultáneos y parejos para todos. Pero no vemos la participación de la arquitectura en esto como una tipología particular todopoderosa de construcción o construcciones -o de vivienda o edificios singulares-, sino como una herramienta para educar a través de la construcción, de la vivienda -uni o multi- como modelo de participación. A veces en todas sus etapas, o a veces solamente en etapas, que ya es bastante. Vemos este proceso como una suma de esfuerzos, de repartición del trabajo, el conocimiento y el talento. Para eso es importante la educación, para visualizar esta forma de trabajo en equipo.

Creemos que hay algunas iniciativas muy honestas en su búsqueda social o bien sociológica, que luego pueden dar paso, en parte por su mediatización, a acciones de entidades o individuos repetidoras(res), entidades o individuos que quizás no pudieron darse cuenta por si mismos de este tema antes (por alguna razón). En todo caso dado las necesidades existentes de crear igualdad, de reducir la pobreza, de que los derechos sean simultáneos, el hecho de que se repita el interés sobre el tema social -sea genuino o repetido- podría ser algo más positivo a que el tema de discusión sea algo innecesario o individualista.

¿Qué caso de arquitectura que se planteó ese tipo de intereses, recientemente o en el siglo pasado, sería un ejemplo, exitoso o fallido, y qué podemos aprender hoy de él?

Nos gustaría destacar el proyecto de Germán Samper llamado “La Fragua”, donde se pudo ayudar a una comunidad en Colombia a través de la autoconstrucción de viviendas con un modelo ingenioso de tipología de vivienda productiva, lo que le dio recursos a la comunidad para generar un futuro económicamente sustentable. Hay casos documentados (o por lo menos eso nos los platicó él arquitecto Germán Samper), donde niños de esa comunidad alcanzaron logros profesionales notables. Incorporándose a diversas partes de la sociedad que seguramente hubiera sido difícil de juntar sin su participación y la de sus padres en este proyecto que tiene como motivación de desarrollo social la vivienda.

Creemos que particularmente de eso se trata el éxito de la vivienda social: de generar mejores individuos a través del ejercicio del proyecto y de la construcción. De un esfuerzo que pueda hacer una memoria fuerte a través del ejercicio de la participación. Esa memoria se queda en las personas y paulatinamente aflora en ciertos casos. Ciertamente es difícil de medir, programar o cuantificar qué tanto, pero es una meta compleja para un trabajo complejo como lo es trabajar con ideas donde la vivienda y la arquitectura puedan acabar siendo herramientas educativas, pues no depende sólo de la herramienta en sí, también de la facultad de utilizarla por parte de las personas. Y todos somos diferentes. Unas la tendrán más fácil que otras definitivamente. Pero tampoco se trata de hacer cosas estandarizadas, cuando se trabaja con personas en procesos tan importantes como estos, siempre hay variables y variaciones en juego. Creemos que es mucho mejor estar abierto a valorar la sorpresa del resultado final o de cada etapa a buscarlos de antemano o querer controlarlos. Nada más falso que un proyecto donde al terminar la construcción física de algo el proyecto social ha terminado también. Eso es simplemente una más de las etapas que genera la arquitectura social aplicada a la realidad, a una realidad temporal y siempre en transformación.

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Conversación con S-AR y Anmahian Winton Architects – Nueva York, E.U.A.

Por la Architectural League of New York

On the Table: Dinner with Alex Anmahian, Nick Winton, Cesar Guerrero & Ana Cecilia Garza.

Cesar Guerrero, Ana Cecilia Garza, Alex Anmahian, and Nick Winton joined designers and critics to discuss architects´social responsibilities, building enclosures, and site.

The League’s annual Emerging Voices program recognizes eight firms with distinct design voices, each invited to lecture during the months of March and April. Following each night of lectures, the evening’s two presenting firms were joined at dinner by prominent architects, critics, and others in the field for informal and lively conversation.

In the following conversation (which has been edited and condensed), Cesar Guerrero and Ana Cecilia Garza of S-AR, Alex Anmahian and Nick Winton of Anmahian Winton Architects, and dinner guests discuss an architect’s social responsibilities, building enclosures, and site.

Nader Tehrani, NADAAA: One theme we’ve seen tonight in the work of S-AR and Anmahian Winton Architects has been that of social responsibility. I’m reminded of the way that the media has portrayed this year’s Pritzker Prize winner as having a social program and a political agenda – a portrayal that has dominated the line of reasoning for his selection. But Alejandro Aravena is no innocent lamb – he is a master of form and he understands the challenge of “occasion.” The work presented tonight by both practices is meticulous in its design and also has significant social ambitions, but not all of the work was described in material, technical, and formal terms. How do you reconcile your motivations as a citizen and the agency of the architect as the expert in matters of form, material behavior, and urbanism, such that you bring to the table something that nobody else can?

Cesar Guerrero, S-AR: Well, we don’t see the difference between architecture and social architecture in our own work. For us, architecture should be an activity that we all share. Architecture is an activity that we all share – we, as architects, envision and design buildings, others construct them, and then there are occupants. These aspects make architecture a social activity. We don’t focus on the cost or other technical aspects, instead we focus on an economy of sharing.

Henry Cobb, Pei Cobb Freed & Partners: I was very moved by Casa Caja in that the architects and the clients and the builders and the occupants all became one. They were one group, one body working together. This is something almost unimaginable in our stratified American professional culture. What in the end is the relationship between an architect and a client and a builder and an occupant? I think those of us in practice occasionally feel that we are engaged (in some way) with one of those participants. We feel a sense of engagement that we wish could be stronger and more fruitful, if you will. How we, as architects, relate to the constituency that we serve has always been an important question. It’s so refreshing to me to see the practice evolve such that the idea of power and power relationships has been replaced by a sense of equilibrium. Everybody is contributing, and not just in separate ways. Everybody is contributing to the totality of the enterprise.

Guerrero: For us, the difference between one project and another is its size, program, type, materiality, and so forth. But in the end, they are all about building a team of diverse people who are trying to understand common necessities and who are driven to get involved. I don’t know if architects should really separate architecture into all of those categories as a methodology. We have to share to get projects done – when you finish a project, for example, someone moves in or someone uses the building. The construction of architecture is a social process, and the use of architecture is a social project.

Ana Cecilia Garza, S-AR: Most of the architects in Monterrey constantly think about when a client is going to pay for a building. We have to stop looking at architecture that way. Clients who cannot pay us with money find different ways to pay us – maybe by helping to fabricate certain components of the building, like the windows or doors, for example. This helps us complete our work. We are interested in this idea because we see architecture as a shared learning process.

Cobb: Nader’s question touches on a very difficult subject. Anyone who is literate in the history of architecture cannot possibly look at S-AR’s Casa Huastok without thinking about two very significant precedents: the Farnsworth House in Plano (because of its frame) and Schindler’s House in Los Angeles (because of its roof). This brings me to the question of authorship, the meaning of authorship, and the relationship of authorship in architecture to the constituency that we imagine ourselves as serving. I see the Farnsworth House and Schindler House as being part of an idea about a way of life and the relationship of people to the natural world and the constructed world. I would like to hear about those issues from Nick and Alex, in particular about your Community Rowing Boathouse project and its operable facade. I was brought up as a functionalist in the 1940s, so I need to know how things work. And I couldn’t figure out how the facade on the boathouse works, though I admire it enormously.

 Paul Lewis, LTL Architects: Yes, I was surprised by the emphasis on skins in both presentations, their articulation and development. Is the issue of architectural expertise best played out in the realm of enclosure? There were a lot of arguments made about the performance of the skin (for Anmahian Winton Architects), the contributions by the blacksmith (for S-AR), and the degree of their operability (for both). You didn’t make arguments about program as much, or even about the flow of people. If you look closely at Nick and Alex’s boathouse, there are many detailed sections through the building. I’m curious if you have anxiety as an architect that your expertise is so focused on issues of image and the performance of the skin. Or is that where our expertise now lies?

Alex Anmahian, Anmahian Winton Architects: We were kind of obsessed with the skin of the boathouse, preoccupied with it even. It was a mistake not to talk about the program though, because it was very much a collaboration between the owner, the client, the users, and us. There wasn’t a frame of reference for the project, because the organization that owns the boathouse had previously used a Quonset hut along the river. Many other boathouses weren’t useful as models either, because our boathouse had to store so many more boats. The building serves an inner city outreach program for girls and boys, veterans, and the Perkins School for the Blind across the street. There was a certain level of discovery throughout the design process for everybody, including the founders of the organization.

Joel Sanders, JSA: There is an age-old dilemma in architecture that social responsibility and form are mutually exclusive – I hope it isn’t true! Both S-AR and Anmahian Winton Architects have demonstrated that you can be invested in socially responsible programs and also craft formally engaging buildings that pay exquisite attention to refined details and skins. But in addition to taking on briefs like housing and institutions that benefit the public realm, another way to think about social responsibility is to go one step further and challenge the status quo, positing and envisioning alternative forms of social interaction. Although formally accomplished, S-AR’s houses treat domestic program in a normative way and reproduce standard programmatic adjacencies and conventional domestic relationships. Can domestic design be considered socially responsible if it accepts, rather than challenges, the normative disposition of how people inhabit a house? Is it a restraint?

Guerrero: We think architects should be very practical! People use the spaces we design, so it’s important for us that the function of the space comes easily to the occupant. So our houses are very simple, all of our projects are simple. Our work references modern architectural planning, and part of that is determined by economy. We don’t have projects with big budgets. When we started our practice, we were always thinking of the homemade or other crafts when we designed. And this thinking carries into the drawings. We design details to be affordable, but also easily constructible for builders. It’s a more logical way of designing, but sometimes it’s all that we have to work with for a project.

Garza: Keep in mind, in Mexico, it’s very easy to work with blacksmiths and carpenters. Sometimes, it’s even more expensive to buy a prefabricated window than to work with a craftsman. I’m curious to hear about your own experiences.

Nick Winton, Anmahian Winton Architects: This is something I’ve known about the work in Mexico for quite some time. Everything handmade is so much more accessible. Of course, here in the United States, the opposite is true. There is such a high level of production, and the quality of many architectural products drops significantly with a lower price. Craftsmanship is an exception, not the rule. And I think this is in part a result of our culture of mass production. We aren’t engaged with craftsmanship in the same way that we are not engaged with social issues in architecture. There are very few examples of good public housing in the United States, for instance, and no architecture schools teach it. Harry, probably when I was a student at Harvard GSD was the last time that social housing was taught – that was a long time ago! Now, an infatuation with skins and envelopes and enclosures has taken over. We love it because we tinker. But at the same time, I think it has distracted us from other important issues.

Cobb: It’s true that there is an infatuation with envelopes. But if you look at your boathouse, the skin that folds out is not just a matter of skin. It tells you something about the relationship between the people on the outside and the people on the inside and the building and its environment. It’s transformative. It’s not just about the skin. That boathouse is an example of the potential in the building’s envelope to say something about the structure of relationships in the world. And similarly, although you didn’t mention it, Cesar and Ana, I challenge you to deny that Casa Caja was conceived as being part of a very large urban array. Otherwise the solid wall on one side and the garden on the other would be inexplicable. You must have imagined that there would be another house on one side and another house on the other side.

Guerrero: We actually aren’t interested in that.

Cobb: Really? You made the house with privacy on two sides – it implies a very clear division. This is mine and that is yours.

Guerrero: That’s true, we know that. In fact, we receive many e-mails requesting the Casa Caja because it’s cheap and affordable. But the Casa Caja is not a prototype – that would be antithetical to our own philosophy and it would support what we fight against. We believe that all families are different, and so they all deserve different houses. It’s undeniable that Casa Caja could become prototypical, but it was built and designed with one particular family in mind. To us, no one else can use the house as well.

Tehrani: I must ask Ana and Cesar a question about detail. It’s no coincidence that many of your projects are lifted up above the ground and have an inset structure. Those are very deliberate architectural devices that make your houses appear to float – how does that become relevant in the larger conversation that we’re having?

Guerrero: That’s a difficult question.

Tehrani: Because it didn’t happen once – it happened many times. It’s a trope, if you like. It’s an architectural bias. Or maybe it’s part of your authorship, or an indulgence? But it seems like one of those things that we as architects do to ourselves. We betray our sense of geographic specificity and also our sense of material specificity. Maybe we even betray our social agendas. “At all costs, it must float!” But why?

Guerrero: Well, we have our reasons. In the first project ­– Casa 2G – we were accommodating the site’s slight slope. Floating the house kept it level without having to grade the plot. The second project – Casa de Madera – floats because we wanted to keep the house cool. Air comes up through the floor and into the house. The third project ­– Casa Huastok – floats because we didn’t want to disturb the nature of the site. Animals are free to roam underneath and vegetation was left intact. Those are our reasons.

Sean Anderson, MoMA: In a way, we have seen both offices question the nature of ground, or what the function of the ground is or can be. With Anmahian Winton Architects, inevitably every project, including the office tower in Ankara, frames and reframes the ground as a kind of sanctified space of exchange and of movement. By shifting the experience of the ground in that project, or in the Red Rock House, or in the Ford Hill Observatory, the ground becomes an arbiter of different kinds of experiences and meanings. In S-AR’s projects, it’s a deliberate decision and it obviously has some truth and value to it. Elevating the floor can allow air to cool the building or it can allow animals to pass underneath, but the ground is something that one must transgress as much as a door frame is a threshold. And in Casa Caja, the one project that is not elevated, the ground has a very different meaning – your client spent the last 20 years contributing to that land and is very much a part of it. Whereas Casa Huastok is fundamentally a stage for seeing, removed from the ground. I think in S-AR’s work, the narrative of the ground (or of social responsibility or of the city) is present in many ways. And in Nick and Alex’s work, the narratives are fundamentally about material, structure, function, accommodation, etc. Having seen these projects tonight, what new narratives do you hope to write with your work?

Guerrero: I’m not sure. The scales of our projects are very different. And I think we are more interested in designing small projects, perhaps because there is a greater sense of control for us – we are a pretty small firm. In Mexico, it’s also difficult to find good labor and the right technology to accomplish certain goals. We’ve definitely become established in our community in Monterrey, and we are trying to accomplish some sense of refinement and elegance using the details and architectural devices we have already developed. We don’t have the resources that firms have in this country, but that’s a principle I learned today.

Anmahian: There is a certain nuance in the elevated platforms of your projects. I immediately noticed that S-AR does them in different materials, testing different heights with different ground planes, and I think you may have an interest in the possibility that the same idea or device can negotiate many different situations. It’s a form of design research. I think the answers that you gave are practical ones. But I also think there’s something more that’s of interest, because you adjust them, you play with them in different ways. I found that fascinating. Based on your earlier response to Harry’s question, my guess is that the nuances are based on the individual or the family that you’re designing for.

Winton: And to continue Alex’s thought, I think our goal is to have more agency. Cesar, as you said, architecture is about opportunity and working with people, clients, or communities that really care about architecture – it doesn’t mean that you have to do bigger or more expensive projects. Good design will inherently affect good outcomes, whether they’re social or political or behavioral.

Jing Liu, SO–IL: There is an original expression of architecture in both of your practices, but the works also seems deeply rooted in the fabrication technologies and construction skills of the place where you are building. Alex and Nick, I clearly saw your signatures and the techniques you used in many of your projects, from the Berkshires to Turkey. Maybe this is a very personal question to ask, but do you feel that you are obliged to be regionally specific, or do you feel the freedom to explore as a practitioner?

Anmahian: I would say both. I don’t see how I can remove my authorship from the work that I do.

Winton: Or its location. I would love to see S-AR’s work in New England. Cesar and Ana’s designs are so regionally affected in a beautiful way – they are very honest and sincere. Your work is absolutely of your own culture, and your use of material, methods for assembly, and the social order are so clearly of the place. I’m sure you would do very interesting things in a climate and a context that isn’t where you grew up.

Anmahian: Can we ask the question first: Would you work outside of your city if you were asked to?

Guerrero: We have started to work in several places outside of Monterrey. Next year, we will have a project under construction in Central Mexico and another in Baja California. We do believe that there is knowledge in every place, so we are always working with the people who construct our projects. Part of that is trying to bring them something they’ve never experienced before. When the time comes, and we work on a project in another country, the first thing we would do is travel to that country to learn from the culture and site. What are the resources there that we can find to make architecture? What knowledge is embedded in that place? And then, we’ll create with that knowledge. That’s what’s interesting for us.

Garza: Yes, it’s certainly not about taking a concrete block to another country.

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Entrevista de S-AR para Archinect – Los Angeles, E.U.A.

Por Mackenzie Goldberg

Small Studio Snapshots: S-AR

Located in Monterrey, Mexico, S-AR bills themselves as a collaborative Alternative Architecture workshop. Their work focuses on the design and development of architectural projects of several scales and typologies. The team works on projects that range from the designing of objects to experimental, social houses and educational buildings. 

This week on Small Studio Snapshots, we talk with the team and discuss how keeping a small office allows them to take on projects that they find meaningful. 

How many people are in your practice?

Currently the office is made up of four partners, two of us are in Monterrey where the architecture office is, another one is in Mexico City acting as a link with projects in the center part of the country and another in Baja California, also linking us with project opportunities in this region of Mexico. In the office in Monterrey we have a team of two young architects who are collaborators and an architecture student doing an internship. We expect a couple more students this year to come learn from the experience of being in the workshop and how we develop architecture at S-AR.

Why were you originally motivated to start your own practice?

It wasn’t really something we thought about much as a professional goal, but something that happened mainly because we knew each other since university and we’ve worked as a team since then. In addition to being partners, we’ve been friends for many years. Afterwards, through the university too, we met our youngest partner and our collaborators, since we were linked to it by teaching there for almost ten years and that’s how we’ve met the majority of the people that have passed through the studio, first from a teacher-student relationship and then as collaborators. We believe we’re still in a process of development because conditions have greatly changed since we started working independently. Additionally everything in Architecture takes a lot of time, it’s normal that the consolidation of a studio or workshop and the conformation of a team take a lot of years. 

What hurdles have you come across?

The main obstacle we see for an architecture office is the irregularity of opportunities that come up to develop work, since these vary a lot by seasons. Sometimes there are many proposals and at others proposals have to come from us to generate our own work. Another obstacle for an office of our profile is finding interesting counterparts to develop projects. We’re interested in doing projects that generate and leave knowledge behind, and sometimes this isn’t easy to find in a consumerist society, since knowledge isn’t something that is often promoted or sought after as other more pragmatic goods. So that general lack of architectural culture in the society that surrounds us reduces the interesting occasions where architecture can be used in a good way to generate knowledge. However we’ve always been more interested in quality over quantity, so we know how to wait and distinguish the potential of a project over one with purely superficial interests. We’re interested in doing projects with a deep message, and working with people who know how to value that.

Is scaling up a goal or would you like to maintain the size of your practice?

At the moment we’re not interested in growing in size, but in experiences, and the current size of the office is good for that because it allows us to be close to each other and to the ideas, to the manufacturing and construction processes and to the buildings and sites, which is very important for us since a lot of our work emerges from the understanding of those resources that we get firsthand on site and from the people that we work with and help us construct our ideas. We’re more interested in changing the scale of the ideas when we do architecture than changing the scale of the buildings. A small building can have a great deal of architecture. There’s a lot to teach, reflect and communicate. It’s about the potential of the ideas and having the discipline to transform them into a project that’s coherent with that potential. Even if we, through our partners, get to do projects outside of Monterrey, in other parts of Mexico or outside of the country, we believe that’s not necessarily going to affect the size of the office. Of course the results could be different in each case, but the process of reading the site and thinking the project will be the same. We’re just gonna have to travel a bit more.

What are the benefits of having your own practice? And staying small?

We like the size of our practice, we feel comfortable this way because we believe that it allows us to be close to our collaborators and to the buildings, which adds quality to them. We like to share ideas in a direct way, and maybe if there were a lot of people in the office we would start losing that and everything would be more mechanical, less personal. We understand architecture as a personal intellectual activity that links and develops under different contexts and nurtures from the history of things, and that stretches further when discussed with the people that are close and condenses in that dialogue. It’s something personal but that grows among people, like a message that becomes richer and more defined little by little. I think that exchange gets lost when there’s much rotation of people in an office, or there are too many, because then only results get discussed and not so much the processes. We’re interested in the processes of thought and production being shared and enriched within the team. Having our own practice gives us the freedom to choose our own path and the way we want to develop the ideas that get generated inside the practice, it gives us independence also regarding the time we use to do architecture. Although we know that a lot of factors and processes are alien to us, the time we take to reflect on what we do is exclusively ours. And thanks to that we are able to focus on projects that interest us and intellectually stimulate us, and not in those that have to be developed following an external guideline. Architecture is an independent journey, of personal and profound discovery, but one can walk as a team through that solitary path.

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Entrevista de S-AR para Berlogos – Ekaterimburgo, Rusia.

Por Redacción Berlogos

Interview with S-AR

Your architectural approach (or style) is closer to language, why this analogue rose up?

We compare our work with language because we think that language goes far beyond figures and forms. Like the language of words, where these are formed from visual symbology, but their true importance is the meaning they hold, not their appearance. For us Architecture is the sum of messages left behind with each project, until a certain language is formed. We could say that the visual symbology of Architecture would be the use of this or that material: wood, concrete, steel, brick, etc. While the language is the motivation to use it and do that research during the project. This is alienated from concepts like appearance, form and figure. Of course everything in Architecture has a form; a formal system to say it better. But this is the outcome, in our case, of a constructive research through the material. What we really care about is giving convincing and coherent messages through our work, with the ideas behind our projects. With the immaterial side of Architecture. All of this gradually transforms itself into a succession of messages that interweave the projects together, creating this idea of an architectural language.

Once you said that architecture is a profession where is no place for laziness. Can you name some examples of laziness in architecture? What is it, and how it can be recognized?  

For us Architecture requires a high degree of intensity and rigor, that’s why we think there’s no space to be lazy, or letting things go. Making projects that only solve problems seems lazy to us. Making projects that have no meaning or generate any knowledge during and after their development seems lazy to us. Making projects to satisfy demand or fashion seems lazy to us too. We think Architecture as a tool is there to be used and not to be contemplated. It’s not something that should be used without responsibility. Architectural knowledge demands taking responsibility for it. Making projects that attempt to transcend the first (superficial) layers of society, of places, and even become critics of those same layers. What remains in those superficial layers as fashion, appearances, tastes, demands, political needs, is what appears to us to not be thought through rigorously, it’s only made as an occurrence, as the easiest possible way. There’s no challenge in making things in the easiest possible way, or in being opportunistic. Talent demands rigor to be used, same as time.

It’s said that architecture always represents a certain social level, moment of history. As for you, what social codes and social conventions architecture represents today?

Currently we see Architecture as a reflection of a global society that has suddenly come across (thanks to an era of extensive use of the internet) a reality that’s full of contradictions, which has obviously become fascinating to the point of hindering it to an extent where it doesn’t know how to escape these contradictions. So on the one hand you have Architecture that reflects on reality, trying to transform it little by little, while understanding it; and on the other there’s projects that would seem to want to leave reality behind and start something from scratch, with no history, simply because they don’t want to take the time to understand it. To us time is something of great interest, since it transforms people and societies slowly, not fast. You need time if you want to transform something. The same happens with Architecture, you have to understand it slowly, and stretch the knowledge that it creates. There’s no need to create novelties, there’s a need to create innovations, which aren’t the same thing. And as long as it makes sense, spend time making them. Let’s remember that Architecture is only but one part of life. There are things in life truly more important. This contradicts that apparent search for everything to happen and come to us fast that nurtures this global contemporary society, that seeks everything through novelties, through spectacle, because today’s society loves to be a spectator society, a tourist, without compromising with reality. It’s far more comfortable to watch reality from afar, without having the compromise of being able to transform it at a certain point.

Are you able to mark out some projects which you can name as a first-scale, priority projects? (maybe because they’re interesting in a formal sense, maybe because of initial conditions, challenges, tasks)

Any project that has the goal of generating knowledge, which can later be transformed into education is of first-scale priority. Education is what transforms societies, not the size or scale of the projects or its buildings, not the materials that are used to build it, or the economic systems that allow them to happen, or fashion and the appearance of things, etc. These are temporary resources, what’s not temporary is that the purpose be truly useful to achieve a level of knowledge that allows us to be placed in relation to nature, that gives us a guide of our own place in history, and among the history of civilization.

You have a project of Architectural School of Monterrey. Was it difficult to create an architectural unit for architects? As for you, what is the ideal architectural school for architects (in a formal, constructional and content sense)?

It was a proposal that we made to ITESM, not because the institution requested it, but because we felt the necessity of improving the facilities of the school where we did our studies. It logically included spaces that didn’t exist back then or don’t exist even to this day as part of the school of architecture, like labs, better quality communal spaces, or research facilities for faculty. It wasn’t hard at all to come up with the proposal, what seems to be difficult is making the institution realize that they truly lack these ideas and spaces.

We believe less every day in the “schools of architecture” and more in the people that  are personally interested in Architecture. We believe that in the end Architecture is made by people, not schools. Partly because schools gather a great variety of persons, and since all of them come with personal baggage and different experiences, it’s difficult that everyone gets the same impression of things just by being physically gathered in the same space. A space can obviously help, but not totally define the way individuals think or act. You can learn Architecture, but it’s difficult to teach. Every day we see more schools that teach tools for different processes that are used in Architecture, and they teach how to use them, but this doesn’t guarantee that people will have the criteria to use them. To put it differently, there are no schools that teach how to think about architecture, or very few, rather, most of them teach how to do, but not to think. Nowadays schools are more spaces to create relationships than knowledge alone. Architectural knowledge is no longer exclusive to the “schools of architecture”. Now you can study a PhD or Master’s Degree in a recognized university or school of architecture and end up making ridiculous projects, that are useless or unnecessary for today’s world, or at the same time, be self-taught and really understand what this discipline is about and make things that transform the reality that surrounds this person, this Architect without a proper title, and that can later be studied somewhere else. This moment in history is fantastic in relation to what knowledge is and the potential that it has today.

You have many residential projects (casas) and also projects of university, library, observatory. What are the most interesting aspects in each one for you?

For us every project is an opportunity to keep exploring, experimenting and making research about different topics that are interesting to us: materiality, context, society, economy, translation and change, time. We face all of them with this vision. Sometimes we come closer to something and other times nothing happens, that’s the truth. There’s not always clarity, but working with a certain rigor gets you closer to having it more often. Of course that the typology of housing will always be one of the pillars of Architectural research, starting from the fact that it’s the unit that gives sense to our first relation with space, which is the room, this room then always has something to do with a house, and this in turn with a site, this in turn with a city, and this with a topography, and with nature. This is why it’s important to do research and keep doing research about housing. But regardless of scale, typology or materiality, the important thing is to have the capacity of changing the scale of ideas and adapt them to the conditions of each project. That’s what enriches to great extent the experience of making Architecture.

Characterize your progress (develop) of architectural style (practice) in 5 words, please.

 In Spanish there’s a saying that goes: “The black thread cannot be invented (because it already exists)”. For us then it’s clear that the thing is: “Try to make a great quality fabric with that black thread”.

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Pa(i)sajes (in)materiales.

19° 25’ 10” N, 99° 8’ 44” W

34° 35’ 59” S, 58° 22’ 55” W

Texto sobre la pieza de S-AR en la Galería Monoambiente – Buenos Aires, Argentina.

Por Inés Molinari

Que un objeto esté “acá” y “allá” al mismo tiempo no es un hecho imposible. Aparentemente, la física cuántica puede explicar esta superposición mediante el problema de la medida: mientras no observemos un fenómeno, mientras no lo midamos, los más pequeños elementos de la materia se comportarán a su gusto y, si es lo que pretenden, podrán estar en dos lugares en el mismo momento.

En Buenos Aires y en México se muestran de manera simultánea dos piezas que hablan el mismo lenguaje. En paralelo, dos objetos redefinen el espacio de cada una de las salas de exposición. La misma

estrategia se despliega acá y allá. Sólo podemos observar al mismo tiempo una de las dos y algunas pequeñas diferencias nos dan la pauta de que no se trata del mismo objeto. Pero las piezas se conectan de manera tal que generan un pa(i)saje (in)material que comunica dos espacios de exhibición que comparten una misma misión. Gracias al trabajo en colaboración con LIGA, tenemos la oportunidad de recibir a S-AR  un estudio mexicano que fundamenta su labor en la investigación y la experimentación, desarrollando en cada proyecto una nueva manera de acercarse a la arquitectura.

S-AR nos deja, en su paso por Monoambiente, una intervención que parece desafiar el tiempo y el espacio mediante un juego en el que, simultánea y coordinadamente, dos piezas, a más de 7,000 km de distancia, se muestran formando una obra completa. Una no es sin la otra, y viceversa.

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Una columna es un sistema. Texto sobre la pieza de S-AR en la Galería Monoambiente.

Por S-AR

Nuestra propuesta para intervenir la Galería Monoambiente es complementaria con la pieza propuesta para LIGA. Al ser exposiciones simultáneas nos interesa que las piezas establezcan un fuerte diálogo entre ellas, en veces por contraposición, otras veces por relación formal, espacial y de experiencia; y en veces a través del diálogo material de ambas piezas.

La propuesta es una reflexión (quizás un reflejo) sobre la pieza de LIGA, generada a partir de una lectura geométrica de la estructura de ese espacio, definida por 3 columnas. Tanto desde un punto de vista independiente al sitio en forma, materia y estrategia estructural utilizada, pero también sobre el sitio mismo, es decir, asimilar a LIGA como espacio-galería que se relaciona con Monoambiente como otro espacio-galería. Es así que parte de la propuesta de LIGA se completa en Monoambiente, creando un reflejo de elementos: una columna imaginaria completada, que se incrusta en el centro del espacio de Monoambiente, colocada sobre una plataforma que representa el piso del recinto de LIGA. Rodeada de diversas capas de mallas metálicas, concéntricas, que permitan una experiencia visual similar a la pieza de LIGA, donde existe un límite material, pero no visual, un límite activado por el movimiento del espectador alrededor de la pieza que es una suerte de volumen desmaterializado. En contraste con LIGA, estas mallas se proponen oscuras mientras que en LIGA serán claras. El efecto se amplifica aún más en Monoambiente ya que el material de la columna es reflejante, generando un laberinto visual entre objeto y espectador, amplificando el espacio de la galería. Dibujos en el techo y el suelo de la sala de Monoambiente complementan la idea de lo virtual presente, o la huella de los límites dimensionales que relacionan ambos espacios.

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Entrevista de S-AR para Punto y Linea – Monterrey, México.

Por Marcelo Espinosa.

De un par de años a la fecha, S-AR ha sido distinguido con varios reconocimientos a nivel internacional como el Emerging Voices de la Architectural League de Nueva York o el Design Vanguard de la revista Architectural Record, ¿qué representa esto dentro del quehacer arquitectónico de su práctica?

Para nosotros recibir estos reconocimientos han sido experiencias importantes porque nos han permitido ampliar el espectro de alcance de nuestro trabajo y el pensamiento detrás de él. Nos han servido como una gran oportunidad para poder profundizar sobre nuestra propia práctica y reflexionar más sobre lo que queremos hacer con nuestro trabajo, a dónde y a quién queremos que llegue. Para nosotros es más importante el para qué y el por qué hacer Arquitectura que el hacer por hacer (derivado por algún tipo de necesidad o necedad) o solamente construir cosas. Nos interesa la dirección de nuestro trabajo, con quién y para quién hacer Arquitectura, para qué tipo de personas. En Monterrey hay muchos arquitectos que son utilizados por el mercado, los políticos y gobiernos o para satisfacer modas pasajeras de determinado sector social. Eso no nos interesa. Nos interesa trabajar con gente culta, que entienda la trascendencia de esta disciplina. Estas y otras experiencias nos han enseñado que lo que queremos hacer con la Arquitectura es construir conocimiento. Cuando el trabajo de uno trasciende lo obvio y se sitúa en un campo con capacidad de cuestionar cosas, paradigmas, sistemas y sociedades, este trabajo se vuelve más completo. Nos interesa la idea de complejidades complementarias que alimenten un proceso de pensamiento. Y cuando traduces eso en una obra, independientemente del sitio donde está o el material que ha sido explorado, entendido y utilizado, esta obra empieza a comunicar cosas que trascienden las fronteras de los países y los idiomas. Porque lo importante es el mensaje que esas obran dan dentro del mundo de la Arquitectura. Nos interesa dar mensajes contundentes y coherentes desde aquí. Estos reconocimientos por un lado comprueban el alcance de esos mensajes, y por otro, nos exigen responsabilidad en el uso de la Arquitectura para seguir avanzando en la investigación que hacemos en nuestra práctica.

¿Qué significa “Contexto” para S-AR? Y en especial referencia el contexto de Monterrey.

Para nosotros el contexto es lo que conforman todas las capas que pueden ser entendidas con respecto a la aproximación hacia el proyecto y su sitio. Algunas de estas capas son visibles y comprensibles porque pueden verse, son cosas que están ahí o son construcciones materiales, pero otras son invisibles y sólo accesibles a través del conocimiento y la reflexión de las condiciones y recursos que trae un proyecto detrás. Todo proyecto tiene recursos ocultos que deben ser descifrados. Como una cebolla, el proyecto se encuentra al centro, y el contexto es esa serie de capas que lo envuelven, y lo forman, todas igual de importantes, algunas más próximas y visibles, otras más alejadas pero igual de necesarias porque le dan soporte y límite al proyecto. Esto significa que el contexto no es solamente una cuestión material que rodea a un sitio determinado, sino la historia del mismo, su pasado y los sistemas que lo han ido formando, sistemas culturales, económicos, filosóficos, materiales y sociales. En relación a Monterrey, hay un contraste que particularmente nos ha interesado siempre, y es esta relación constructiva-destructiva de la ciudad y su emplazamiento, de su industria y su medio ambiente, de su calidad humana y de mano de obra y la ignorancia masiva a nivel de una alta cultura artística; de lo artificial y natural que se miran y se tocan pero nunca se compaginan ni se comprenden entre sí. Monterrey nos interesa como contexto contradictorio pero complementario, como extremos que enseñan cosas, siempre y cuando no se caiga en alguno de ellos. La Arquitectura debe trascender lo que ocurra en uno y otro extremo de las condiciones sociales que envuelven un proyecto, porque ambos extremos son en sí reducciones de esta disciplina. El tener conciencia de estos extremos te da la capacidad de entender el propio trabajo; y al mismo tiempo es necesario conocer el mundo de esos extremos para saber qué tanto de uno y otro lo impacta. Cuando se conoce esto es posible ponerlos en una balanza y transformarlos.

¿Creen que su trabajo y procesos serían diferentes de no estar ustedes en Monterrey?

Nuestro trabajo seguramente sería diferente, como objeto arquitectónico, pero nuestros procesos de pensamiento no porque estos procesos de pensamiento no dependen directamente del sitio donde practicamos y vivimos, sino de lo que hemos aprendido con experiencias precisamente fuera de ese sitio. Las circunstancias de conocer y haber vivido fuera de Monterrey y de México, las experiencias de trabajo en oficinas en Europa y Sudamérica que traemos detrás nos han ayudado a formar un proceso de pensamiento ante el mundo pero desde la Arquitectura, que es lo que fuimos a aprender. La localidad con que utilizamos ese proceso como herramienta de acción es lo que ha dado el resultado tangible de nuestras ideas, en obras. Si nuestra práctica se diera fuera de Monterrey el resultado hubiera sido diferente y va a ser diferente, pero afrontado con la misma disciplina e investigación que hacemos desde aquí.

¿Se podría hablar de algo que diferencia a las oficinas de arquitectura de Monterrey de las de otras ciudades del país?

No lo creemos. Primero porque no todos somos iguales ni hacemos lo mismo. Segundo por que en una ciudad como Monterrey, donde hay bastantes escuelas de arquitectura -algunas con muchas décadas de estar activas- se producen y se han producido muchos arquitectos y esas escuelas tienen agendas diferentes que trasmiten a sus estudiantes, que a la postre forman oficinas con prioridades diferentes. Hay muchas escuelas aquí. Sin embargo, lo que si se podría decir es que hay un tipo extendido de Arquitectura en Monterrey en la que predomina la forma, la imagen y cierta manera de entender y utilizar la ciudad. Desafortunadamente no muy buena, más bien abusiva. Es una Arquitectura que sobrepone lo comercial sobre la calidad de la ciudad misma como espacio habitable para la gente, y como fenómeno de fuerza complementaria en la naturaleza. Este fenómeno tampoco sucede de forma ordenada, pensada y reflexionada. Sino que simplemente ocurre como consecuencia de lo que se construye en la ciudad, que persigue más bien fines lucrativos, políticos, de distracción, de imagen y moda en el uso de tipologías de edificios, espacios públicos y uso de materiales.

¿Cómo se entiende la idea de proceso dentro de trabajo de S-AR y qué papel juega la materialidad dentro de este?

Entendemos y practicamos varios tipos de procesos en nuestro trabajo. Por una parte está el proceso de pensamiento que comentamos antes, en el que hay un desarrollo elástico de conocimiento como fundamento de lo que hacemos, pues en realidad nos interesa el hecho de hacer Arquitectura para estirar el conocimiento previo. Este conocimiento no es necesariamente generado siempre por nosotros, se nutre de muchos contextos personales de experiencia y cultura de las diferentes personas que trabajamos en el equipo. Es un proceso de amasamiento constante y de reflexión a través del tiempo. Por otra parte está el proceso de desarrollo y ejecución de la Arquitectura, donde el material es una de las principales líneas de investigación de nuestras obras. Nos interesa el material porque genera soluciones, porque en realidad si existe una comprensión profunda del material, no como objeto o como producto comercial, sino como resultado de un proceso previo, más primitivo, el material ya tiene mucha información detrás, contenida, encriptada. Nosotros tratamos de abrir ese lugar donde está guardada la información del material y su historia generadora, y con ella desarrollar sistemas constructivos adecuados a los diferentes contextos donde estamos trabajando una obra.

¿Dentro del trabajo de S-AR, cómo se entiende la idea de “economía del proyecto”?

La economía del proyecto es el sistema económico actuando sobre el proyecto, sus partes medibles y cuantitativas, en las diferentes etapas que un proyecto tiene. En una práctica profesional es una circunstancia inevitable, pero flexible si se tienen herramientas para ver las cosas desde diferentes escalas y cambiar la escala de las ideas. Sin embargo, para nosotros es más importante reflexionar más en una “economía de medios” para pensar y hacer un proyecto. Estos medios son una serie de recursos que deben leerse alrededor de las condiciones de un proyecto y que al final hacen que este se defina, materialmente, dimensionalmente, constructivamente y participativamente desde el nivel de concepción teórica hasta el nivel de ejecución. La economía de medios de un proyecto es una herramienta para sintetizar, limpiar, y descartar lo innecesario de una obra de Arquitectura. Y enfocarse en lo fundamental. Lo que es verdad. En nuestro trabajo buscamos esa verdad en los elementos que la forman y la fundamentan intelectualmente, pero también la construyen, la soportan, le dan calidad material; y que todo eso al mismo tiempo defina el mensaje que queremos dar en cada trabajo, le de contundencia y coherencia dentro de las condiciones y relaciones que pudimos leer del contexto donde este debe de actuar.

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